El futuro de las oficinas está evolucionando, y con ello, la forma en que gestionamos la energía en los espacios de trabajo. Un estudio reciente de Schneider Electric ha subrayado un cambio clave en este proceso: el control de ocupación. Ylo que parece una pequeña mejora en la gestión del espacio, está demostrando ser un factor crucial para reducir el consumo energético y las emisiones de carbono. De hecho, el estudio realizado en un edificio de oficinas en Londres ha demostrado que este tipo de soluciones puede reducir hasta un 22% el consumo energético en salas de reuniones. Pero, más allá de los números, la verdadera pregunta es: ¿cómo estamos transformando nuestros edificios con la tecnología para hacerlos más sostenibles y eficientes?
La revolución silenciosa de los controles de ocupación
En 2024, decidimos llevar a cabo este estudio en el edificio 150 Holborn en Londres, un espacio ideal para probar cómo las nuevas tecnologías pueden transformar el uso de las oficinas. Equipado con sensores avanzados y un Sistema de Gestión de Edificios (BMS) de última generación, este edificio nos permitió observar cómo, al controlar la ocupación de las salas de reuniones, podemos optimizar el consumo energético de manera significativa.
El resultado del estudio fue revelador. Al reducir el uso de HVAC, iluminación y otros dispositivos durante las horas de baja ocupación, los días de menor actividad lograron una reducción media del 22% en el consumo energético y las emisiones de carbono. Este es un claro ejemplo de cómo pequeños ajustes tecnológicos pueden generar un gran impacto en la eficiencia energética, sin sacrificar el confort de los ocupantes.
Eficiencia energética sin renunciar al confort
Una de las mayores ventajas que hemos encontrado en el control de ocupación es su capacidad para equilibrar la eficiencia energética con el bienestar de las personas. A pesar de los ajustes realizados en la climatización y la iluminación, los niveles de CO2, la humedad y otros parámetros clave para la salud de los ocupantes se mantuvieron dentro de los rangos recomendados. De este modo, no solo mejoramos el rendimiento energético, sino que también garantizamos que el confort y la calidad del entorno de trabajo no se vean comprometidos.
Además, la instalación de sensores avanzados para detectar la ocupación ofrece un retorno de inversión rápido, lo que convierte esta tecnología en una opción atractiva para las empresas que buscan optimizar sus costes operativos. Al incorporar estos sistemas en edificios ya existentes, los ahorros son aún mayores, demostrando que la sostenibilidad no solo es beneficiosa para el medio ambiente, sino también económicamente viable. Implementar estos controles no solo ayuda al entorno, sino que también beneficia directamente a la economía de las empresas.

Hacia oficinas más inteligentes y sostenibles
Este estudio pone de manifiesto un futuro en el que los edificios se adaptan de forma continua a las necesidades de los ocupantes. Los controles de ocupación son solo una parte de un cambio más amplio hacia la digitalización y la automatización en la gestión de edificios. A medida que la presión por reducir la huella de carbono y los costes operativos aumenta, soluciones como esta ofrecen una vía eficaz y accesible para transformar nuestras oficinas en lugares más inteligentes y sostenibles.
Más que una tendencia pasajera, este cambio responde a la necesidad de que las empresas adopten modelos de gestión más sostenibles y eficientes. Lo mejor es que no se trata de soluciones muy costosas ni a muy largo plazo. Tecnologías como el control de ocupación pueden implementarse rápidamente, con resultados tangibles, lo que las convierte en una opción viable para cualquier tipo de edificio, tanto nuevos como renovados.
El control de ocupación ha llegado para quedarse, y con él, estamos abriendo una nueva era de eficiencia energética en las oficinas. Tal como demuestra nuestro estudio, pequeñas modificaciones tecnológicas pueden generar un gran impacto en la reducción del consumo energético y las emisiones de carbono. Este es solo el principio de un cambio mucho más amplio, en el que la automatización, la conectividad y la digitalización jugarán un papel clave en la transformación de nuestros espacios de trabajo hacia entornos más sostenibles y responsables con el medio ambiente.
Lo que está claro es que el futuro de los edificios inteligentes está cada vez más cerca. Las soluciones como los controles de ocupación son el primer paso hacia un modelo energético más eficiente y accesible para todos.

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