La revolución de los edificios inteligentes llama a la puerta

El sector de la edificación está experimentando una transformación sin precedentes, tanto por la creciente presión del mercado inmobiliario en muchas zonas como por los nuevos niveles de exigencia que plantean los usuarios de los edificios de hoy en día.

Uno de los principales desafíos a los que se enfrenta el sector es la necesidad de modernización del parque inmobiliario actual. Se estima que aproximadamente el 50 % de los edificios existentes en la actualidad seguirán en uso en 2050, lo que plantea la necesidad urgente de renovar sus infraestructuras para poder prolongar su vida útil.

Por otro lado, la sostenibilidad se ha convertido en una prioridad para propietarios e inversores, que  buscan activos inmobiliarios de alta calidad capaces de adaptarse a un mercado cada vez más competitivo y regulado. En este sentido, la Directiva Europea de Eficiencia Energética de los Edificios (EPBD) exige reducir el consumo energético y garantizar la neutralidad climática de los edificios nuevos y existentes de aquí a 2050.

A esto se suma el reto de garantizar el bienestar de los ocupantes, para asegurar espacios saludables, cómodos y adaptables a sus necesidades (como ha sucedido por ejemplo con la extensión del trabajo híbrido desde la pandemia). Estas transformaciones requieren inversiones estratégicas en tecnologías avanzadas, que permitan optimizar el consumo de energía, así como mejorar la gestión y la configuración de los inmuebles.

Del edificio pasivo al edificio inteligente

Las tendencias tecnológicas juegan un papel esencial en esta profunda transformación que está viviendo el sector de la edificación. La electrificación, la digitalización y la automatización son claves para alcanzar los objetivos de sostenibilidad y eficiencia fijados por la normativa europea, así como para satisfacer las demandas de los usuarios.

La electrificación es un paso fundamental hacia la descarbonización de los edificios, ya que permite sustituir sistemas de calefacción y refrigeración basados en combustibles fósiles (como el gas o el gasoil) por alternativas más limpias, como bombas de calor o sistemas de energías renovables. Conviene recordar que, si bien la directiva EPBD no prohíbe explícitamente el uso de combustibles fósiles en los edificios, sí que emplaza a los países europeos a establecer planes para mejorar la eficiencia energética de sus edificios, lo que puede incluir la erradicación progresiva de las energías contaminantes.

Por su parte, la digitalización ofrece la posibilidad de recopilar y analizar datos en tiempo real, optimizando la gestión de los edificios. Entre otros beneficios, las soluciones basadas en IoT y Big Data permiten gestionar de manera eficiente la ocupación de los espacios, optimizar el consumo de energía y reducir costes operativos. Además, la integración de sistemas automatizados de gestión de edificios (BACS) facilita el cumplimiento normativo, asegurando que las instalaciones sean resilientes y eficientes.

La inteligencia artificial se presenta como un aliado indispensable en este proceso, al permitir la automatización inteligente de los sistemas de climatización, iluminación y gestión de recursos. La calidad del aire, la temperatura, la iluminación natural y la ventilación son factores clave para el bienestar de los ocupantes y usuarios. En este sentido, la automatización y el análisis de datos permiten ajustar las condiciones ambientales en función de las necesidades de cada momento, lo que mejora la productividad y evita problemas de salud asociados al síndrome del “edificio enfermo”.

En este nuevo paradigma, los edificios dejan de ser estructuras pasivas y se convierten en ecosistemas dinámicos e inteligentes, que son capaces de adaptarse en cada momento a las demandas cambiante del mercado, así como de sus ocupantes y usuarios. Para conseguirlo, es preciso invertir en tecnologías de última generación.

Revolución de los edificios inteligentes

Los edificios inteligentes ya son una realidad

La generalización del paradigma del “edificio inteligente”, capaz de ofrecer todos los beneficios que hemos indicado, probablemente requerirá algún tiempo. Sin embargo, ya existen numerosos casos de éxito de inmuebles que han logrado importantes beneficios gracias a la implementación de tecnologías avanzadas de gestión de la edificación.

Por ejemplo, el edificio de oficinas Piovera en Madrid ha conseguido reducir hasta un 50 % su consumo de energía gracias a la renovación de los equipos de frío y calor, junto con la implementación de un sistema de gestión de edificios (BMS). Por su parte, el campus de Terrasa de la Universitat Politècnica de Catalunya BarcelonaTech (UPC) ha logrado optimizar la calidad del aire interior y el bienestar de la comunidad universitaria mediante un avanzado conjunto de sensores ambientales que va integrado con un BMS.

En estos y otros proyectos, desde Schneider Electric y nuestro ecosistema de partners de edificación colaboramos con los propietarios y gestores de activos inmobiliarios para acompañarlos en la transformación digital y la electrificación de sus inmuebles, tanto en nuevos proyectos de construcción como en renovaciones de edificios antiguos.

El corazón de las soluciones que implantamos en este tipo de proyectos es la plataforma EcoStruxure Building Operation, que posibilita la integración de hardware, software y servicios mediante una arquitectura escalable y segura basada en IoT. Esto permite optimizar la eficiencia energética, mejorar el confort de los usuarios y aumentar el valor de los edificios. Además, debido a su capacidad para conectar diferentes sistemas en una red troncal IP, EcoStruxure Building Operation facilita la automatización y el control en tiempo real, permitiendo una gestión más inteligente y sostenible de los inmuebles.

No debemos ver la transición hacia edificios inteligentes y sostenibles como un imperativo regulatorio, sino como una oportunidad de crecimiento para el sector. La implementación de tecnologías avanzadas no solo ayuda a reducir el consumo, sino que también contribuye a mejorar la resiliencia operativa y la experiencia de los ocupantes.

En un futuro en el que la sostenibilidad y la digitalización marcarán la diferencia en todos los sectores, la adopción de soluciones innovadoras se convierte en un paso esencial para garantizar el éxito y la competitividad del sector de la edificación en toda Europa.

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