La condensación es la causa más importante de corrosión que afecta a los equipos eléctricos y electrónicos. Se produce por la combinación de una alta humedad relativa atmosférica y una baja temperatura ambiente. Por ejemplo:
– Humedad relativa atmosférica > 70%
– Temperatura ambiente (alrededor del cuadro) < +5 ° C
Sin importar la época del año, la condensación superficial se producirá si -y cuando- la temperatura desciende por debajo del punto de rocío. Si añadimos además un entorno industrial, se obtienen índices de corrosión que aumentan casi al máximo, como se indica en la Tabla 1.
Ahora bien, ¿por qué existe el punto de rocío? ¿Qué es lo que determina el inicio de la condensación?
Técnicamente, la condensación se debe a la combinación de dos magnitudes físicas del aire: la temperatura ambiente (Ta) y la humedad relativa (HR).
La condensación se produce cuando el vapor de agua del aire entra en contacto con una superficie cuya temperatura es menor que la temperatura de punto de rocío (Tr).
Esto ocurre en todas partes, sobre todo en los techos de los armarios eléctricos o en las superficies metálicas, como conectores, barras colectoras, terminales de conexión, etc., (tal y como se muestra en la imagen 1). Estos componentes no disipan muy bien el calor en momentos de alta humedad. Dependiendo de los valores de Ta y HR, los componentes acabarán mojándose.
Nota: es posible que no identifiquemos el problema de condensación, ya que puede producirse por la noche y “desaparecer” durante el día.
Es habitual que muchas instalaciones interiores y exteriores no funcionen por la noche. Si es así, existe un riesgo inmediato de que el agua entre en contacto con los equipos electrónicos. Si no están en uso y se produce un descenso de la temperatura con una alta concentración de vapor de agua, se formará condensación, especialmente en las partes metálicas y bajas del armario.
Puede ser un fenómeno “invisible”, ya que la condensación puede aparecer y desaparecer.
Es posible que los encargados del mantenimiento no sean conscientes de que se está produciendo, pero la condensación acelera el proceso de corrosión, como se ve en la imagen 2.
Aunque el armario en sí está protegido gracias a la selección de un material adecuado (poliéster, acero con recubrimiento anticorrosivo o acero inoxidable), el interior de la envolvente puede no estar protegido.
En este sentido, a la hora de diseñar un cuadro eléctrico, ya sea con fines de automatización del control o de suministro de energía, es fundamental conocer los ciclos de temperatura y humedad que pueden darse, especialmente cuando el cuadro funciona en el exterior.
La solución más eficaz es reducir la humedad relativa mediante una resistencia calefactora controlada por un higrostato, o un higrómetro para garantizar que la humedad relativa se mantenga por debajo del 60%.
Es importante sellar adecuadamente el armario para minimizar la entrada de humedad (por ejemplo, añadiendo placas de entrada de cables en la parte inferior de los armarios).
En función de las condiciones meteorológicas previsibles y de las características del cuadro eléctrico y de los equipos que alberga, la solución óptima puede consistir en diferentes dispositivos de calefacción y control y en la forma de encajar estos dispositivos en el cuadro.
Para conocer la configuración óptima de cada proyecto, puedes consultar:
- Mini-guía: Soluciones de gestión térmica para invierno
- Guía Técnica para Armarios de Control
- Y…no te pierdas el resto de los consejos en nuestros próximos artículos en el blog
Por último, te presentamos al que será tu mejor aliado a la hora de optimizar la configuración térmica, teniendo en cuenta las condiciones meteorológicas del lugar donde instalarás tus cuadros eléctricos: nuestro software online Proclima.
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