Autoconsumo y flexibilidad en el lado de la demanda o demand-side flexibility (DSF)

Una definición de flexibilidad sería el cambio de patrones de consumo y/o generación en respuesta a una señal externa (precio o activación de tarifa) o para dar un servicio a la red o al sistema. Es lo que se conocen como flexibilidad implícita y explicita respectivamente.

En algunos foros se confunden los conceptos de flexibilidad de la demanda y autoconsumo y los beneficios que aportan. Abordamos en este blog en mayor profundidad el autoconsumo, su potencial y su relación con la flexibilidad.

¿Qué es el autoconsumo?

El autoconsumo es un despliegue que, como la misma palabra dice, permite:

  • Consumir la producción en la misma instalación donde se ubica o alrededor (colectivo),
  • Maximizar esa producción para reducir la importación de energía del sistema (y con eso la factura),
  • Si la instalación esta sobredimensionada o en periodos de baja demanda se pueden generar excedentes que, según normativa, se pueden compensar, vender o incluso exportar,
  • Con almacenamiento (mayoritariamente baterías eléctricas) mejorar el aprovechamiento de estos excedentes para consumirlos en otro instante de tiempo, normalmente cuando no existe producción local,
  • Finalmente, la opción de vender toda la producción local (generación on-site) a un agente de mercado, normalmente comercializadoras mediante diferentes fórmulas, entre ellas PPAs (normalmente físicos), baterías virtuales, etc.

Entonces, ni el autoconsumo (con o sin almacenamiento) ni la generación on-site aportan por si solos flexibilidad al sistema eléctrico. Son opciones que nos permiten maximizar la producción. Muchas de estas instalaciones de autoconsumo incluso se evalúan en su diseño y operación desde el parámetro LCOE -también conocido como coste energético nivelado, una metodología estándar que permite calcular el coste por kilovatio hora en función del tipo de generación y que tiene en cuenta todos los costes que se generarán a lo largo de la vida útil de la instalación-, lo que automáticamente las refiere y las dota de un carácter completamente lado generación. El autoconsumo es pues generación distribuida en el lado demanda y aprovechada de distintas maneras.

La transición energética no es cambiar un tipo de generación por otra, y por tanto, el autoconsumo en sí mismo no es suficiente para garantizar esta transición. Se va a requerir de flexibilidad lado demanda (20-25 % de la capacidad instalada de los sistemas eléctricos según la Agencia Internacional de la Energía para economías desarrolladas) y eso implica que los usuarios finales deberán contar con la capacidad tecnológica que les permita ser activos energéticamente y dar respuesta activa a las señales externas. Existe ya en este momento tecnología evolucionada que, mediante controles avanzados y de predicción, permiten gestionar recursos energéticos de diferente naturaleza (generación, almacenamiento y cargas gestionables -si me permitís incluirlo como recurso energético-) de forma conjunta en cualquier de sus configuraciones para desplegar la flexibilidad en el lado de la demanda, siendo la principal las microgrids o microredes de usuarios finales, que permiten además aumentar su sostenibilidad, sus ahorros energéticos y la fiabilidad de su energía.

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