Gracias a la capa de TI, los Data Centers modernos presentan cada vez una mayor tolerancia a los fallos. Y es que, con la llegada de tecnologías como la virtualización o la hiperconvergencia, la caída de un servidor ya no implica necesariamente que se pare el servicio, sino que el Data Center puede migrar las funciones de negocio a otro servidor, a otro módulo o incluso a un centro de datos completamente distinto.
Sin embargo, la disponibilidad continúa siendo una meta prioritaria para este tipo de infraestructuras y la redundancia N+1 es en una pieza clave para los sistemas de infraestructura física, como el SAI. Pero, ¿qué debemos saber sobre los diferentes métodos existentes para conseguir la redundancia antes de decantarnos por uno u otro? A continuación, repasamos algunas de las claves.
¿Qué es la redundancia N+1?
La redundancia es un término que hace referencia a distintas configuraciones, que aseguran la disponibilidad de un sistema ante un fallo de un componente del mismo. Una de ellas es la configuración N básica, lo que hace que el fallo de cualquier componente requiera trasladar la carga a un bypass de SAI o un bypass envolvente. Esto, por ejemplo, representaría un único SAI de 1000kW. Para mejorar esta disponibilidad, es posible conseguir una redundancia efectiva con al menos una unidad adicional trabajando en paralelo, de modo que si cualquier unidad falla el resto puede soportar la carga de dimensionamiento.
Otra de las opciones es la configuración redundante N+1 interna o “modular”, que presenta un SAI modular de 1000 kW compuesto por cinco módulos de 250 kW internos. Es idéntica a la configuración básica, salvo por la adición del quinto módulo que permite seguir operando en caso de fallo.
El tercer caso es el de la configuración redundante N+1 paralela, que presenta tres conjuntos de SAI de 500 kW en configuración redundante paralela. En este caso, hay tres SAI independientes conectados en paralelo con un bus de salida común. El tercero ha sido añadido para proporcionar redundancia “+1”.
Diferentes presupuestos y velocidades de instalación
Pero, a la hora de decantarnos por una u otra configuración, el presupuesto es otro de los elementos que marcarán nuestra decisión. A nivel de capital, el coste de la configuración de redundancia internamente “modular” es algo inferior al de la configuración redundante paralela, mientras que el coste de la opción básica es todavía más bajo.
La velocidad de instalación también difiere entre un caso u otro. Un SAI de diseño N y un SAI redundante internamente “modular” requieren entre seis y ocho semanas de instalación, mientras que una configuración de SAI redundante paralela, para la que es necesario conectar grandes SAI, el tiempo de instalación aumenta en una o dos semanas.
Eficiencia energética
Por otro lado, añadir redundancia implica añadir capacidad adicional (excedente), y esto puede afectar a su eficiencia. La eficiencia de un SAI concreto con cargas bajas varía de un fabricante a otro, e incluso entre modelos de una misma marca. Y es que, cuando el coste energético es un criterio importante para tomar una decisión, es fundamental evaluar los SAI teniendo en cuenta su carga de funcionamiento prevista. Cuanta más redundancia se añada a la configuración, menor será el porcentaje de la carga de funcionamiento.
Tolerancia de riesgos
Todos los Data Centers tienen un grado de tolerancia de riesgos propio en función del carácter crítico de las aplicaciones que sustenta. Pasar de un diseño N a un diseño redundante N+1 internamente “modular” conlleva un incremento de coste del 6,5%, mientras que pasar de un diseño internamente “modular” a un diseño N+1 redundante en paralelo supone un incremento mucho más importante, de un 36,8%.
Una decisión que se adapte a las necesidades de negocio
En definitiva, la redundancia internamente “modular” aporta mejoras importantes a cambio de un pequeño recargo en el presupuesto y un impacto relativamente inapreciable sobre la eficiencia y los plazos, mientras que los SAI redundantes paralelos conllevan aún menos riesgos, pero a costa de un recargo y un tiempo de implementación mayores.
En todo caso, debe ser el encargado del centro de datos el responsable de sopesar las opciones y elegir el diseño que mejor se adapte a sus necesidades de negocio.
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