Los edificios de consumo energético nulo son aquellos que apenas necesitan energía para el normal desempeño de actividades en su interior. Tienen un rendimiento energético muy alto, y las pequeñas cantidades de energía que sí necesitan son aportadas por fuentes renovables. En ningún caso pueden generar emisiones de carbono procedentes de combustibles fósiles.
Los edificios de consumo energético nulo son la evolución de los conocidos como NZEB o ‘Nearly Zero-Energy Building’ (edificios de consumo energético casi nulo). Estos últimos se definieron en la Directiva 2010/31/UE, de 19 de mayo de 2010.
La propia Unión Europea realiza en 2021 una revisión de dicha directiva y establece que todos los edificios nuevos que se construyan a partir del 1 de enero de 2030 deben ser edificios de consumo energético nulo (ZEB o ‘Zero-Energy Building’). En el caso de edificios públicos nuevos este requisito se adelanta al 1 de enero de 2027.
Parámetros para clasificar a un edificio como ZEB
Para que un edificio sea considerado como una infraestructura de consumo energético nulo es necesario que se cumplan los siguientes requisitos:
- Consuman poca energía.
- Funcionen con energías renovables.
- No emitan carbono in situ a partir de combustibles fósiles.
- Midan, indiquen y controlen su potencial de calentamiento global (GWP o Global Warming Potential) basado en las emisiones de todo su ciclo de vida. Incluyendo esta información en su Certificado de Eficiencia Energética.
Mejoras en edificios para que alcancen la categoría ZEB
Una de las claves para lograr edificios de consumo energético nulo es el seguimiento y control de aquellos aspectos que generan el mayor porcentaje de gasto energético en estas infraestructuras. Para asegurar el requisito de mínimo consumo necesitamos, en primer lugar, saber dónde se generan gastos excesivos.
En este sentido, es especialmente relevante el uso de sistemas inteligentes de gestión de edificios (BMS o Business Management System). Se trata de plataformas que miden y gestionan las instalaciones de iluminación, HVAC (Calefacción, Ventilación y Aire Acondicionado) y el uso general de la energía que tiene lugar en el edificio.
Existen soluciones basadas en IoT (Internet of Things) que permiten, mediante el uso de sensores, recopilar información, establecer alarmas frente a eventualidades y disponer de gráficos para optimizar la toma de decisiones. Otros elementos que deben estar presentes para catalogar un edificio como ZEB son:
- Uso de paneles solares u otras fuentes de energías renovables.
- Implantación de sistemas de climatización inteligente. Los mencionados BMS permiten configurar planes de acción ante ciertas situaciones que permitan optimizar el uso de los sistemas de climatización en función de las condiciones en tiempo real del edificio.
- Sistemas de filtrado de aire y ventilación. A ser posible, también conectados mediante sensores de actividad a la plataforma BMS, para asegurar un funcionamiento eficiente de los mismos.
- Uso de electrodomésticos y aparatos de alta eficiencia energética y bajo consumo.
- Sistemas de iluminación eficientes y con automatismos que permitan un funcionamiento óptimo sólo cuando sea realmente necesario.
- Una correcta instalación de cierres en ventanas, balcones, etc., asegurando la rotura del puente térmico.
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