La prominencia de Europa en el mundo está disminuyendo, pero aún podemos actuar; y debemos hacerlo ya. Los altos costes energéticos, el acceso limitado a fuentes de energía y un sistema de investigación e innovación infrautilizado están frenando el crecimiento de nuestras industrias frente a la competencia global. La intensidad de la investigación y desarrollo (I+D) de la UE se sitúa en el 2,2 % del PIB, por debajo de la de EE.UU., Japón, Corea del Sur y China, y en los últimos años hemos visto un descenso significativo en el número de empresas europeas en el Fortune Global 500 y en la productividad laboral.
En septiembre, el ex presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, presentó un informe relevante que subraya las adaptaciones esenciales que Europa necesita para recuperar su competitividad. Este documento sirve como una llamada de atención para una acción inmediata en Europa, al tiempo que destaca que el mayor desafío de Europa es también su mayor oportunidad.
Con una trayectoria de logros industriales, innovación y avances científicos, y unas condiciones económicas favorables, el continente está preparado para el cambio. Para restaurar la vitalidad económica, Draghi enfatiza la necesidad de una profunda reconfiguración de la estrategia industrial. Esto incluye acelerar la innovación, reducir la brecha de habilidades y mantener la inversión en sectores clave.
La energía y la digitalización se destacan como catalizadores del desarrollo económico sostenible, posicionando a Europa como un modelo de crecimiento sostenible a nivel global. Las áreas clave identificadas como factores transformadores para que Europa recupere su competitividad, y a las que estamos comprometidos, son las siguientes:
Interconexión entre la descarbonización y el crecimiento económico
El informe Draghi destaca el papel crucial de la descarbonización para impulsar la competitividad europea. Dado que se espera un aumento del 28 % en la demanda de centros de datos y la expansión de otras industrias intensivas en energía para 2030, la UE debe priorizar la modernización de la red eléctrica, agilizar los permisos y establecer estándares claros para fomentar un sistema energético sostenible. Esto es fundamental para dar forma al panorama energético del futuro.
Las políticas actuales ya están impulsando esta transición. La Ley de Industria de Emisiones Cero, por ejemplo, busca fortalecer la fabricación europea a través de tecnologías limpias. Al reducir las cargas administrativas y ofrecer apoyo local, esta ley alinea el crecimiento económico con los objetivos de descarbonización de la UE.
El Pacto Verde Europeo es la piedra angular de nuestro futuro. Estamos comprometidos con la implementación del paquete Fit for 55 para mejorar la competitividad de Europa mediante la innovación sostenible. Políticas como Fit for 55 y la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD, por sus siglas en inglés) pueden estimular la creación de empleo y revitalizar la economía de la UE. Un estudio conjunto reciente con la Universidad de Boston sugiere que la adopción de tecnologías de energía limpia en edificios nuevos y renovados podría generar más de 2 millones de nuevos empleos en Europa y Estados Unidos.
El camino hacia las emisiones netas cero tendrá un impacto profundo tanto en el medio ambiente como en la economía. Europa tiene una oportunidad única de liderar el camino, estableciendo un estándar global para el crecimiento y la innovación sostenibles en respuesta al cambio climático.
Refuerzo de la seguridad y reducción de la dependencia
En el contexto de las tensiones geopolíticas actuales, la dependencia externa de Europa de materias primas críticas (MPC) y tecnologías avanzadas presenta posibles vulnerabilidades. El impacto fue evidente durante el aumento de los precios de la energía tras el conflicto entre Rusia y Ucrania, lo que llevó al cierre de empresas y agravó la crisis del coste de la vida. Aunque los precios de la energía han disminuido desde su pico en 2022, las proyecciones indican que incluso más allá de 2025 podrían ser hasta cuatro veces más altos que los niveles anteriores a la crisis.
Para mejorar la resiliencia y seguridad europeas, parece esencial realizar inversiones significativas en sectores como la minería y los semiconductores. La estrategia más efectiva para reducir las dependencias actuales de los combustibles fósiles implica una transición hacia fuentes de energía renovable y la mejora de la eficiencia energética. Aumentar la inversión en la transición energética puede ampliar nuestra oferta de energía verde y alinear las energías renovables con la demanda, lo cual es crucial para apoyar a nuestras industrias y fomentar la innovación y el crecimiento necesarios para fortalecer nuestra resiliencia económica.
