Cuadros eléctricos a la intemperie: descubre cómo evitar la condensación

“La lluvia se hizo eterna, y la humedad empezaba a abrir grietas en la memoria.” (Gabriel García Márquez, «El general en su laberinto,» 1989)

La alta humedad, las temperaturas extremas y la condensación pueden causar numerosos problemas a los equipos eléctricos situados en el exterior.

De entre otras piezas metálicas de un cuadro eléctrico, la corrosión de las placas de circuitos impresos puede provocar disfunciones generales, paradas técnicas, el envejecimiento prematuro de los equipos…en definitiva, un claro dolor de cabeza para los responsables de las instalaciones y del mantenimiento.

Y lo que es peor, la condensación también puede ser “invisible” y producirse por la noche, cuando la instalación no está en funcionamiento.

¿Cómo se produce la condensación?

La condensación se produce cuando el aire húmedo entra en contacto con una superficie que está a una temperatura lo suficientemente fría, produciéndose el cambio de estado de líquido a sólido. Esta temperatura, es la que conocemos como punto de rocío.

Entonces, ¿qué ocurre cuando hay humedad en el interior de un cuadro eléctrico?

El aire caliente admite más vapor de agua que el aire frío. Por esto, los cuadros que se localizan en ambientes húmedos retienen más agua cuanta mayor es la temperatura. Cuando el aire caliente del interior entra en contacto con la superficie fría de la envolvente, este puede enfriarse tanto que ya no pueda retener el vapor de agua. El vapor se convertirá en agua y cubrirá la superficie fría. El aire habrá alcanzado su punto de «rocío» y se producirá la condensación.

Los equipos situados en el exterior son especialmente propensos a la condensación, sobre todo cuando no están aislados térmicamente. Esto se debe al cambio de temperatura, cuando el calor diurno se convierte en frío nocturno.

Y con el clima extremo y los cambios bruscos de temperatura de los últimos años, los cuadros eléctricos en exterior están aún más expuestos a los riesgos de condensación.

Por supuesto, la condensación también puede formarse en el interior, cuando los niveles de humedad son demasiado altos y las temperaturas oscilan bruscamente.

Conviene definir la humedad relativa: la relación entre la cantidad de agua contenida en el aire, y la máxima cantidad de agua que el aire sería capaz de contener a esa temperatura determinada.

¿Por qué es peligrosa la condensación?

Cuando la condensación se acumula en el interior de un cuadro eléctrico, los riesgos de mal funcionamiento son elevados.

Las causas de la condensación:

  • Envejecimiento prematuro
  • Oxidación
  • Cortocircuitos
  • Averías en los equipos eléctricos y electrónicos

Las consecuencias pueden ser graves para aplicaciones críticas en exteriores, como turbinas eólicas o instalaciones de energía solar.

¿Cómo se puede evitar la condensación?

Se puede prevenir la condensación manteniendo la humedad relativa por debajo del 60% y evitando las variaciones bruscas de temperatura.

La solución más eficaz combina resistencias calefactoras con dispositivos

control como higrostatos, termostatos o higrómetros.

Un termostato activa la resistencia calefactora cuando las temperaturas caen por debajo de un punto establecido. Los higrostatos, sin embargo, encienden las resistencias cuando la humedad supera un umbral determinado. Los higrómetros hacen ambas cosas.

¿Utilizar un higrómetro o un higrostato?

En algunas partes del mundo, las temperaturas en invierno son extremadamente bajas, y a su vez en verano el grado de humedad es tal que puede afectar a los equipos eléctricos.

Aquí es donde los higrómetros cobran protagonismo.

Los higrómetros se activan produciendo calor a bajas temperaturas ambientales y altos niveles de humedad relativa.

Por ejemplo, con unas condiciones ambientales de 5ºC y una humedad relativa del 90%, los calefactores en una envolvente eléctrica cerrada reducirán la humedad relativa en un 60%, mitigando así los riesgos de condensación.

¿Dónde colocar el dispositivo calefactor y su regulador?

El frío y la humedad pesan más que el calor: la corrosión provocada por la condensación siempre surge primero en las partes inferiores del cuadro.

Por ello, las resistencias deben colocarse lo más abajo posible, siempre en la parte inferior. Teniendo en cuenta la convección interna generada por las resistencias, es importante mantener al menos 150 milímetros entre la parte superior de la resistencia y el dispositivo superior más cercano. Cuando el cuadro es muy ancho, es recomendable dejar que circule una columna de aire libre, por ejemplo, el espacio entre dos envolventes ensambladas.

Sea cual sea su tipo, los controladores de temperatura y humedad deben ajustarse de forma similar para garantizar una detección eficaz y temprana de la humedad.

¿Cómo proteger contra la condensación a los cuadros que ya están en funcionamiento?

Las resistencias ultrafinas son ideales cuando se necesita proteger a un cuadro que ya está en funcionamiento y que se encuentra en un lugar donde las condiciones atmosféricas son propensas a la condensación.

Seamos realistas, la disponibilidad de espacio para añadir dispositivos suele ser mínima, pero las innovadoras resistencias ultrafinas que ofrece Schneider Electric son tan finas que serán fáciles de encajar. Algunas de ellas sólo tienen poco más de 1,5 mm de grosor. Estos dispositivos entran en funcionamiento a bajas temperaturas y pueden montarse en cualquier dirección.

Para más información, puedes descargar:

Por último, te presentamos al que será tu mejor aliado a la hora de optimizar la configuración térmica, teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas del lugar donde instalarás tus cuadros eléctricos: nuestro software online Proclima.

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