Las predicciones alrededor del Internet de las cosas (IoT) estiman que para el año 2020 habrá 50 mil millones de dispositivos conectados y cohabitaremos con más de un billón de nodos de red.
Al final de la década de los noventa, el mercado ya difundía el concepto de Internet de las cosas para promover la adopción de tecnología RFID. Uno de los primeros conceptos comerciales que tuvimos sobre dispositivos inteligentes se discutía al final de los años ochenta; con la posibilidad de modificar una máquina expendedora de bebidas de cola que fuera capaz de reportar su inventario, así como el enfriamiento de las bebidas.
En términos del IoT el sendero cada vez es más claro y con la implementación de correctas arquitecturas e infraestructura, el usuario será capaz de diseñar su propio entorno de vida. Si se desea ir de vacaciones a algún lugar remoto, el hotel en donde se hizo la reservación tendrá la capacidad de conocer la hora aproximada de llegada (por medio de los sistemas de geolocalización) y lo que es mejor, el hotel tendrá la capacidad de intuir si el viajero necesita una ducha; basado en la información colectada por los sensores de temperatura y humedad de dispositivos portables: como el smartwatch. Toda esta colección de información y toma de decisión sucederá en tiempo real, incluso sin que el usuario interactúe con alguna pantalla.
La expectativa en la experiencia de los usuarios es alta, como también lo es el crecimiento dramático de dispositivos que generarán enormes cantidades de datos en tiempo real. Sin duda esto ya comienza a generar gran impacto en las cargas de trabajo de centros de datos e infraestructura de Edge Computing; lo cual trae nuevos retos de seguridad, escalabilidad y analíticos a la industria.
Las grandes cantidades de dispositivos, volúmenes de procesamiento e infraestructura de centros de datos confrontan hoy a los administradores de infraestructura con la necesidad de prever la demanda y prioridades de los clientes, dejando como segunda opción la compra de hardware adicional. En términos de infraestructura de Data Center las demandas actuales son claras: alta disponibilidad, escalabilidad, redundancia, simplicidad en el servicio, entre otros.
Si identificamos que la disponibilidad, escalabilidad y redundancia son esenciales para el Data Center, entonces esos atributos son igual de críticos para los UPS que lo respaldan. Hoy en día existen diversas tecnologías de UPS en el mercado, sin embargo, es necesario cuestionar en qué medida estas ofertas son escalables y redundantes; y en qué términos pueden cubrir las demandas de negocio asociadas al IoT.
Soluciones de respaldo UPS: Cómo afrontar las demandas de IoT
A continuación se enlistan cuatro aspectos que se sugiere evaluar en la selección de un UPS trifásico asociado a las demandas del IoT.
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Componentes modulares del UPS
El mercado ofrece un abanico de posibilidades en términos de UPS, sin embargo, hay tecnologías que solo ofrecen modularidad en potencia. Esto funcionaría perfecto si todo lo que necesitamos es redundancia N+1 para cargas de IT. Esta modularidad -solo en potencia- significa que podemos tener múltiples power blocks, de tal manera que si uno falla otro puede proteger la carga. Esto en esencia es valioso, pero solo cubre una parte de modularidad.
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Componentes redundantes
En términos de cargas críticas es necesario contar con redundancia en más de un componente, estos pueden incluir:
• Módulos de control (System level controller). El cerebro del UPS; si éste cuenta con un sistema de control modular entonces tenemos redundancia también a este nivel.
• Power supply. Convierten la energía de la red en energía interna. En este punto la redundancia N+1 es un buen aliado en las aplicaciones de IT.
• String de baterías: La modularidad en baterías permite contar con dos, tres, cuatro o más strings, tantos como el nivel de redundancia lo demande.
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Escalabilidad del sistema
Tener componentes modulares permite escalar fácilmente el UPS en función de las demandas de IoT y optar por modelos de crecimiento en función de la demanda “pay as you grow”. Hemos observado cómo algunos clientes comienzan con uno o dos módulos de potencia, dos o tres unidades de distribución (PDU) y un string de baterías; de tal modo que si las cargas se duplican pueden escalar el sistema en función de la demanda.
Desde una perspectiva de costo total de la propiedad es sensato optar por la previsión y escalabilidiad, en lugar de adquirir un UPS que en ocasiones se sobredimensiona para cubrir requerimientos futuros. Es importante destacar que este modelo de escalabilidad y costo efectivo no es aplicable a la base instalada de UPS legacy.
La modularidad también es relevante cuando pensamos en un escenario de consolidación o migración de recursos a cloud, en este planteamiento los requerimientos del UPS pueden venir a menos, con lo cual la modularidad hace simple remover componentes y reducir capacidades; de tal manera que no se estaría pagando por el consumo eléctrico de un UPS de capacidad mayor.
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Simplicidad en el servicio
Ahorra dinero y tiempo. Pensemos en la situación donde el único componente modular es la potencia. En este caso el cliente podría pensar que si un módulo falla, bastaría con remplazarlo utilizando otro similar para evitar una interrupción en el servicio, sin embargo, es más complicado que eso pues el proceso a seguir para programar el reconocimiento del nuevo módulo toma tiempo.
En un UPS realmente modular el nuevo módulo de potencia será reconocido de inmediato y estará listo para operar en cuestión de minutos, sin necesidad de procesos complejos de habilitación. Lo mismo sucede con módulos de control, power supply, baterías y PDUs. Siendo modulares, son fáciles de escalar y remplazar sin necesidad de interrumpir la operación del UPS. Esta condición es invaluable en situaciones donde las caídas en el servicio son inaceptables.
Encarando el reto del IoT
Tomando en cuenta las altas expectativas en el servicio y la complejidad que trae un gran número de dispositivos conectados, es claro que las soluciones de respaldo UPS deben ser aliados que permitan afrontar el reto de diseñar e implementar centros de datos flexibles, con capacidad de cubrir proactivamente las prioridades presentes y futuras asociadas al IoT.
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