A medida que las empresas buscan aprovechar la informática alojada en la nube, están también aprendiendo que esta estrategia puede tener su lado negativo. En muchos casos, la informática alojada en la nube es una arquitectura centralizada y depende de que las empresas tengan una o más conexiones confiables al centro de datos donde radica la infraestructura de la nube.
Para algunas compañías, ese único punto central de falla es inaceptable desde una perspectiva de riesgo. Para evitarlo, se puede utilizar el edge computing para aumentar esa plataforma central de la nube. La informática perimetral implica acercar la potencia, control, almacenamiento y aplicaciones informáticas a los usuarios finales que los utilizan. Se puede implementar en una red privada o como parte de una arquitectura más grande basada en el internet o en la nube.
El uso estratégico puede transformar una implementación de computación en la nube de una arquitectura totalmente centralizada a una más distribuida. Eso significa que cualquier interrupción se limitaría solo a ese punto en la red donde ocurrió, en lugar de afectar toda la implementación de la nube.
Con una arquitectura de nube centralizada tradicional, un ataque distribuido de denegación de servicio (DDoS) o un corte de energía en el centro de datos de la nube podría hacer que las herramientas no estén disponibles para todos los usuarios. Pero cuando se utiliza el edge computing, cualquier interrupción se limita al dispositivo informático y a las herramientas locales en ese dispositivo.
El edge computing provee a las empesas varias opciones para brindar mayor resistencia a la implementación de la nube.
Una de esas opciones es una estrategia híbrida que utiliza dispositivos simples para admitir herramientas específicas y definidas. Un ejemplo es una puerta de enlace de almacenamiento en la nube, que es un dispositivo local que actúa como un dispositivo o servidor de red que traduce las interfaces de programación de aplicaciones de almacenamiento en la nube (API) como SOAP o REST. El uso de una puerta de enlace de este tipo permite a los usuarios integrar el almacenamiento en la nube en sus herramientas sin moverlas a la nube.
Un paso adelante es emplear pequeños micro centros de datos de 10 racks o menos. Dichos centros de datos a menudo están disponibles como sistemas pre-configurados y configurados a pedido que se pueden ensamblar in situ. O bien, pueden ser centros de microdatos completamente prefabricados, ensamblados en fábrica en un solo recinto y simplemente colocados en el sitio. Estos sistemas de un solo recinto también vienen en versiones reforzadas que pueden soportar condiciones ambientales adversas. De cualquier manera, la idea es replicar algunas herramientas y el almacenamiento de la plataforma en la nube centralizada para una mayor capacidad de recuperación y mejores tiempos de respuesta para los usuarios locales.
Una tercera opción es emplear una serie de centros de datos regionales. Es decir, instalaciones más grandes, con 10 racks o más, que tienen mayor poder de procesamiento y capacidad de almacenamiento que un micro centro de datos. Pero la idea es la misma: permitir que las herramientas en la nube y el almacenamiento estén más cerca de los usuarios que los están utilizando, para mejorar el tiempo de respuesta y al mismo tiempo agregar otra capa de confiabilidad y resistencia.
La informática en la nube ofrece algunas ventajas significativas para las empresas de todos los tamaños, incluida una mayor agilidad y, a menudo, un menor costo. La combinación de la nube con una estrategia de edge computing puede aportar beneficios adicionales, que incluyen una mayor confiabilidad y tiempos de respuesta más cortos.
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