En la rutina anual de mantenimiento de nuestro SAI (porque todos tenemos una rutina de mantenimiento para nuestros SAIs, ¿verdad?), podemos detectar muchas mejoras a implementar con muy poco esfuerzo. Actualizar el firmware o sustituir ciertos componentes, reemplazándolos por nuevos modelos, son algunas de las opciones, pero no las únicas. En este post, ofrecemos las tres claves para garantizar el éxito de un proyecto de modernización de SAI.
1. Evaluar las necesidades del SAIEl primer paso es evaluar nuestras necesidades actuales y futuras. Por lo general, dimensionamos el SAI de manera que proporcione la capacidad y autonomía adecuada para las cargas que necesitamos proteger. Como previsión algunas empresas instalan sus SAIs y dejan espacio en la sala para que crezca. Pero, en caso de que el crecimiento no se materialice, el resultado es un SAI ineficiente. Por otro lado, los SAIs antiguos resultaban muy poco eficientes energéticamente a baja carga y esta ineficiencia se traduce en una pérdida de dinero. Los nuevos SAIs, en cambio, mantienen una alta eficiencia en cargas más bajas, algo a tener en cuenta a la hora de decidir si compramos un nuevo o no. También es importante considerar cómo van a cambiar nuestras necesidades. Las compañías virtualizan cada vez más servidores, trasladan más cargas de TI a proveedores de cloud y emigran a infraestructuras convergentes. Con esto, se reducirá drásticamente la cantidad de infraestructura de TI a proteger. Y, en este sentido, es muy probable que podamos reemplazar nuestro SAI actual por unidades más pequeñas, ahorrando costes de funcionamiento.
2. Reemplazar o revitalizar – Otra opción es que, en lugar de reemplazar nuestro SAI, apostemos por revitalizarlo o modernizarlo. En algunos casos, esta decisión se nos presentará automáticamente.
No obstante, en muchos casos es posible revitalizar un SAI reemplazando ciertos componentes que se desgastan con el tiempo para que vuelva a tener un alto nivel de rendimiento. La Figura 1 muestra los diferentes componentes que pueden reemplazarse, como mínimo en los SAIs fabricados en los últimos 10 años.
Los elementos más comunes son:
– Baterías: según el tipo de baterías de plomo y las condiciones de trabajo pueden necesitar reemplazarse con diferente frecuencia, pero típicamente para aplicaciones en SAI no encontramos que deben reemplazase cada tres o cinco años
– Condensadores de CC: una inspección visual y/o un análisis térmico pueden detectar cualquier problema.
– Ventiladores (especialmente en SAIs que utilizan tecnología de doble conversión, que requiere que el ventilador funcione con más frecuencia): podemos detectar altas temperaturas u otros síntomas que indiquen que el ventilador no funciona correctamente.
3. Encontrar un buen especialista – Pero poner remedio a las problemáticas no siempre es fácil. Es posible que el tipo de evaluaciones que describíamos anteriormente estén fuera del alcance de nuestro equipo de TI o, simplemente, que no tengamos suficiente tiempo para resolver los errores. Por eso, y aunque solo sea para quedarnos tranquilos, una buena opción es buscar un especialista que dé respuesta a nuestras necesidades, alguien que analice a fondo nuestra instalación eléctrica y que nos dé buenos consejos. Este especialista debe estar dispuesto a trabajar con los activos de los que disponemos, intercambiando los componentes de un SAI y usándolos en otro siempre que sea posible. También debe comprobar si se pueden reemplazar los interruptores y el cableado existentes y evaluarlos para garantizar que ambos cumplen con los requisitos del SAI y la reglamentación eléctrica aplicable. En definitiva, sea cuál sea nuestra decisión, lo más importante es asegurarnos de que nuestro SAI recibe la atención que se merece, y de que actualizamos o reemplazamos los elementos que no están a la altura de nuestras exigencias. Para saber más, puedes echar un vistazo al White Paper número 214 de APC by Schneider Electric “Guidance on What to Do with an Older UPS”.
Schneider Electric da respuestas a las necesidades de tu SAI
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