Imagine que está en un auto que se conduce solo y se detiene en medio de un cruce, cuando se supone que debe girar a la izquierda. ¿Qué podría suceder?
Siempre que un dispositivo conectado al IoT (en este caso un auto que se conduce solo) debe tomar una decisión, envía un mensaje a través de la red a la nube, luego la nube devuelve al auto una instrucción a través de la red. Una demora en este proceso de comunicación puede hacer que los dispositivos de IoT funcionen más lentamente.
Con el fin de que el funcionamiento sea óptimo, los dispositivos del Internet de las cosas (IoT) necesitan comunicarse con la nube en cuestión de milisegundos. El retraso en el proceso, conocido como latencia, también puede ser riesgoso para la vida humana.
El problema de latencia se genera a partir de la forma en que el internet está diseñado para operar, y de los protocolos que lo dirigen, sobre todo el Border Gateway Protocol (BGP). El BGP ayuda a hacer que el internet pueda sobrevivir a apagones, al permitirle enrutar alrededor de cualquier problema. Pero no es tan bueno al contar cuánto tiempo le tomará a algún paquete alcanzar su destino. Esto se debe a que todos los BGP son cuidadosos con respecto al número de saltos entre las direcciones de salida y destino, la ruta con la menor cantidad de datos gana, no importa cuán larga o congestionada pueda ser.
Como resultado, cierto tráfico puede sufrir de retrasos excesivos, o latencia. Por décadas, la adopción de la nube ha resultado en operaciones de optimización y la disminución del tiempo en los servicios de entrega.
No obstante, el entorno actual ha generado la necesidad de tomar decisiones más rápidas y eliminar apagones más frecuentes debido a la nube. Esta es la razón por la que la computación al extremo de la red gana prominencia.
La computación al extremo de la red tiene el poder de reducir la latencia y está generando un cambio tectónico, pues trabaja sobre el principio de una red más distribuida, asegura que no haya desconexiones en el procesamiento de información en tiempo real y brinda una red más confiable.
Según un informe de IDC, en el 2025, cerca de 80 mil millones de dispositivos se conectarán a internet y la cantidad de datos que se generará se duplicará cada dos años.
Con este trasfondo, los negocios no pueden arriesgarse a malas conexiones de red, debido a la latencia con el fin de cumplir con las expectativas del cliente, ya que necesitan todo ‘ahora’.
Por tanto ¿cómo se implementa la computación al extremo de la red? Una solución es implementar una serie de computadores, todos alrededor de Internet, para almacenar contenido de forma tal que se acerque a los usuarios que lo están usando.
Otra opción es que una compañía multinacional genere una serie de pequeños centros de datos alrededor del planeta, cercanos a donde tengan grandes concentraciones de empleados. Después puede replicar cualquier aplicación crítica y sensible a retrasos en estos centros de datos, tales como conjuntos de comunicaciones unificadas que soporten voz, mensajería instantánea y videos. Los usuarios se conectan a los centros de datos más cercanos a su ubicación y experimentan un desempeño mucho mejor debido a una reducción dramática de la latencia.
Una de las compañías que pueden asistir a cualquier industria en la computación al extremo de la red es Schneider Electric. APC by Schneider Electric impulsará el crecimiento y proporcionará a sus clientes una experiencia libre de errores.
Puede convertir su sala de servidores en centros de datos locales listos para el IoT. APC proporciona todos los componentes para infraestructura local de TI al extremo de la red, es la marca líder en alimentación ininterrumpida (UPS) e infraestructura TI. También hace que sea más fácil para el cliente escoger y le proporciona el beneficio de tener una sola ventana para todas las necesidades.
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Es destacable que IDC ha estimado que para el 2020, 10% de los datos del mundo se procesarán en la periferia. La decisión está en sus manos.
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