El atropello de las tres grandes transformaciones

En mi último libro, aseguraba que la complejidad actual la habían generado cuatro grandes fuerzas globales o macrotendencias que habían estado interactuando unas sobre otras a una velocidad nunca vista y a las que se han unido los últimos fenómenos de la policrisis: pandemia, guerras, falta de materiales, transporte, crisis energética,…. Esas cuatro grandes macrotendencias son la globalización (en la que incluyo la geopolítica, la evolución de las clases medias, reto demográfico y la urbanización), la revolución digital (la existencia de un mundo híbrido: físico y digital en el que la IA aparece como una disrupción enorme), la expansión del conocimiento (Internet, nativos digitales,.) y la emergencia climática (circularidad, descarbonización y aceleración de las normativas por parte de la UE). Estas fuerzas globales interactúan entre sí, generando dilemas y paradojas y aspectos pluridimensionales (países, sectores, personas, impactos sociales, económicos, de salud) que cambian a una velocidad desconocida, generando una incertidumbre y una ansiedad nunca vista anteriormente. En el que se vislumbran además nuevas disrupciones como la Inteligencia artificial generativa y la general, metaverso, computación cuántica y, en algunos países y regiones, el reto demográfico y la gestión del talento, clave en un mundo más digital. Un desafío nunca visto que provoca asimetrías extraordinarias, en una revolución que está provocando que haya ganadores y perdedores tanto en países como en sectores, empresas y personas.

La complejidad es la dificultad de entender lo que está entretejido, interrelacionado. Esto es debido a que algunos problemas son difíciles de definir, describir o formular. Además, son pluridimensionales, abundan en interdependencias —difíciles de detectar— y en respuestas no lineales, exponenciales (al duplicar una serie de recursos, los efectos serán mayores que el doble) en un entorno de aceleración. Tratar de entenderlos, quizá, sea el mayor desafío al que nos enfrentamos como personas, ciudadanos o responsables de cualquier tipo de organización.

Dicho esto, y tratando de sintetizar para poder comprender mucho mejor, nos enfrentamos a tres grandes transformaciones derivadas de la interacción entre las macrotendencias. Son la transformación digital, energética y cultural. No son tan sencillas de comprender. Para ilustrarlo mejor, me gusta la parábola de los ciegos y el elefante que se ha utilizado para ilustrar la incapacidad de los seres humanos para conocer la totalidad de la realidad.

Seis sabios hindúes escucharon hablar de un extraño animal, llamado elefante, que habían traído a su poblado. Ninguno de ellos conocía su forma o tamaño y como eran ciegos decidieron palparlo. Cada uno tocó una parte del animal para tratar de entender cuál debía ser su aspecto. La primera persona sitúo sus manos contra su ancho y duro lomo y dijo: “es como una pared”. Otro la posó sobre el colmillo: “Es liso y punzante como una lanza”. El tercero palpó la trompa del animal y exclamó que parecía una gruesa serpiente. Otro se sitúo cerca de la oreja: “Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico”. El sexto tocó la oscilante cola del animal: “El elefante es muy parecido a una soga”. Y así, los sabios discutieron largo y tendido, cada uno excesivamente terco y obcecado en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, estaban todos equivocados.

Esto es lo que ocurre en nuestras organizaciones. Como somos incapaces de tener una visión holística de las tres transformaciones, tomamos decisiones sin criterio, hipotecando el futuro de nuestras organizaciones. ¿no lo creéis? Veamos:

Error 1

La mayoría de las organizaciones está tomando decisiones en base a aplicar algoritmos sobre los datos existentes. En el mundo industrial sobre las operaciones de la fábrica (o infraestructura o edificio) y en el mundo comercial sobre los datos introducidos por nuestros comerciales. La realidad es que el 99% de las empresas no tienen sus datos correctamente (contextualizados, sin errores, no duplicados, normativizados) y las plataformas que utilizan para alojar esos datos no son abiertas por lo que el dato no puede fluir (no tiene continuidad digital. Diferentes departamentos tienen datos distintos para el mismo activo). Es decir, lanzan algoritmos sobre datos incorrectos. Mientras, los distintos proveedores dicen que lo más importante es el cloud, o la ciberseguridad, o el Iot, o el gemelo digital.

En el mundo comercial todavía es peor: nuestros comerciales introducen datos de negocio (cliente, importe, fecha de vencimiento) pero no introducen los datos cualitativos (competidores, sector, interlocutor dentro del cliente, no cierran la oportunidad en 24 horas con lo que la información que introducen al día o a la semana siguiente sufre de la “curva del olvido”: has perdido el 40% de la información al día siguiente) y cuando pierden una oportunidad prefieren decir que ha sido cancelada por el cliente o por nosotros). Sobre estos datos no se puede lanzar algoritmos porque apenas hay datos cualitativos y además no están correctos. ¿os suena?

