5 elementos imprescindibles para garantizar la competitividad de las empresas 

Abordamos en este nuevo post de la serie #UrgenciaEnergética #TomaElControl los elementos clave qué debemos tener en cuenta en nuestras decisiones para evitar hipotecar el futuro de nuestras organizaciones y garantizar la competitividad de las empresas. Y, es que en el actual contexto de policrisis e incertidumbre nos encontramos mayoritariamente con dos tipos de organizaciones: aquellas que paralizadas por el “no saber qué va a pasar”, postergan sus decisiones o las abordan de forma superficial y aquellas que están optando por decisiones cortoplacistas, sin tener en cuenta los escenarios futuros a los que se van a enfrentar y cómo estas decisiones pueden condicionarlos. 

Transformación digital y transición energética van absolutamente de la mano. La segunda, con el creciente aumento de precios, pero sobre todo por la amenaza real de que la energía no esté siempre disponible y por el impacto que va a tener en la cuenta de resultados el poder adecuar nuestra actividad a unos precios cada vez más polarizados, está cogiendo cada vez mayor relevancia y acelerando la necesidad de transformación digital nuestras organizaciones.  

Apuntamos a continuación 5 elementos clave, a menudo desconocidos, o que desde nuestros equipos pueden apuntarnos “que ya tenemos resueltos” a los que como CEOs o responsables debemos prestar especial atención.  

El primero es la “uniformidad de del dato”. Como organizaciones vamos a necesitar convertir todo nuestro entorno empresarial en datos susceptibles de ser analizados y explotados. Competimos además en muchos casos con empresas nativas digitales, que han hecho del dato y de su explotación su modelo de negocio. Ser capaces de disponer de todos los datos clave de nuestra organización, con el contexto correcto, que no contengan errores y que puedan fluir de una a otra aplicación y aportar valor más allá de donde fueron creados, va a ser clave.   

En segundo lugar debemos asegurarnos de que elegimos la plataforma correcta sobre la que correrá nuestra infraestructura de datos. Hay que ir a plataformas abiertas, agnósticas y que estén federadas, es decir, que los distintos fabricantes de software sean los responsables de conservar el contexto del dato, de llevar a cabo las distintas integraciones, actualizaciones de ciberseguridad, etc. Errores típicos cómo el autodesarrollo -que normalmente soluciona un aspecto puntual presente pero que no está preparada para futuras necesidades y que en el mejor de los casos nos supondrá una importante perdida de velocidad- o las soluciones verticales, que nos atan a un único fabricante y nos imposibilitan la integración de otras tecnologías y nos subordinan a los desarrollos que el fabricante quiera hacer, generarán inevitablemente cautividad tecnológica.  

El tercer elemento a tener en cuenta es la interoperabilidad. Necesitamos a través de las plataformas federadas ser capaces de integrar todos los datos de la compañía para poder extraer valor.  Operaciones, mantenimiento, recursos humanos, gestión energética, CRM de clientes, plataforma de proveedores, SAP, deben ser capaces de funcionar como una única herramienta. Esta interoperabilidad, nos permitirá además como CEO disponer de un cuadro de mandos único de nuestra organización. 

El cuarto elemento crítico es la digitalización de la energía. La energía deja de ser un recurso siempre disponible y de costes predecibles a ser un flujo que nos requerirá ser capaces de gestionarlo en tiempo real. ¿Saber cuanto consumo en función del proceso? ¿Cuál es el coste de la energía de un producto específico? ¿Cómo impacta el cambio de materia prima en el consumo energético del proceso? ¿Cómo impactará la nueva maquina que quiero incorporar? La energía corre en todas nuestras operaciones, ser capaz de digitalizarla es el primer paso para mejorar la eficiencia en su consumo, pero además los datos energéticos son un termómetro del estado de nuestras operaciones.  

El quinto elemento es la flexibilidad. La polarización de los costes energéticos -pasaremos de momentos en los que será prácticamente gratuita a picos elevadísimos en los precios cuando el sistema no disponga de generación renovable-, sumado a la creciente inestabilidad de la red, que va a hacer que el suministro energético pueda sufrir interrupciones cada vez más frecuentes. Esto nos obliga, por un lado, a mejorar nuestra flexibilidad implícita, es decir ser capaces de adecuar nuestras operaciones tanto al precio como a la disponibilidad de la energía, haciendo por ejemplo que de forma automática los procesos que más consumen se ejecuten cuando el precio de la energía alcance sus mínimos. Por otro lado, necesitaremos de flexibilidad explícita, para poder abordar nuevos modelos de negocio que me permitirán monetizar de forma distinta la gestión activa de la energía.   

 Si quieres más información da clic aquí y uno de nuestros comerciales se pondrá en contacto contigo

Etiquetas:

Añadir comentario

Todos los campos son requeridos.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprenda cómo se procesan sus datos de comentarios .