Artículo escrito por Regina Magalhães, Regional Segment Leader en Schneider Electric.
América del Sur carece de infraestructura y eso pone en peligro la competitividad de toda la economía del continente. Según el Índice de Competitividad Global (Foro Económico Mundial, 2019), al comparar los continentes, América del Sur sólo supera a África subsahariana en calidad de infraestructura.
La mala calidad y eficiencia de las vías, aeropuertos, ferrocarriles y puertos aumentan los costos. Así como también producen accidentes, demoras y pérdidas en el comercio local e internacional, que a su vez limita la calidad de vida en las ciudades. Sin embargo, a pesar de la poca capacidad de inversión del gobierno, el uso de tecnologías digitales ofrece una posibilidad para reducir esta fragilidad.
Al igual que cualquier otra industria, los puertos, aeropuertos, ferrocarriles y vías, también se encuentran en un proceso de transformación digital.
Las tecnologías basadas en el Internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial (AI) y la informática en la nube, tienen el potencial de hacer que la infraestructura sea más segura, eficiente y sostenible; pero también pueden usarse para desarrollar nuevos ingresos y modelos de negocio.
En América del Sur, algunas de las grandes empresas de este sector utilizan tecnologías para mejorar el rendimiento operativo. También para aumentar la eficiencia energética, evitar cortes de suministro no planificados, reducir costos y mejorar la experiencia del cliente.
Un modelo guía para la transformación digital
El modelo de madurez digital de los aeropuertos de Arthur D. Little propone que podemos definir el proceso de transformación digital de la infraestructura de transporte en 4 etapas:
En la primera etapa, los procesos son totalmente analógicos y manuales. mientras que en la segunda, algunos procesos están automatizados, pero no están integrados en un sistema. Adelante en la tercera, la mayoría de las operaciones están automatizadas e integradas en un sistema de gestión.
En las primeras tres, el uso de tecnologías digitales ayuda a reducir costos, aumentar la eficiencia y la sostenibilidad, y a mejorar la experiencia del usuario.
Pero con una infraestructura 4.0 en la que todo el ecosistema comercial de transporte está conectado, es posible crear nuevos modelos de negocio. Estos podrán combinar sostenibilidad, eficiencia, seguridad e incluso generar nuevas fuentes de ingresos.
Sin embargo, la transformación comercial depende no sólo de la aplicación de nuevas tecnologías, sino también de la gestión, el conocimiento técnico, las habilidades de la fuerza de trabajo, y sobre todo, de un objetivo comercial claro.
Los aeropuertos más grandes de la región están orientados al logro de este proceso de cambio. Los aeropuertos en Bogotá, Guarulhos, Santiago y Buenos Aires, utilizan sistemas de servicio de automatización avanzada y robótica, para aumentar la eficiencia operativa y mejorar la experiencia del usuario. El aeropuerto de Santiago comenzó a adoptar el modelado de información de construcción; un sistema de información tridimensional que reduce costos, tiempo y riesgos en el proceso de construcción.
La infraestructura de transporte consume mucha energía. El aumento de la eficiencia es imprescindible para las empresas y la sociedad, pero implica un gran desafío tecnológico, que las tecnologías digitales facilitarán enormemente.
Los casos de América del sur
Los aeropuertos de Bogotá, Brasilia, Salvador, Santiago y Florianópolis, por ejemplo, utilizan micro redes con energía solar para generar su propia energía; de esa forma reducen costos y evitan cortes de suministro en caso de escasez de energía. El aeropuerto de Brasilia usará energía solar para suministrar energía a los aviones en las terminales y así generar nuevos ingresos y apoyar a las aerolíneas en la reducción de su huella ecológica.
CPTM, el subterráneo de São Paulo y Rumo Logistics ya están utilizando este mismo tipo de tecnología para diseñar nuevos proyectos. El subterráneo de São Paulo actualmente utiliza realidad aumentada para mejorar la experiencia del usuario. En Rumo y MRS se está desarrollando realidad virtual para nuevos proyectos. Asimismo, los subterráneos de Santiago y São Paulo están adoptando tecnología de reconocimiento facial para ayudar a mejorar la seguridad.
Algunos puertos, como el puerto de Santos, también están usando realidad aumentada para reducir accidentes de trabajo. Los puertos de Santos, Cartagena, Buenaventura y Valparaíso están adoptando plataformas de blockchain para reducir la burocracia; así como también para mejorar los controles de carga, la trazabilidad y reducir la corrupción.
Los puertos de Santos, APM Callao, Valparaíso y Barranquilla están integrando las operaciones portuarias y el ecosistema (agentes marítimos, agencias aduaneras y empresas de transporte). Esto hace que todo el proceso de logística resulte más eficiente.
En el caso de Barranquilla, este nuevo proceso, que es posible gracias al Internet de las cosas (IoT), la nube y la movilidad, tiene por objeto integrar las operaciones portuarias con los ferrocarriles y camiones de carga y utilizar los datos resultantes para generar nuevos ingresos, lo que hace que la empresa vaya de un operador portuario (Infra 3.0) a una plataforma de logística portuaria (Infra 4.0).
Eficiencia como resultado
A nivel operativo, la tecnología puede reducir aproximadamente 30% los costos de energía. En los aeropuertos puede reducir 15% del total de costos de propiedad. En subterráneos, mejorar la eficiencia operativa en un 20%; reducir de 10 a 20% los costos de mantenimiento en ferrocarriles. Y finalmente, puede aumentar la eficiencia operativa en puertos en un 20%.
En un nivel más amplio, estas tecnologías pueden disminuir las inversiones necesarias para poner fin a las deficiencias de infraestructura de los países.
Con este propósito, los gobiernos podrían alentar el uso de tecnologías que aumenten la eficiencia, reduzcan riesgos y hagan que el transporte sea más sostenible. Los inversores también deberían alentar el uso de tecnologías digitales para aumentar la competitividad a largo plazo.
Finalmente, los operadores y concesionarios tienen la oportunidad de estructurar nuevos modelos de negocio mucho más competitivos.
Es difícil medir los beneficios para la sociedad; sin embargo, mejorar la calidad de vida en las ciudades y reducir de los costos de logística de los productos, son resultados fundamentales.
Además, nos enfrentamos a la necesidad de lograr una reducción urgente de emisiones de gases de efecto invernadero por parte del sistema de transporte y de tener una mayor resiliencia en nuestra infraestructura ante el actual cambio climático.
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