Un final alternativo de “Stranger Things” gracias a un sistema SAI fiable

A esta altura, se esperaría que cualquier persona interesada ya haya visto “Stranger Things 2”, la segunda temporada de la serie de ciencia ficción de Netflix. Si no, considere esto como una alerta de “spoiler”, no lea más y vuelva cuando ya haya visto el episodio 8, “The Mind Flayer”. Lo esperamos.

¡Listo! Para aquellos que aún no lo saben, Stranger Things está ambientada en los años 1980 en un pequeño pueblo norteamericano llamado Hawkings. Involucra a un grupo de niños de colegio, un laboratorio clandestino del gobierno y un universo paralelo llamado “El otro lado” que está lleno de “Demogorgones”, que son grandes, rápidos, siniestros y que parecen perros, con el hábito de comer humanos.

Así que se puede estar preguntando qué tiene que ver eso con un blog que, por lo general abarca temas como protección de energía y sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI). Esto se debe a que el final de este episodio pudo ser muy diferente, y más feliz, si el edificio estuviese equipado con lo que hoy serían sistemas de protección de energía bastante rutinarios.

En el episodio “The Mind Flayer” algunos de los personajes principales se encuentran atrapados en la sala de seguridad del laboratorio en la que miran unos monitores de cámaras de seguridad. Algunas criaturas parecidas a perros han escapado del Otro Lado y nuestros héroes miran impotentes cómo las criaturas corren desenfrenadas por todo el edificio y a la vez se comen a varios empleados del laboratorio. No muy agradable.

Justo en ese momento, el edificio se queda sin electricidad, lo cual es un grave problema debido a que el edificio tiene un sistema infalible que bloquea todas las puertas en caso de un apagón. Supongo que en los años 80 todos pensaban que era buena idea encerrar a todos dentro de edificios sin electricidad.

De cualquier forma, la única manera de desbloquear las puertas es volver a encender la electricidad manipulando el interruptor principal, para luego reiniciar el sistema de computadores que controla las alarmas del edificio, los cierres de las puertas y demás. (Sí, soy consciente de que por lo general esa no es la forma de solucionar un apagón, pero solo nos ceñimos a la historia). Ahora, de vuelta en los 80, ninguno de aquellos personajes sabía algo del lenguaje BASIC usado para controlar esos computadores antiguos, ¡a menos que trabajaran en RadioShack, claro está!

Y justo ahí se percataron de que uno de los personajes atrapados en aquella habitación era Bob, el novio de una de las protagonistas, quien no solo trabajaba en el RadioShack, sino que lo administraba. Entonces, para acortar la historia, Bob se dirige al sótano, restaura la electricidad, domina por completo el computador, desbloquea las puertas y permite que todos escapen por la puerta principal. Bueno, casi todos, pues Bob es devorado por algunas de las criaturas parecidas a perros, a tan solo unos pasos de su escape. Miserables.

Final alternativo

Recordaremos a Bob con cariño (y no solo porque interpretó a Rudy en la película con el mismo nombre), pero no se puede evitar pensar que tuvo que enfrentar una muerte tan horrorosa. Si el edificio hubiera tenido un sistema decente de protección para la electricidad, el final hubiera sido algo así:

El grupo se encuentra en la sala de seguridad cuando se dan cuenta de que las luces titilan. Sin embargo, no salen debido a que el edificio cuenta con una serie de SAI que protege importantes cargas, tales como, luces de emergencia, los sistemas de control de puertas, cámaras de seguridad y la sala de seguridad. Los SAI se han mantenido de forma adecuada durante su vida útil para asegurar que funcionen cuando se requieran.

Tal como en el episodio real, un médico que trabaja en el edificio se ofrece para quedarse en la sala de seguridad. A partir de aquí, él puede ver dónde están las criaturas parecidas a perros y guiar a los otros fuera del edificio mediante el uso de walkie-talkies.

El jefe de policía de Hawkins guía al grupo, dispara y mata a algunas criaturas en el camino, hasta que salen con éxito del edificio.

Pero ¿qué pasó con el médico que quedó atrás? Ahí es donde Bob entra en escena. Él tiene la entereza de agarrar uno de los computadores de la sala de seguridad. Una vez a salvo afuera, encuentra un enchufe exterior; entra en la red de computadores mediante un prototipo de adaptador inalámbrico que recién supo que vendría a ser útil en algún momento y realiza algunos trucos con BASIC, se conecta a ciertos SAI internos. Tal como Bob, estos SAI están adelantados a su tiempo, con características como la capacidad de seleccionar el apagado de ciertos enchufes. Bob, como los fanáticos de Stranger Things saben, también es un experto a la hora de resolver rompecabezas. Trabaja en cómo quitar la electricidad de determinadas áreas solo durante el tiempo necesario, lo cual cierra ciertas puertas. Entretanto, el jefe guía al médico a través del camino que Bob genera por medio del walkie-talkie. El médico escapa con éxito mientras evita a las criaturas parecidas a perros. “Fácil”, dice Bob.

Después, Bob llega a ver cómo el hijo de su novia es rescatado de las garras del Otro Lado en el episodio final. Al final se casan y llegan a convertirse en la franquicia más grande de RadioShack, con 37 almacenes.

Pero, lamentablemente, esto no sucedió, todo por la falta de un sistema fiable de SAI en el edificio.

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