El acceso a la energía

El lunes 8 de agosto, el periodista Xavier Aldekoa corresponsal de La Vanguardia en África, escribía una pieza cuya lectura os recomiendo “Heroínas cuando se va la luz”. En ella retrata la dura realidad que se vive en el principal hospital público infantil de Sudán, en el que el acceso a la energía es un lujo que solo se pueden permitir unas pocas horas al día. El periodista explica en su artículo que a la pregunta de qué significa para el hospital quedarse sin electricidad –algo que en el hospital infantil Al Sabbah de Yuba sucede casi a diario-, la respuesta del director del centro fue –y cito literalmente-: ”Desastre. Muerte” para explicarle después que sin electricidad la sangre de transfusiones de las neveras se echa a perder, que las máquinas de oxigeno no funcionan…

Desgraciadamente no se trata de un caso aislado. En el mundo hoy hay 1.300 millones de personas sin acceso a la electricidad y 1.000 millones solo pueden acceder a una energía poco segura y fiable. La energía es un derecho fundamental de las personas y además un elemento crítico para el desarrollo de las zonas más desfavorecidas.

Gap energético en el mundo
Gap energético en el mundo

A menudo hablamos de los retos que vivirá en los próximos años el sector energético, sin embargo, el reto más importante que tenemos las compañías del sector sobre la mesa es precisamente brindar el acceso a una energía segura, fiable y sostenible para todos, en cualquier lugar.

Emmanuel Lagarrigue, nuestro Executive Vicepresident de Strategy, trasladaba a los alumnos del IESE hablando de la electrificación de África su absoluto convencimiento de que es posible –y permitidme que mantenga sus palabras en inglés-: “Do Good and Do Well”.

Para poder dar acceso a la energía a un gran número de personas es necesario que las soluciones sean sencillas, eficientes y que además tengan un coste para sus usuarios suficientemente bajo para que se lo puedan permitir. En las zonas más pobres del planeta la gente vive con menos de 2 dólares al día. Para ellos hacer frente a los más de 15 dólares al mes que les podría suponer tener acceso a la energía hace que sea prácticamente inviable. La tecnología sin embargo no es suficiente, el compromiso local es totalmente necesario para garantizar la fiabilidad y la continuidad en el tiempo las soluciones instaladas. También hay que formar a la gente para que puedan mantenerlas, ayudar a los pequeños emprendedores locales a crear modelos de negocio inclusivos que beneficien a la comunidad y aceleren su crecimiento.

A través de nuestro programa de Acceso a la Energía hemos podido llegar a 5 millones de personas y nuestro objetivo es poder dar acceso a la energía a 50 millones de personas en los próximos diez años. Sin embargo, cuando lees historias como la de las heroínas del hospital que nos describía Xavier, no puedes evitar pensar en cómo podemos ir más y más rápido.

Vosotros, yo…dedicaremos más de 100.000 horas de nuestra vida a trabajar, qué menos que intentar hacerlo para empresas con conciencia, que quieren como decía Emmanuel “Do Good and Do Well”.

Niños con nuestra lámpara solar Mobiya
Niños con nuestra lámpara solar Mobiya

En las próximas semanas os iré contando el trabajo que se hace desde el Programa Access To Energy, algunos días desde una vertiente más técnica –explicando productos específicos en los que se está trabajando, los distintos tipos de microgrids por los que están apostando…- otros, como hoy, enseñando el lado más humano de nuestra empresa.

Etiquetas: , , , , ,

Añadir comentario

Todos los campos son requeridos.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprenda cómo se procesan sus datos de comentarios .