El 30% del consumo energético en España tiene lugar en edificios, según datos publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Actuar en esta fuente de gasto energético es, en consecuencia, vital. De hecho, la Unión Europea marca dos grandes retos para todos sus países miembros: que todos los edificios nuevos sean cero emisiones de aquí a 2030, y que los edificios ya existentes pasen a serlo de aquí a 2050.
Monitorización digitalizada para garantizar el ahorro
Es común abordar el ahorro energético en edificios desde el punto de vista de la rehabilitación. Acciones directas sobre la infraestructura, para resolver ineficiencias energéticas estructurales desde un punto de vista constructivo. Esto es correcto. Pero en términos de ROI (Retorno de la Inversión) la monitorización digitalizada puede ser aún más útil.
La motorización digitalizada se refiere a la utilización de las nuevas tecnologías y la conectividad para conocer, de forma milimétrica, cuál es y dónde se produce el consumo energético real dentro de un edificio. Algo especialmente relevante en el ámbito industrial, edificios de la Administración Pública, infraestructuras sanitarias o grandes centros de trabajo.
Una monitorización que debe ser previa a la rehabilitación u obras, pues nos servirá para determinar dónde se están produciendo las mayores fugas de energía.
¿Hasta dónde llega la monitorización digitalizada?
Los grandes edificios, con elevados consumos, cuentan con multitud de cuadros eléctricos y salidas que dan cobertura energética a diferentes plantas, zonas, etc. Antes se colocaba una unidad de medida en cabecera. Posteriormente se pasó a las salidas del cuadro, permitiendo conocer el consumo en cada una de ellas.
Pero se puede ir mucho más allá, gracias a la digitalización. Con sistemas de fácil instalación y poco intrusivos, se pueden obtener datos verdaderamente críticos a la hora de tomar decisiones estratégicas acertadas desde el punto de vista de la eficiencia energética.
Mediante sensores Power Tag es posible convertir los tradicionales cuadros eléctricos en cuadros inteligentes, con una instalación inalámbrica que permite el envío de datos en tiempo real, que pueden ser analizados con software especializado.
Este software, ya sea local o en la nube, permitirá alcanzar el máximo nivel de eficiencia energética. Gracias a esta herramienta se unifican la toma de datos con el análisis predictivo, comparativas y otras soluciones de enorme potencial.
Se obtiene más información que se cruza con herramientas para discriminar cuánto gastamos y en qué lo estamos gastando. Ya no se hará un análisis por zonas o máquinas, sino que es posible conocer que en la zona 1, el proceso A, está generando un gasto X.
La conjunción de sensores de medición y software es la evolución para lograr una gestión energética realmente eficiente.
Ventajas de este tipo de sistemas
La información es poder, y con este nivel de detalle la gestión de edificios obtiene las siguientes ventajas:
- Información precisa para determinar actuaciones de rehabilitación y ahorro energético óptimas. Cualquier auditoría energética determinará la necesidad de sustituir los puntos de luz por elementos LED. Pero, ¿es realmente la acción prioritaria en todos los casos? Sin los datos adecuados se puede invertir una buena cantidad de recursos en instalar luces LED. Pero el ahorro que se consigue es del 10% sobre el 2% de una fábrica, por poner un ejemplo. Y, sin embargo, es posible que otros procesos concentren un 60% de los consumos. Es ahí donde se debería actuar, pues es donde está la verdadera fuente de ahorro.
- Cumplimiento de ISO 50001. Esta norma internacional es clave para las organizaciones que quieran mantener y mejorar sus sistemas de gestión energética. La norma exige una evolución continua de las instalaciones, dentro de un círculo activo que permita actuar, vigilar, revisar y decidir. Los sistemas de monitorización digital como los descritos permiten ver dónde se están generando los principales consumos. Facilitan la toma de decisiones. La revisión para comprobar si, en efecto, se producen los ahorros esperados. Volviendo a tomar acciones para retroalimentar un sistema enfocado a lograr y mantener en el tiempo altos estándares de eficiencia energética.
- El mero hecho de medir genera ahorro. Es lo que se denomina ‘efecto policía’. Si nos están vigilando, aminoramos la marcha. Si los ocupantes de los edificios conocen que se están realizando mediciones, tienden a ser más conscientes de la necesidad de ahorro. Según nuestras propias mediciones, la instalación y puesta en conocimiento de estas soluciones genera ahorros que oscilan entre un 5 y un 10% sobre el consumo total antes de su puesta en marcha.
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