Los Objetivos de Base Científica (SBT, por sus siglas en inglés) determinan cuánto, y a qué velocidad, debe una empresa reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero para poder evitar un aumento global de la temperatura de 2°C (comparado con niveles pre-industriales). La asignación individual, a cada compañía, de una fracción del límite de emisiones globales fijado, hace posible que los SBT muestren a las empresas el camino hacia el crecimiento empresarial sin sobrepasar el límite de los 2°C.
Los SBT se han convertido en la prueba de fuego para las empresas, y su impacto será muy beneficioso a la hora de buscar mejores enfoques en la gestión de riesgos climáticos. Cualquier compañía que se interese por alinear sus objetivos de sostenibilidad y reducción de carbón con la climatología, necesita seguir un enfoque estructurado y pautado de cara al análisis de datos y empezar a hacer las preguntas que la llevarán no solo a construir un caso de negocio convincente para los SBT, sino también a vertebrar una ruta viable para la realización de dicho objetivo. Definir los SBT forma parte, así mismo, de los informes anuales de las empresas, y ha pasado, a través de los informes CDP, a ser parte de la infraestructura de datos para los inversores.
Dada su alineación con los objetivos del Acuerdo Climático de París, los SBT impulsan a las empresas a cumplir sus reducciones de emisiones año tras año. Saber si estamos aplicando los SBT correctos para un negocio, así como a qué tipo de objetivo aspirar, requiere un esfuerzo considerable en términos de huella de carbono, análisis y modelización de datos, creación de un plan de cumplimiento, y compromiso de los accionistas.
A diferencia de los objetivos de carbón convencionales, cuyo efecto podría quedarse corto con respecto a la mitigación necesaria contra el cambio climático, los SBT están diseñados para limitar el calentamiento global por debajo de los 2°C. Evitando los peores escenarios del cambio climático, como la climatología extrema, la volatilidad económica o una disrupción en la cadena de distribución, los SBT aseguran el blindaje de las operaciones futuras de las empresas. A largo plazo, gracias a la implementación de los SBT, una compañía debería poder gestionar su progreso de descarbonización con precisión, basándose en la productividad económica, en la intensidad de emisiones, o en una combinación de ambas.
El papel de los datos en la definición y cumplimiento de los SBT
Una adquisición de datos robusta y una monitorización de los indicadores de sostenibilidad son cruciales para la definición de los SBT, dejando constancia del progreso hacia los objetivos, así como identificando posibles ineficiencias y áreas potenciales de acción. Los datos deben ser de acceso fácil y localización clara, alojados en una plataforma centralizada que permita obtener una visión holística del uso de la energía en todas las operaciones de una compañía, así como análisis y comparaciones de indicadores por planta, instalación, edificio o tipo de producto.
Es importante elegir unas herramientas de gestión de datos como las que ofrece una plataforma integrada, con paneles de información que se conectan con todos los sistemas de aprovisionamiento de energía, uso de energía y emisión de carbono, así como otras fuentes de datos como el uso de agua o la producción de residuos. Usar una herramienta de gestión de datos que conecte fuentes para integrar información crítica y precisa, te dará una visión clave de cómo progresas hacia tu meta.
Gestión Activa de la Energía gracias a los datos y los SBT
La implantación de tales estrategias debería, a largo plazo, hacer que las empresas puedan adoptar un enfoque más transgresor de la gestión de la energía. Dentro de un marco de trabajo como es la Gestión Activa de Energía, la energía se ve como un activo, en lugar de como un gasto. Compartiendo los datos de su cartera de clientes, las compañías adheridas al reto SBT están logrando integrar su aprovisionamiento y gestión energéticos, así como sus metas de sostenibilidad, con la vista puesta en retornos mayores.
La Gestión Activa de Energía, basándose en el uso de “smart data”, proporciona información en tiempo real del gasto energético y las emisiones, lo que ayuda a las empresas a monitorizar e informar, con más transparencia, de su progreso en el camino hacia los SBT. A medida que aumente su aceptación en la compañía, el establecimiento de un SBT pasará a ser una expectativa para la empresa, quedando atrás los objetivos tradicionales de reducción de emisiones.
Una estrategia exitosa de SBT requiere un rango de medidas que aborden la reducción de emisiones. La optimización de programas de eficiencia energética debería convertirse en una prioridad para las empresas que se embarquen en un viaje hacia los SBT. Así mismo, garantizar una gestión de datos precisa es un factor clave en el seguimiento de la deriva de una compañía, tanto hacia sus objetivos como hacia su éxito en materia de SBT.
Si quieres saber más sobre los SBT y su impacto en las compañías, descárgate nuestro white paper.
Añadir comentario