En esta serie de dos partes, analizaré algunas nuevas técnicas y tecnologías que pueden hacer que su rutina de mantenimiento de interruptores sea más eficiente y efectiva.
Estoy seguro de que aceptarán que mantenerse al día con el mantenimiento del equipo a veces puede ser un desafío, especialmente con recursos limitados. Pero, por supuesto, la seguridad y confiabilidad de su instalación depende de ella. Para los interruptores automáticos en plantas industriales o edificios comerciales, el mantenimiento ha seguido un enfoque preventivo, con comprobaciones y pruebas programadas regularmente. Por lo general, esto se hace cada uno o dos años, ya sea que cada interruptor lo necesite o no.
Con la mayoría de los equipos de las instalaciones que buscan maneras de optimizar el desempeño de su infraestructura, existe un creciente interés en estrategias de mantenimiento alternativas. Afortunadamente, se han logrado avances recientes en cuanto a la inteligencia de los interruptores automáticos, así como nuevas capacidades analíticas a nivel de software. Esto ha permitido un enfoque más basado en las condiciones, basado en insumos reales operacionales y ambientales. Ahora se puede predecir la salud real de cada interruptor, ya que se relaciona con el envejecimiento y otros riesgos.
Según esta información, los equipos de mantenimiento contratados o de las instalaciones pueden adaptar sus programas de mantenimiento para realizar el servicio en cada interruptor cuando sea necesario. También se pueden revelar riesgos que apuntan a que los interruptores necesitan atención más urgente, incluido el reemplazo. Todo esto aumenta la seguridad y el tiempo de inactividad. Pero también puede significar tener que prolongar la vida útil del equipo y dedicar menos tiempo al mantenimiento.
Entonces, ¿cómo funciona todo esto? Primero, tenemos que analizar los dos conjuntos de condiciones diferentes que hacen que un interruptor funcione y requiera mantenimiento.
- Condiciones operativas.El desgaste mecánico se determina principalmente por el número de veces que se abre o se cierra un interruptor, así como el número de veces que su mecanismo de protección dispara debido a una sobrecarga o cortocircuito. Pero para medir verdaderamente el desgaste en los contactos de un interruptor -y, por lo tanto, la vida de servicio- también debe tener en cuenta la cantidad de corriente que fluye durante cada una de estas acciones. Más corriente, más desgaste.
- Condiciones del entorno. Los entornos hostiles pueden acelerar el envejecimiento. Las altas temperaturas ambientales, los armónicos de alta potencia y los altos niveles de carga contribuyen a que las temperaturas de funcionamiento sean más altas en general. También podría haber elementos corrosivos, tales como alta humedad, sal, gases o partículas de aceite aerotransportadas. Por último, el polvo y la vibración mecánica se pueden agregar a los esfuerzos de un interruptor.
Para optimizar completamente la vida de servicio y el desempeño de un interruptor, un programa de mantenimiento debe tener en cuenta todas estas influencias operacionales y ambientales sobre el envejecimiento. Pero, ¿qué tipo de estrategia de mantenimiento es mejor?
Consideremos los pros y contras de cada tipo común de mantenimiento de interruptores.
- Mantenimiento reactivo. El uso de un método reactivo permite que los disyuntores fallen antes de ser desconectados del servicio y reemplazados. Este enfoque puede ser razonable en situaciones en las que la productividad o la seguridad no se ven afectadas, ya que puede representar el menor tiempo de mantenimiento y costos. Sin embargo, estos ahorros pueden perderse debido a la menor vida útil del equipo y, por lo tanto, el reemplazo más frecuente, así como el posible daño al equipo secundario.
- Mantenimiento preventivo. Este es el enfoque más típico en la mayoría de las instalaciones. Se realizan revisiones periódicas para reducir la probabilidad de fallas del interruptor y extender su ciclo de vida. El fabricante u organizaciones eléctricas o de seguridad recomiendan intervalos de mantenimiento específicos. Estos tienen en cuenta las condiciones generales de funcionamiento y ambientales. El enfoque ayuda a minimizar las fallas y, a su vez, los costos de mantenimiento y equipo. Sin embargo, requiere más trabajo que el enfoque reactivo y a veces puede dar como resultado servicios innecesarios. Por otra parte, el mantenimiento puede no realizarse con suficiente frecuencia si las condiciones que afectan el envejecimiento no se estiman con precisión, o si cambian con el tiempo.
- Mantenimiento predictivo.Al adquirir un flujo continuo de datos operacionales de los interruptores automáticos y datos ambientales de otros sistemas de instalaciones, los equipos de servicio pueden cuantificar las condiciones en tiempo real que afectan el desempeño de cada interruptor. Esta estrategia tiene una serie de beneficios sobre el método preventivo. El mantenimiento se puede realizar sólo cuando sea necesario, evitando apagones innecesarios. Se pueden anticipar fallas inminentes, evitando el downtime. Y se puede reducir el inventario, con piezas solicitadas según demanda. ARC Advisory Group resume esto como una reducción del 50% en los costos de mantenimiento, una reducción del 55% en fallas inesperadas. Sin embargo, este método requiere una inversión inicial en un sistema de diagnóstico de soporte.
Claramente, el mantenimiento preventivo basado en las condiciones puede brindar mayor tiempo activo y ahorros en las instalaciones. Afortunadamente, las herramientas de diagnóstico de soporte requeridas ahora se encuentran disponibles. Estos incluyen interruptores inteligentes como la Masterpact™ MTZ serie de Schneider Electric, nuevas capacidades analíticas de software como las incluidas en EcoStruxure™ Power Monitoring Expert y opciones de servicio.
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