La electricidad se ha encarecido casi un 70% en los últimos 10 años, según un análisis realizado por FACUA y las previsiones apuntan a que lo hará aún más.
El incremento del precio eléctrico no es la única tendencia observada en lo que a la energía se refiere en los últimos años. Los mercados energéticos se han caracterizado y lo seguirán haciendo en el futuro, por una gran volatilidad, con periodos de fuertes subidas pero con momentos de precios muy atractivos. Un claro ejemplo para ilustrar la volatilidad asociada a los suministros energéticos sería el comportamiento del mercado diario de la electricidad en España durante 2016 y 2017. Ambos pueden considerarse años extremos: 2016 fue favorable en término de precios mientras que 2017 está mostrando, hasta este momento, una situación totalmente opuesta.
Así, el pasado mes de enero de 2017 el precio medio del mercado mayorista eléctrico marcó un record histórico para el citado mes, debido a varios condicionantes, entre ellos factores externos difícilmente controlables:
- Fuerte incremento de la demanda (+7%) como consecuencia de las condiciones climatológicas.
- Importante participación de la producción con gas y carbón en el mix de generación eléctrico. El mix de generación, es decir, el conjunto de las fuentes productoras de electricidad está fuertemente condicionado por factores climáticos. El mes de enero se caracterizó por bajas temperaturas, escasas lluvias y poco viento (tecnologías con precio de producción más barato). Las reservas hidráulicas disponibles para producción hidroeléctrica en el sistema se situaron por debajo del 39%, comparado con casi un 55% en 2016, y la producción eólica ha sido 55 GWh al día inferior a la media histórica. La demanda tuvo que cubrirse con fuentes de producción como el gas y el carbón, normalmente con costes de producción más elevados.
- Cancelación de varios envíos de buques metaneros de gas desde Argelia, principal proveedor de gas de España, debido a problemas operacionales.
- Parada temporal de parte del parque nuclear francés, provocada por los test de seguridad tras la detección de un posible problema técnico. Aunque la interconexión con el país vecino no es tan significativa como puede serlo en otros países, el alto precio en Francia afectó también en cierta medida al precio del mercado mayorista en España.
Por el contrario, el mes de mayo de 2016 fue templado y lluvioso, favoreciendo la producción mediante energía eléctrica fluyente y concluyendo en precios muy atractivos para el citado mes según la serie histórica.
El comportamiento de los mercados energéticos mayoristas acaba incidiendo de forma directa y/o indirecta en los consumidores finales a través de nuestras facturas de suministro eléctrico y/o de gas. Lamentablemente, la volatilidad en los precios se traduce en incertidumbre presupuestaria para nuestras empresas. Sin embargo y aunque muchos de los factores estén fuera de nuestro control, disponemos de herramientas que nos permitan mitigar la incertidumbre a las que nos somete la volatilidad del mercado. Los contratos flexibles son definitivamente una de las herramientas a utilizar.
Dicho tipo de contratos nos dan la posibilidad de gestionar nuestros costes energéticos antes y/o durante el suministro físico, fijando el precio cuando el mercado alcista así lo sugiera o deshaciendo posiciones si un contexto favorable nos lo permite. También podremos optar por fijar la totalidad o parte del consumo y/o mantener parte del mismo a mercado. Esta flexibilidad nos permite, por lo tanto, evitar las subidas de precios y aprovechar las bajadas de los mismos.
La gestión de los costes energéticos a través de contratos flexibles requiere que uno de los pasos a considerar en nuestra estrategia de compra sea la definición de nuestra propia política de riesgos, ajustada a las necesidades y el perfil de cada empresa. Esta política se debería enmarcar dentro de la estrategia global de la empresa ya que como sabemos, el incremento del coste energético y su volatilidad, tiene un impacto importante en las cuentas de explotación y por lo tanto en el margen. Una política energética adecuada en la empresa permite mitigar la incertidumbre y tomar las acciones más convenientes en cada momento.
Como hemos visto, hay soluciones que podemos poner en práctica en nuestra estrategia de compra para minimizar los riesgos asociados a la volatilidad de los precios de los suministros energéticos, como son la firma de contratos flexibles, la gestión de los costes a través de las opciones que nos permiten dichos contratos, etc. Estas y otras soluciones las detallaremos en próximos post.
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