Los objetivos climáticos de la Unión Europea siguen avanzando a pasos agigantados. En concreto, en lo que se refiere al transporte, la UE quiere reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 90% para 2050. Para alcanzar este objetivo, la adopción de vehículos eléctricos (VE) tendrá que crecer de forma importante. El Reglamento sobre Infraestructuras de Combustibles Alternativos (AFIR), piedra angular del paquete de medidas de la UE Fit for 55, tiene un rol fundamental para la adopción de los VE, ya que viene a garantizar una infraestructura de que pueda satisfacer sus necesidades de recarga de este tipo de medios de transporte. Y es que el AFIR exige a los Estados miembros de la UE que aumenten el número de estaciones de recarga y repostaje y que normalicen las tecnologías de recarga de los vehículos eléctricos.
El nuevo reglamento también establece que los conductores de vehículos eléctricos deben poder pagar de forma fácil y cómoda por su recarga, con métodos de pago ampliamente disponibles en Europa. Concede a los conductores de VE el derecho a cargar en una estación de recarga pública sin registrarse ni firmar un contrato con un operador o proveedor de servicios de movilidad (base ad-hoc).
Contexto y antecedentes
Cuando se implementaron las estaciones de recarga para vehículos eléctricos, se buscó automatizar el proceso de cobro, eliminando la necesidad de personal en las estaciones de servicio. Por lo tanto, se optó por un método de pago más automatizado, como el pago a través de una aplicación en lugar de un método de pago convencional.
Inicialmente, la experiencia de usuario era sencilla: los usuarios podían recargar en cualquier estación y recibir una factura al final del mes por todas sus recargas. Sin embargo, el rápido crecimiento de la industria de vehículos eléctricos generó un aumento exponencial de operadores de puntos de recarga, cada uno con su propia aplicación, pasarela de pago y método de cobro.
Esta situación dio lugar a la aparición de nuevos participantes en la industria, como los eMSPs (proveedores de servicios de movilidad eléctrica) y las plataformas de Roaming, que buscan ofrecer a los usuarios acceso a múltiples estaciones a través de una sola aplicación. No obstante, el principal desafío para los usuarios de vehículos eléctricos sigue siendo la necesidad de descargar, registrarse y configurar múltiples aplicaciones para cargar en diferentes estaciones.
En respuesta a esta situación, la normativa AFIR (Alternative Fuels Infrastructure Regulation) busca regular y mejorar las infraestructuras de recarga de combustibles alternativos, con un enfoque particular en los vehículos eléctricos. A partir del 13 de abril de 2024, esta regulación refuerza dos aspectos clave: la transparencia y equidad en los precios por parte de los operadores de puntos de recarga, y la obligación para las nuevas instalaciones de ofrecer métodos de pago in situ, como el pago con tarjeta de crédito, sin necesidad de aplicaciones o suscripciones previas.
Simplificar las opciones de pago de los puntos de recarga
Los nuevos requisitos del AFIR suponen un reto para los operadores de puntos de recarga (OPC), que deberán ser totalmente transparentes en el precio de las sesiones de recarga de VE en los puntos de recarga públicos, incluidas las tasas que puedan aplicarse (por ejemplo, por kWh). Los precios deben comunicarse claramente y estar fácilmente disponibles para los conductores.
Además, los OPC deben permitir a los conductores de VE pagar sus sesiones de recarga utilizando múltiples opciones de pago. Para aceptar pagos electrónicos, debe estar disponible al menos una de las siguientes opciones de pago:
- Lectores de tarjetas
- Dispositivos contactless que puedan leer tarjetas
- Dispositivos con conexión a Internet que permitan realizar transacciones de pago seguras, por ejemplo mediante códigos QR.
Soluciones tecnológicas disponibles para cumplir con la normativa
Según el AFIR, el operador del punto de recarga es el responsable de garantizar que los conductores puedan recargar utilizando pagos ad-hoc.
Para todas las estaciones de las instalaciones nuevas es necesario ofrecer este método de pago ad-hoc, pero hay una diferencia por potencia de las estaciones de recarga. Para las que cuentan con potencia superiores a 50kW tienen que ofrecer un método de pago por tarjeta de pago mientras que para las menores de 50kW es suficiente que cuenten con una conexión a internet y ofrecer un método de pago seguro como por ejemplo un código de respuesta rápida. Además, los puntos superiores a 50kW ya existentes en vía pública deben ofrecer métodos de pago con tarjeta de pago ya sea mediante lectores o dispositivos de tecnología sin contacto, antes del 1 de enero de 2027.
En respuesta a la nueva normativa, Schneider Electric presenta dos soluciones:
- Un tótem de pago, como el EVlink Pro Pay, que facilita el proceso de pago de manera intuitiva y sencilla para los usuarios. Este sistema permite a cualquier usuario cargar de manera ad-hoc, sin complicaciones. Entre sus características principales se encuentran el pago contactless, la compatibilidad con tarjetas VISA, Mastercard, Apple Pay y Google Pay, una pantalla táctil a color, gestión del pago de hasta 10 cargadores, conectividad LAN o 4G, soporte para distintos idiomas y la posibilidad de integración en diferentes opciones de montaje.
- Un terminal de pago integrado en la estación de carga, como el EVlink Pro DC de hasta 180 kW, que puede leer tarjetas de pago por tecnologías sin contacto. Esto elimina la necesidad de una solución de tótem externo y es óptimo para el uso frecuente de la estación de carga (rotación de menos de 1 hora) para mejorar la experiencia de los clientes.
La implementación del Reglamento sobre Infraestructuras de Combustibles Alternativos (AFIR) representa un paso determinante hacia la descarbonización del transporte en la Unión Europea. Pero, para los OPC, adaptarse a estos nuevos requisitos implica actualizar sus sistemas. En este sentido, en Schneider Electric somos un aliado estratégico que no solo ofrece soluciones innovadoras que cumplen con las normativas del AFIR, sino que también esta transición para los clientes. Una transición que permitirá a los operadores de puntos de recarga no solo cumplir con las normativas, sino también mejorar la satisfacción del usuario y contribuir a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con los objetivos climáticos de la Unión Europea para 2050.
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