Error 2

Muy pocas empresas están fijando objetivos de sostenibilidad (Net zero o Zero emisiones). Y esto es un tsunami. La transición energética, los compromisos para frenar el cambio climático, y las necesidades europeas, han obligado a los países a legislar. En los últimos años se han implementado normas para conseguir los objetivos de París: Green Deal, Fit for 55 y el Repower EU. Es la avanzadilla. En 2024 aparece la obligatoriedad del CSRD (Directiva de reporte de la Sostenibilidad) que es el estándar de reporte de sostenibilidad obligatorio para las empresas basadas en la Unión Europea. Se implementa en las compañías con +500 empleados que ya estaban sujetos a la NFRD (Directiva de Reporte No-Financiero). En el 2025 para empresas que no estaban sujetas a la NFRD con más de 250 empleados y/o 40 millones de euros de facturación y/o 20 millones de euros de activos. Y para las Pymes, sólo será obligatorio para las que operen en mercados regulados. Aunque la UE trabaja en un modelo simplificado para que PYMES pueden reportar a bancos, clientes e inversores, aumentando la transparencia y la comparabilidad de la información relacionada con el desempeño ambiental, social y de gobernanza (ESG) de las empresas. Esto afectará a todas las compañías. No somos conscientes del impacto que tiene esta transición: en imagen de marca, en atracción del talento, en los requerimientos de nuestros clientes y en financiación. Ya podemos empezar a seguir un proceso similar al de la Trasnformación digital: decidir qué objetivos nos marcamos (Net Zero o Cero emisiones), para qué fecha (2030 o 2050), medir los alcances para conocer la situación y, a partir de ahí, realizar el plan para descarbonizarnos y alcanzar los objetivos. Si no lo hacemos, este tsunami nos llevará con él.

Error 3

Necesitamos transformarnos culturalmente para abordar con garantías las dos transformaciones anteriores. Lanzamos programas de liderazgo (coach, transformador, transaccional, inspirador,…) con foco principal en el equipo o en la evaluación personal a través de las diferentes herramientas de “medición” del liderazgo que disponemos. Nuevamente equivocamos el enfoque: necesitamos hacer un trabajo de autoconocimiento y de propósito personal, que, alineado con el propósito de la organización multiplicará los resultados. ¿no lo creéis? ¿seguimos haciendo formaciones estándar para los diferentes colectivos sin impacto real? ¿conseguimos que nuestras competencias evolucionen a la misma velocidad que el mercado? ¿se puede saber si la formación es eficaz sino conocemos las motivaciones intrínsecas de cada persona? La respuesta es no. Invertimos ingentes cantidades de dinero y esfuerzo en seleccionar al talento, lo formamos en lo que nosotros creemos que es importante y, muchos de ellos, se acaban marchando de la organización. Imaginaros que fuéramos capaces de “autoconocernos”, saber cuáles son las funciones que mejor se me dan en función de mis características y que me formo en lo que va a multiplicar mi eficiencia porque sé cuáles son mis características personales y profesionales.

Es decir, estamos siendo incapaces de entender, ordenar y planificar las tres transformaciones porque nos están atropellando. Sin haber comenzado una transformación digital ordenada, nos invaden nuevas aplicaciones que, si no sabemos cómo estructurarlas, nos están confundiendo haciéndonos menos competitivos. Con la transición energética ocurre algo parecido. No hemos decidido si quereos ser net Zero o Zero emisiones ni en qué plazo y ya estamos tomando decisiones sobre la circularidad o la descarbonización, que, además, sólo se puede hacer con la digitalización. Así que apilamos las dificultades. Si, además, nuestras personas no están preparadas (que no lo están) para abordar estas dos transformaciones, tenemos un problema.

La receta es simple. Hay que volver a los básicos antes de hipotecar el futuro. Sigamos el proceso adecuado.

En la Transformación digital: capturar [FJ1]  los datos correctamente (sin errores, contextualizados, no duplicados), moverlos adecuadamente con el IoT, [FJ2]  alojarlos en plataformas abiertas (escalables, integrables, no cautivas, competitivas [FJ3] en precio) y lanzar aplicaciones que generen valor (IAG, Software, ..). El 99% de las empresas españolas no cumplen con el primer requisito.

En la Transición energética: decidir qué ambición de Sostenibilidad queremos para nuestra organización: Net Zero, Zero emisiones. Para cuando queremos conseguirlo (2030, 2050), cómo lo vamos a medir (SBT’s u otros), lanzar el plan de actuación (descarbonización, circularidad…)

En la Transformación cultural: comenzar por lo más importante: autoconocimiento de las personas, planes de desarrollo (especialmente de formación [FJ4] ) en función de las características de cada persona y planes de carrera para que las personas sepan a dónde pueden y quieren llegar. Sólo tendremos éxito si las personas conocen su propósito personal y éste está alineado con la organización. Es la manera más sencilla y potente de contratar y mantener talento, de crear una cultura meritocrática, diversa, inclusiva y de conseguir que la organización sea mucho más competitiva.

[FJ1] Producir y capturar con el uso de dispositivos inteligentes 

[FJ2] con aplicaciones federadas, 

[FJ3] Agnósticas y flexibles en precio 

[FJ4] A mí me gusta más hablar de «crear las condiciones idóneas» para que todas las personas puedan desarrollar su talento diferencial de forma autónoma impulsando el autoaprendizaje vinculado con la autoconciencia, la palabra formación no me encaja en este entorno 

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