Los consumidores piden cada vez más acceso a información de confianza sobre sus opciones. Por este motivo, ello las grandes empresas minoristas y de e-commerce están utilizando tecnologías innovadoras, como la digitalización, los objetos conectados y las aplicaciones móviles, que les ayudan a satisfacer las necesidades de sus clientes.
Según un informe de IDC publicado en 2017, la producción de datos se multiplicará por diez para 2025. La recopilación de datos de múltiples fuentes y el envío de información relevante a las personas adecuadas se está convirtiendo en un dolor de cabeza para los fabricantes, que necesitan enviar estos datos en plazos cada vez más breves. El tiempo casi real se está convirtiendo en la norma en el e-commerce Además, el Foro Económico Mundial afirma que las ventas online pasarán del 10% actual hasta el 40% en 2027.
Para compartir información coherente en toda la empresa, los datos de los productos deben ser dinámicos, integrados, centralizados y actualizados. Si no se hace correctamente, el intercambio de información resulta muy ineficiente, poco fiable y propenso a errores y a interpretaciones erróneas.
¿Por qué la gestión del contenido del producto es algo tan crítico para las empresas de bienes de consumo en la actualidad?
Esto se puede ilustrar con ejemplos de una importante empresa global que ocurrieron en noviembre de 2017 en el Reino Unido.
Las marcas recién introducidas tuvieron un mal lanzamiento en el e-commerce por culpa de listas de nuevos productos inexactas, en las que faltaba información como ingredientes y nombres abreviados. En consecuencia, a los compradores les resultó difícil encontrar estos productos online, lo que provocó pérdidas de ventas y de dinero para el fabricante.
Un estudio realizado entre los principales minoristas británicos encontró que el 63% de los productos tenían errores en sus listados y que el 71% de estos nuevos productos no estaban entre los 100 mejores resultados en búsquedas de palabras clave, o peor aún, no aparecían directamente en los resultados de búsqueda.
Es importante considerar el cambio de paradigma de los últimos años, que muestra que los compradores dedican tiempo a leer las etiquetas de los ingredientes. Quieren saber exactamente qué contienen los productos que compran, cómo se procesaron e incluso de dónde se obtuvieron, para tomar mejores decisiones de compra. Esto es muy importante, ya que es una manera de conseguir más fidelidad de compra. Los estudios demuestran que el 96% de los consumidores no comprarán si no pueden encontrar la información que necesitan para la evaluación.
Cómo recuperar la confianza de los consumidores
En los últimos 2 años, muchas startups han desarrollado aplicaciones para consumidores que les permiten escanear los productos, y así proporcionar y verificar sus valoraciones. Algunas de esas aplicaciones son colaborativas, como Open Food Facts, que depende de los consumidores para enriquecer la base de datos. Si los compradores no actualizan periódicamente la información sobre los productos o si una empresa no se conecta de forma proactiva a esta plataforma para enviar la información actualizada del producto, es muy probable que la información del producto esté desfasada o incorrecta. Es posible que no muestre favorablemente los productos, o que pierda información de valor añadido como recetas o, peor aún, la notificación de alérgenos.
Por lo tanto, para recuperar la confianza de los consumidores, las empresas deben recuperar urgentemente la propiedad de aquellos datos de sus productos que necesitan compartir con sus consumidores finales.
¿Cuáles son los retos a los que se enfrenta una empresa de bienes de consumo, con respecto a la gestión de la información de sus productos?
Actualmente, muchos consumidores compran online y los minoristas utilizan una estrategia omnicanal para proporcionarles un mejor servicio. Sin embargo, cada vez es más complejo distribuir el contenido de su producto de manera coherente, en todos los canales, al mismo tiempo.
Los minoristas quieren un acceso más rápido a la información. A menudo, se necesita contenido nuevo de sus productos en un máximo de 48 horas. Y también requieren más contenido: el contenido digital, como las diferentes vistas y videos de los productos, ahora es una información básica. Es un reto que las empresas de bienes de consumo deben abordar para seguir siendo visibles y competitivas en su mercado.
Además, la cantidad de atributos para un solo producto en los últimos 5 años ha crecido de 50 a más de 500, lo que lleva a cientos de relaciones y millones de registros a gestionar.
Internamente, las empresas también necesitan gestionar múltiples fuentes de datos de productos utilizados por varios servicios y stakeholders (producción, calidad, marketing, ventas…) que necesitan sincronizarse de vez en cuando, dedicando tiempo y personal para estas operaciones. Paralelamente, las empresas deben enviar esta información de producto a múltiples usuarios, desde minoristas, mercados, plataformas de e-commerce, startups,…. por lo que es fundamental que puedan gestionar estas operaciones de manera rápida y coherente.
Nuevas soluciones disruptivas en la gestión de la información
En conclusión, la gestión de la información crítica mediante hojas de cálculo y a través de múltiples fuentes de sistemas es problemático y ni siquiera los ERPs están optimizados para seguir el ciclo de vida de la información del producto. Pero como los consumidores confían en los datos del producto, las empresas deben garantizar la precisión de esta información, para tener éxito en la actual realidad omnicanal.
La buena noticia es que existen nuevas soluciones disruptivas para gestionar mejor la información relacionada con los productos, como el PIM (Product Information Management) y el DAM (Digital Asset Management) que permiten a las empresas de bienes de consumo responder mejor a los retos del entorno actual.
Fuente: Accenture and GMA – Seize the opportunity to drive digital transformation in CPG, 2017
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