¿Qué está impulsando a las compañías eléctricas hacia la digitalización, la descarbonización y la descentralización? Para entender la situación, debemos fijarnos en los 8 motores de cambio siguientes:
- Descentralización
El punto de inflexión para las compañías eléctricas en el siglo XXI ha sido la creciente tendencia del mercado energético de evolucionar hacia una producción de energía descentralizada y dispersa, lo que ha hecho necesaria una renovación completa del modelo de negocio. Por ejemplo, la entrada de energías renovables y de fuentes de energía distribuida (DER, Distributed Energy Resources) en la red, afecta a todo el ecosistema desde la infraestructura y la distribución hasta la tarificación. ¿Cuál es el resultado de esta tendencia hacia una energía descentralizada? Las compañías eléctricas tienen que proveer de un acceso a la energía más fiable, robusto y flexible con pérdidas reducidas en la transmisión mientras cubren la creciente demanda de energía, a nivel global, por parte de los consumidores.
- Cambios en el comportamiento del consumidor y nuevas expectativas
Las innovaciones y los progresos tecnológicos han generado nuevas necesidades y expectativas en los ciudadanos creando a su vez un nuevo tipo de consumidor de energía. Los consumidores estamos ahora mejor informados y capacitados y tenemos una larga lista de expectativas que incluyen el incremento de la visibilidad y del control sobre nuestros consumos de energía, una demanda de una tarifación más competitiva, el deseo de más energías renovables en el mix de generación de energía y la posibilidad de actuar como prosumer (consumidor-productor). Las compañías eléctricas, deben aprovechar esta oportunidad para impulsar iniciativas de cambio y utilizar tecnologías existentes, como los contadores inteligentes, para incrementar el retorno de la inversión o ROI.
- Riesgos técnicos inherentes a la red
La digitalización de la red es un salto importante para la reducción de apagones y otros riesgos técnicos. Nuevos controles integrados y automatizados permiten una supervisión continua en tiempo real para los operadores mejorando la robustez, seguridad y eficiencia de la red, permitiendo a las compañías eléctricas prevenir y abordar incidencias antes de que se conviertan en crisis.
- Amenazas de ciberseguridad
La transición de las compañías eléctricas hacia un mundo de la energía más digitalizada y automatizada conlleva un incremento notable de problemas de seguridad cibernética. La ciberseguridad es un problema crítico de gestión de riesgos y es imprescindible que las compañías eléctricas diseñen un plan de seguridad que identifique las amenazas, los riesgos y las vulnerabilidades para encontrar soluciones para mitigarlos a fin de proteger sus redes y activos.
- Creciente competencia y nuevos actores
La competencia en el mercado energético viene de todas partes. Las energías renovables, en particular, están perturbando el panorama, trayendo a nuevos actores como por ejemplo fabricantes de paneles fotovoltaicos para el mercado residencial. Una de las amenazas más grandes de las compañías eléctricas son sus propios consumidores, que están suprimiendo o supliendo la energía tradicional por alternativas como la energía solar, microgrids y autogeneración. Por ejemplo, en EEUU se instala de promedio un proyecto solar cada cuatro minutos y la expectativa es que el ratio se incremente en todo el mundo. Las compañías eléctricas se deben centrar en la innovación, la eficiencia y la continuidad del servicio, manteniendo a la vez sus precios para poder competir.
- Modelo de negocio desestabilizado por la evolución de la demanda
Las necesidades y los deseos de los consumidores están cambiando, particularmente en la creciente demanda para una energía más limpia, las fuentes de energía distribuidas y energías renovables. Para poder cumplir, las compañías eléctricas tienen que invertir para actualizar la infraestructura y la tecnología, lo que está impactando sus costes/ingresos y su modelo de negocio. Aportando respuestas a este mercado en evolución permitirá a las compañías eléctricas mejorar su rendimiento, además de permitir la creación de nuevos modelos innovadores centrados en las capacidades emergentes para prepararse para el crecimiento y el éxito.
- Incertidumbre debido a objetivos, políticas y regulación cambiantes
A nivel mundial, la legislación sobre energía está en un estado de alta volatilidad. Las regulaciones difieren por país y región, pero existe un impulso global para una mejora drástica de la sostenibilidad, la reducción de las emisiones de CO2 y el creciente uso de energías renovables para alcanzar objetivos ambiciosos como los que se acordaron en el acuerdo de París y en el Paquete de energía y Cambio climático de la UE2020.
- Mayor complejidad y redefinición del mercado de la energía
El mercado de la energía ya no está focalizado en el negocio de vender y suministrar energía a través de plantas de generación de energía centralizadas. En su lugar las compañías eléctricas se ven empujadas a manejar métodos tradicionales de suministro con una infraestructura cambiante que incluye la adición de energías renovables fluctuantes como la energía solar y eólica, DER, Demand Response y la energía autogenerada. Aumenta la complejidad, pero es sin duda hacia dónde se orienta el mercado. Las compañías eléctricas pueden beneficiarse de esta situación liderando la transición energética, proporcionando una red más eficiente, fiable, y flexible.
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