Para salir de la crisis provocada por la COVID-19, la Unión Europea ha desarrollado el mecanismo temporal Next Generation EU que, en el caso de España, supondrá una inyección de 140.000 millones de euros, a invertir entre 2021 y 2027. De esta cantidad, 72.000 millones llegarán en forma de subvenciones.
Con el objeto de vehicular estas ayudas, España ha creado el plan España Puede, basado en cuatro ejes: la transición ecológica, la transformación digital, la cohesión social y territorial y la igualdad de género.
En este artículo, nos enfocaremos en el primero y en el papel que juegan en este sentido los edificios residenciales.
Avanzando hacia la Smart City
En lo que se refiere a transición ecológica, España no parte de cero. El Gobierno impulsó el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 que, alineado con las directivas europeas, prevé que, para 2030, de todo el consumo energético español, como mínimo, el 75% tenga un origen renovable. En este marco, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) han lanzado planes de subvenciones como el Programa de Rehabilitación Energética de Edificios (PREE) y el Programa MOVES II de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible.
Ambos nos dirigen hacia un objetivo común: las ciudades inteligentes. Ciudades basadas en un desarrollo urbano sostenible, en las que se apliquen las máximas tecnologías TIC para proporcionar servicios urbanos más eficientes a sus ciudadanos. Para conseguirlo es necesario actualizar nuestras estructuras y empezar a familiarizarnos con conceptos como autoconsumo, descarbonización o descentralización de cargas, entre otros.
El potencial de los edificios residenciales
Estas ciudades inteligentes de la que hablábamos estará poblada por cuatro tipos de edificios distintos: residenciales, pequeños terciarios, grandes terciarios e industriales. En lo que se refiere al primer tipo, cobra especial relevancia el vivienda inteligente – el 91% de la población tiene Internet y 1,35 millones de viviendas ya disponen de dispositivos conectados, como, por ejemplo, los asistentes de voz.
Integrar tecnologías conectadas a la vivienda permite incrementar el confort, pero también ayuda a acelerar la transición ecológica. No olvidemos que las viviendas consumen un 25% del total de la energía eléctrica de nuestro país. Y, de este, cerca del 71% tiene como origen la calefacción, la refrigeración y el agua caliente sanitaria. Es decir, las instalaciones térmicas de la vivienda.
Precisamente este es uno de los pilares que aborda el antes mencionado PREE, que busca pasar de quemar combustibles a integrar las renovables mediante tecnologías como las placas solares térmicas, la biomasa, la geotermia o la aerotermia.
Además, por primera vez, incluye la domótica como sistema de control y monitorización que permite conseguir eficiencias energéticas superiores a la media, además del control y la regulación de las producciones térmicas centralizadas de los edificios.
La clave, las tecnologías conectadas
Afortunadamente, la tecnología necesaria para dotar de inteligencia los edificios residenciales y las viviendas ya está en el mercado. Un buen ejemplo es Wiser, la plataforma IoT de Schneider Electric que, al ser sencilla, escalable e inalámbrica, permite, incluso, dotar de estas capacidades a hogares construidos antes de 2007, precisamente los que contempla el PREE. Con Wiser podemos controlar y monitorizar las instalaciones térmicas, las persianas, la iluminación y los controles inteligentes e impulsar la transición energética en el sector residencial.
En lo que respecta a las zonas comunes de los edificios, para poder optar a las subvenciones PREE, resulta especialmente adecuada la plataforma abierta y escalable EcoStruxure, también de Schneider Electric, que puede gestionar tanto una pequeña comunidad de vecinos como conjuntos de bloques de pisos.
En este sentido, el PREE incentiva tres tipologías de actuaciones, siendo una de ellas la mejora de la eficiencia energética en las instalaciones térmicas, donde la subtopología 2.5, sistemas de monitorización, regulación y control de este tipo de instalaciones, unidas a la implementación de las energías renovables térmicas, nos habla de dos grandes actuaciones subvencionables, siendo la primera de ellas la monitorización energética de las instalaciones térmicas. Aquí, combinando EcoStruxure y su servidor IoT Automation Server, podremos monitorizar todos los consumos, ya sean eléctricos, térmicos o de flujo de agua.
El segundo bloque corresponde al control y la regulación de estas instalaciones. Una vez más, el Automation Server resulta ser la solución. Actúa como un pequeño ordenador conectado instalado en el cuadro de control de la sala de calderas que aplica lógicas de control en función de la temperatura exterior, la ocupación, la apertura de ventanas, etc. Estos tipos de automatización son justo la que el programa PREE indica como actuaciones elegibles.
Acciones de este tipo pueden suponer un ahorro de energía de más del 30%. Se trata de una solución multiprotocolo y, además de leer los buses de campo más habituales, nos permite conectarnos a un servicio meteorológico y gestionar la calefacción en función de la previsión del tiempo.
No podemos terminar este artículo sin mencionar la digitalización, la gran habilitadora de la transición energética. El PREE también contempla que los sistemas de control deban poder gestionarse de forma remota, en cualquier momento y desde cualquier lugar. La clave para conseguirlo: incorporar equipos IoT conectados al sistema IT del edificio.
Añadir comentario