Fomento de la innovación e impulso de la transformación digital
En el actual panorama digital en rápida evolución, la innovación es crucial para que la UE mantenga su competitividad global. La región enfrenta una brecha significativa de financiación en tecnología, especialmente en inteligencia artificial (IA), en comparación con EE.UU. Para cerrar esta brecha, la UE debe priorizar un aumento de la inversión en investigación y desarrollo y fomentar una cultura de innovación en diversos sectores.
Actualmente, las empresas estadounidenses dominan la financiación de startups de IA, recibiendo el 61 % del total global, mientras que las startups de la UE quedan rezagadas con solo un 6 %. Para abordar esto, la UE debería brindar un mayor apoyo a startups y a pymes, que a menudo sirven como incubadoras de ideas innovadoras. Podría ser a través de:
- Incentivar inversiones: Ofrecer desgravaciones fiscales, subvenciones y otros incentivos financieros para fomentar la inversión en empresas tecnológicas en etapas iniciales.
- Agilizar regulaciones: Reducir las barreras burocráticas y simplificar los procesos de cumplimiento para startups y pymes.
- Armonizar la legislación: Crear un marco regulatorio más unificado entre los estados miembros de la UE para fomentar un campo de juego equitativo para la innovación.
- Financiación para escalar tecnologías existentes/implementación en el mercado: Proporcionar financiación específica para apoyar el crecimiento y la comercialización de tecnologías prometedoras que ya hayan demostrado su potencial. Esto puede ayudar a llevar soluciones innovadoras al mercado más rápidamente y crear beneficios económicos tangibles.
Al centrarse tanto en la I+D como en la implementación en el mercado, la UE puede crear un ecosistema de innovación más robusto y competitivo que impulse la transformación digital y beneficie a sus ciudadanos y empresas.
La digitalización es un pilar fundamental del crecimiento económico de la UE. Si bien Europa destaca en tecnologías verdes, es esencial aumentar la inversión en IA para mantener su liderazgo global. Esta inversión contribuirá a mejorar la eficiencia energética a medida que crezca la adopción de tecnologías. Al armonizar estándares y marcos, como el Marco de Gestión de Riesgos de IA del NIST, y adoptar una política industrial más unificada, la UE puede revitalizar su economía.
El Informe Draghi propone abordar la falta de personal cualificado
La UE sigue lidiando con una gran escasez de personal cualificado, lo que supone un importante obstáculo para el crecimiento. Aunque este reto es común a varios sectores, la economía verde se enfrenta a una escasez de personal formado especialmente grave, con una necesidad de más de un millón de trabajadores del sector solar de aquí a 2030 para que la UE alcance sus objetivos en materia de energías renovables.
Como se destaca en el informe Draghi, impulsar el crecimiento de la productividad «es el principal motor del progreso a largo plazo y contribuye a la mejora gradual de los niveles de vida.» Estoy firmemente convencido de que para lograrlo es necesaria la colaboración entre los gobiernos, las instituciones educativas y el sector privado para reciclar y mejorar las competencias de los profesionales.
Actualmente, Europa está en un riesgo real de fuga de talento, agravado por las barreras lingüísticas y los distintos tipos de formación digital y verde.
Necesitamos políticas más atractivas que ayuden a las empresas a invertir en talento y equipar a los empleados con las habilidades necesarias para adaptarse a los avances tecnológicos. Esto es crucial para mantener el ritmo con las industrias en evolución y los mercados globales, asegurando un crecimiento económico sostenido y prosperidad.
Hacia una Europa competitiva
El informe Draghi esboza una estrategia integral y orientada al futuro para mejorar la competitividad de Europa. Sin la implementación de estas medidas sólidas, corremos el riesgo de quedarnos atrás en el escenario global. Realizar esta visión requerirá una inversión financiera sustancial y esfuerzos colaborativos entre todos los estados miembros. Sin embargo, confío en que, al centrarse en la innovación, la inversión y las reformas políticas estratégicas, Europa puede establecerse como un líder global en tecnología y sostenibilidad.
Este artículo fue publicado originalmente en el blog global de Schneider Electric por Gwenaelle Avice-Huet
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