Cualquier tipo de edificio (residencial, comercial, educativos, etc) puede llevar a cabo numerosas medidas para aumentar la eficiencia energética. Medidas aplicadas a la iluminación, calefacción o electrodomésticos, entre otros.
Iluminación
Sustitución de bombillas incandescentes por bombillas LED de alta eficiencia energética. Permite ahorrar más de un 80%, ya que utiliza una potencia menor que las incandescentes y además tienen una mayor duración. Así lo revelan datos de IDAE y la OCU.
También respecto a la iluminación se recomienda implementar sistemas inteligentes. Los sensores y los temporizadores permiten hacer uso de la luz sólo cuando es necesario. Cuando detecta la presencia de una persona o durante un tiempo determinado. Sirven para reducir todo aquel consumo en las áreas que no utilizamos.
Los reguladores de intensidad también permiten aumentar la eficiencia energética. Ajustar el nivel de luz que desprende la fuente de luz, para adaptarlo a cada necesidad. No todas las actividades ni acciones requieren el mismo nivel de luz.
Los sistemas inteligentes de gestión de edificios permiten detectar aquellas zonas más propensas a generar ahorro con la implantación de estas mejoras. También favorecen un mejor seguimiento y personalización de esas medidas, dado que el uso de un edificio no es lineal a lo largo del tiempo.
Tampoco la forma en la que incide el sol ni la luz natural es siempre la misma. Ni siquiera en periodos estacionales equivalentes año tras año. No todos los 25 de julio tienen que ser soleados, y esto puede afectar a las necesidades reales de luz en cada una de las zonas del edificio. Son pequeños cambios que, en su conjunto, generan ahorros importantes año tras año y que sólo pueden ser detectados y anticipados mediante estos sistemas inteligentes.
Aislamiento
Instalación de ventanas de alta eficiencia energética para reducir la pérdida de calor y la ganancia de calor no deseado. Siempre que sea posible es recomendable instalar ventanas con doble cristal, ya que permiten aislar mejor el edificio. Para las ventanas de aluminio lo mejor es que tengan rotura de puente térmico.
Las paredes son un punto importante para conseguir mayor eficiencia energética. Reforzar los aislantes en muros, tejado e incluso suelos del edificio. Son medidas que reducen la demanda de energía y a su vez, disminuyen las pérdidas de calor.
Calefacción y refrigeración
Implementación de sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) de alta eficiencia energética, como sistemas de bomba de calor o sistemas geotérmicos con etiqueta A o superior.
Colocar válvulas termostáticas en radiadores o termostatos programables también son buenas soluciones. Desde IDAE indican que suponen un ahorro de entre el 8 y 13% de energía. Para mantener la máxima efectividad es necesario llevar un correcto mantenimiento de todos los equipos.
Uso de termostatos programables para controlar el uso del sistema de calefacción y aire acondicionado en función de la hora del día y las necesidades de los ocupantes. Por ejemplo, mantenerlo apagado durante la noche o en modo ahorro en periodos de menor uso.
De nuevo, un sistema de gestión inteligente de edificios permitirá aprovechar verdaderamente todas las capacidades de ahorro que tienen estos sistemas.
Electrodomésticos
Usar electrodomésticos y equipos de oficina de alta eficiencia energética, como refrigeradores, lavadoras, computadoras y televisores. Comprobar cuál es su etiqueta energética. Cuando se trata de una nueva adquisición elegir el que sea más eficiente.
- No mantener las puertas del frigorífico mucho tiempo abiertas, se desperdicia hasta un 7% de energía.
- Hacer uso de lavadoras y lavavajillas en su máxima capacidad.
- Mejor usar lavavajillas que lavar a mano, ya que se desperdicia hasta 10 veces menos de agua. Según datos del informe del Canal de Isabel II. Lavar a mano supone un gasto de 88,8 litros de agua diarios y con el lavavajillas 54,2.
- Usar regletas para conectar computadoras y televisores. Así cuando no se utilice se apaga el interruptor de la energía y se reduce el consumo.
En conclusión, al implementar estas medidas, los propietarios y ocupantes de edificios pueden reducir significativamente el consumo de energía y, por lo tanto, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, estas medidas también pueden ayudar a reducir el coste energético.
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