A pesar del boom inmobiliario que todos ya conocemos, y que España experimentó entre finales de los 90 y mediados de la primera década 2000, el parque español es uno de los más viejos de Europa, con más de 17 millones de viviendas con una antigüedad superior a 25 años y con un nivel de equipamiento deficiente en muchas de ellas.
Además, en los últimos 3 años se ha iniciado un claro repunte en la venta de vivienda de segunda mano, que necesita reformas y adecuaciones. Y cada vez son más los que quieren mejorar su hogar tanto a nivel estético como funcional, con niveles de automatización que conocemos como domótica.
Así pues, la tecnología digital, poco a poco, se va colando en todos los ámbitos de nuestra vida, cambiando la forma en la que trabajamos, organizamos y nos relacionamos con nuestro entorno. Incluso con nuestro hogar. Cada vez hay más opciones tecnológicas para mejorar la comodidad, la seguridad e incluso el ahorro en nuestra casa. Se calcula que en el año 2022 habrá más de 500 dispositivos conectados… ¡en cada vivienda!
Las tendencias más importantes en hogares inteligentes son principalmente las que tienen que ver con el confort, el diseño y el ahorro. Aunque las opciones son muchas, las más populares son las que permiten convertir un simple mecanismo electrónico, como un enchufe o un interruptor, en uno con conectividad, sin cambiar el dispositivo ni la instalación. Y, por lo tanto, sin grandes desembolsos económicos. De esta forma, la vivienda puede disponer de soluciones inteligentes con bluetooth que permiten gestionar la calefacción y/o la iluminación, “hablando” con el hogar. Con la última tecnología pero de una manera sencilla y sin cuantiosas inversiones, combinándola con tu smartphone como si fuera un “mando a distancia avanzado”.
El control de la iluminación y de la temperatura son dos de las aplicaciones más conocidas para las casas inteligentes. La calefacción es, con diferencia, lo que más energía consume en un hogar, con una media anual de 5.172 kWh, según el IDAE, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía, que depende del Ministerio de Industria. Pero la iluminación tampoco se queda corta, siendo la quinta fuente de gasto eléctrico en un hogar.
Así pues, al confort que aportan los automatismos, se suma el ahorro que supone encender las luces solo cuando es necesario, mediante sensores de movimiento, o adaptar las temperaturas en función del momento. Y es que, con dispositivos conectados por bluetooth -como las que propone Schneider Electric en su gama de mecanismos D-Life Bluetooth, y una aplicación de control, como Wiser Room, pueden configurarse distintos ambientes o escenas, adaptando el entorno según cada momento y actividad (leer, ver la televisión, cocinas…). Desde su móvil o tablet, los usuarios pueden programar y configurar cómodamente diferentes elementos de su vivienda, poniendo al alcance de cualquiera la domótica en el hogar, sin complicaciones de programación ni mantenimiento. La vivienda se automatiza sin esfuerzos para ahorrar electricidad, pero también se adapta a los horarios del hogar, ajustando su temperatura, la iluminación, las persianas de cada habitación…
Usando el dispositivo móvil como control remoto, se pueden encender o apagar las luces desde cualquier habitación, regular su nivel de intensidad y la altura de las persianas. Además del control local de cada persiana, es posible tener un control centralizado de las mismas (por ejemplo, junto a la puerta de entrada), de manera que con un simple toque al salir de casa todas las persianas deseadas pasen a posición de cierre, aumentando la seguridad. Al volver, otro toque las abrirá hasta la posición que queramos.
Otra práctica función, con la que cuenta también D-Life Bluetooth, es la apertura y cierre automático de las persianas de los dormitorios en función de cuando amanece o anochece. Porque no amanece al mismo tiempo en cada ciudad ni lo hace a la misma hora cada día, el sistema puede contar o estar conectado con un calendario astronómico, con el que sabe la hora exacta de salida y puesta del sol para cada día del año en nuestra ubicación.
Pero además, sistemas de este tipo también permiten proteger la vivienda en periodos vacacionales, simulando presencia cuando estamos lejos, definiendo qué luces y persianas se activarán en un horario determinado.
Se trata de soluciones accesibles para cualquiera, porque una casa inteligente ya no es solo cuestión de lujo o dinero, sino de un estilo de vida. Porque todos valoramos lo que tenemos, y queremos que sea seguro, confortable y, por qué no, más eficiente energéticamente.
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