La carga de las flotas eléctricas en los centros de trabajo: la importancia de la gestión energética

La carga de los vehículos eléctricos en los centros de trabajo pasa a ser una necesidad para las empresas que buscan ser más sostenibles y rentables, ya que el 98% de los cargadores se instalarán en los edificios y hogares, según Bloomberg New Energy Finance (BNEF) en su Electric Vehicle Outlook 2021. A su vez, debido a la transición energética (electrificación), el consumo en los centros de trabajo se va a aumentar un 45% según estudios realizados por Schneider Electric.

La transición hacia vehículos eléctricos no solo contribuye a la reducción de emisiones contaminantes, sino que también genera importantes ahorros económicos, pues, aparte del menor coste operativo por consumir energía en vez de gasolina, se da la posibilidad de usar energías renovables. Si, además contemplamos el apoyo de los fondos europeos y una planificación cuidadosa de la infraestructura de carga y la gestión energética de los recursos distribuidos, las empresas pueden llevar a cabo una exitosa transición hacia la movilidad eléctrica y, como apuntábamos, hacia un mundo más sostenible.

¿Qué debemos tener en cuenta?

Uno de los aspectos clave a considerar al electrificar una flota es la infraestructura de carga. Es necesario evaluar la capacidad eléctrica de las instalaciones y determinar cuántos puntos de carga se requerirán, así como su potencia individual pues el coste de la inversión (actual y futura) dependerá de estos factores.

La mayoría de los edificios se van a enfrentar a una cuestión importante: no tienen contratada la potencia suficiente para cargar muchos vehículos a plena potencia. Esto es precisamente lo que soluciona el gestor de potencia, que reparte de forma dinámica la energía sobrante del consumo general del edificio y lo dirige a la carga de los vehículos.

Con la incorporación sucesiva de cargadores por los requisitos de la velocidad de carga o potencia necesaria, y la propia electrificación de otros activos (bombas, hidrogeno…) nos puede obligar a aumentar la potencia contratada de toda nuestra instalación o incluso valorar otras soluciones tecnológicas, como las microgrids.

En grandes oficinas, edificios comerciales e industriales, la transición a la movilidad eléctrica requerirá hasta un 45% más de energía. Por lo tanto, habrá un problema de falta de potencia disponible.

En este contexto, será fundamental realizar una gestión activa de la energía del edificio pues vamos a tener que controlar y predecir todas las fuentes locales de consumo, generación local e incluso almacenamiento, en tiempo real.

En este panorama entran en juego las microgrids, una solución que cada vez más se está incorporando en las empresas.

¿Qué es una microgrid?

Una microgrid es un sistema automático de control de energía y potencia, que mediante algoritmos de IA y Machine Learning, gestiona y optimiza una serie de recursos energéticos distribuidos.

Por ejemplo, puede configurarse para limitar o controlar la potencia demandada de la red, haciendo uso de la capacidad de generación renovable, los sistemas de almacenamiento disponible o la gestión de cargas flexibles, es decir, establece la lógica de control óptima para no superar una potencia definida o no hacer vertidos a red. De esta forma, los usuarios ya no solo consumen de una forma pasiva, sino que se convierten en Prosumidores y son capaces de gestionar de forma activa su energía. Esto conlleva muchas ventajas:

  • Un mayor ahorro en la factura eléctrica
  • Reducción de la huella de carbono
  • Más resiliencia en las operaciones
  • Estar preparado para el futuro

Estar preparados para el futuro significa poder anticipar. Para ello, es fundamental preparar nuestros centros de trabajo para todos estos cambios y proporcionarles una gestión activa de la energía mediante herramientas digitales. Y estas herramientas digitales deben ser escalables, abiertas y evolutivas, como nuestra plataforma EcoStruxture para Microgrids.

Las microgrids son ya una realidad en España y muestra de ello es la primera microgrid industrial realizada en nuestra fábrica de Puente la Reina, en Navarra.

En conclusión, la electrificación de flotas en los centros de trabajo se ha convertido en una necesidad para las empresas que buscan ser más sostenibles y rentables. La transición a vehículos eléctricos no solo contribuye a la reducción de emisiones contaminantes, sino que también genera ahorros económicos significativos. Estosupone una gran oportunidad para que nuestras empresas sean más activas en la gestión de la energía, más capaces de controlar sus gastos energéticos y, por lo tanto, más competitivas.

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