Eficiencia Energética en las escuelas. Primera parte

Los niños y niñas son uno de los agentes de cambio más potente. Si no me creéis, os inKids Picking Up Trash in Field --- Image by © Tim Pannell/Corbisvito a hacer la prueba: intentad no separar los residuos que generáis en casa y veréis como rápidamente los más pequeños te  miran con cara de estupefacción para a continuación decirte: ¡Mamá, Papá hay que reciclar! Los míos, no me perdonan ni un descuido.

La verdad es que hace unos días, estaba revisando un artículo que había escrito un compañero de Schneider Electric en Estados Unidos en el que abordaba una preocupación que creo es común a muchos otros países: cómo hacer de las escuelas entornos más sostenibles y mucho más eficientes energéticamente.

Os sorprenderá saber que la factura energética calefacción, ventilación y aire acondicionado principalmente- es la segunda gran partida de gasto de nuestras escuelas, únicamente detrás de los costes de personal. Las necesidades de los estudiantes avanzan mucho y las escuelas deben hacer frente a verdaderos equilibrios presupuestarios. Aún y así, ¿cuántos de vosotros véis que las luces del colegio permanecen encendidas algunas noches? O que los jerseys van automáticamente a la mochila, porque en clase hace mucho calor.

El potencial de mejora de la eficiencia energética de nuestros colegios es enorme,concretamente un estudio elaborado por The Center for Green Schools lo situaba en 105€ por metro cuadrado. Sin duda, una bocanada de aire fresco para el presupuesto de cualquier colegio.

Una escuela es al fin y al cabo un edificio vivo, qué puede y debe beneficiarse de todos los elementos básicos de gestión inteligente de la energía que se están implementando a día de hoy en oficinas, hospitales, hoteles, etc.

Se puede empezar por medidas sencillas que no impliquen realizar grandes inversiones en reformas como son la instalación de sensores y actuadores para el control de iluminación; la regulación del agua caliente mediante válvulas; regulación de la ventilación  y, sobre todo midiendo y entendiendo cuándo y cómo consumen la energía para poder, a partir de ahí aprender a gestionarla. Hacer visible la energía y el uso que estamos haciendo de este recurso, al fin y al cabo, escaso.

Os hablaba al principio del papel tan fundamental que han jugado los niños en concienciar a los mayores de la importancia de reciclar. Os imagináis, cuanto pueden ayudarnos si ya desde las escuelas ven que su entorno se preocupa por no malgastar energía y por minimizar las emisiones de CO2.

En las próximas entradas entraremos a analizar con más detalle las soluciones técnicas que se pueden implementar en las escuelas, ejemplos concretos que Schneider Electric está implementando ya con éxito y algunas iniciativas que seguro os gustarán: nuestra campaña de Superheroes del medioambiente y la Competición de Eficiencia Energética en la Formación Profesional.

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