Así como los plásticos los relacionamos con el cambio climático, ¿cómo relacionas la eficiencia energética con tu economía y las tortugas? ¿Cuál es la relevancia de este tema, tal que hasta el 5 de marzo es el Día de la eficiencia energética?
Comienzo por aclarar que ahorrar electricidad y ser eficiente en su uso no es lo mismo. Sin embargo, están interrelacionadas fuertemente: ambos puntos tienen un peso importante en la economía de tu hogar, empresa o industria.
Desde un punto de vista estratégico, regular y entender tu relación con la energía, dará pie a poder crear una estrategia y accionar para tener un consumo eficiente.
Con lo anterior, podrás en primera instancia, mitigar costos tanto de operación (OPEX) – relacionado con el uso de energía de nuestros activos en empresa y en nuestro hogar– como de costos de capital (CAPEX).
En ambos casos nos referimos al gasto en nuestros activos. Por ejemplo: un refrigerador en el hogar y una máquina en las empresas. Bajo esta perspectiva, el uso eficiente impacta de lleno en tus finanzas desde cualquier punto que lo veas, corporativo o personal, ya que evitas un desperdicio y gasto innecesario.
Eficiencia energética: No hay energía más cara que aquella que se desperdicia
Mientras menos eficiente sea nuestro uso de la energía, mayores serán nuestros costos en cualquier situación (hogares, empresas, industrias).
Qué tanto se pueda ahorrar depende mucho del giro y la oportunidad asociada en cada caso. Sin embargo, es cierto que una buena gestión energética puede ser la diferencia entre un proyecto económicamente sin factibilidad y uno factible.
Debido a los avances tecnológicos, también podemos decir que el Retorno de Inversión (ROI) es un factor que, aunque dependa del tipo de industria, inversión y empresa, en algunos casos está por arriba del 20% y pueden ser redituables a mediano plazo, cosa que hace unos 5-10 años se veía mucho más lejano.
Ahora piensa, el uso eficiente de energía, es verdad, ayuda a reducir costos como hemos dicho pero…
¿Por qué es importante tomar acción más allá de la economía?
Demos un paso atrás. Antes de entrar al tema de cómo volvernos más eficientes en nuestro consumo, consideremos el otro lado de la moneda.
Energía utilizada de manera inteligente = Reducción de costos = Sostenibilidad
El ahorro de la energía y el uso eficiente de esta, impacta y puede justificarse desde diferentes ángulos. Uno de ellos es la responsabilidad que como hogar, comunidad, empresa o industria tenemos en cuanto al impacto de las emisiones de carbono que generamos, es decir, cuando hablamos de nuestra huella de carbono.
Dichas consideraciones son cada vez más importantes en diferentes mercados, creando así una ventaja competitiva a quienes han tomado acción. Además se tiene una responsabilidad social de industrias y empresas, con el consumidor, la cual se basa en encaminarse con hechos punturales que reduzcan el impacto del cambio climático.
Sin duda alguna, el desperdicio energético no es tan sonado como el cambio a energías limpias, pero no por eso deberíamos perder este punto tan importante en la cadena de valor de los energéticos.
El tener un mal uso de ellos, independientemente de donde provengan, también es un problema que debe atenderse. Un uso eficiente de nuestra energía no solo potencializa los ahorros económicos, sino también los climáticos al reducir emisiones por energía no utilizada.
¿Cómo puedo volver más eficiente mi consumo energético?
Ahora sí, hablando propiamente de la eficiencia energética debemos empezar considerando qué activos tenemos, cuál es su estado, y por ende, cómo utilizan la energía.
Esto puede lograrse a través de un adecuado mapeo de nuestros activos, estrategias de control, monitoreo, y gestión de la energía. Es así que, con un buen sistema de monitoreo, podemos medir y tener un plan de acción y reducción de uso a través de mantenimiento y una eficiente operación de nuestros equipos.
Entender nuestra relación con la energía es solo el primer paso, una vez que tengamos este monitoreo constante y un plan en acción, podemos hacer estrategias de cambio de equipos viejos que pueden ya estar obsoletos y tener un consumo muy alto de energía, para luego tener estrategias de ahorro de energía; por ejemplo un esquema de generación distribuida.
Las decisiones óptimas dependerán de nuestras necesidades como consumidores, empresas o industrias. Sin embargo, el objetivo es común: reducir costos y nuestra huella de carbono.
Hoteles, hospitales, empresas en la industria alimenticia que necesita de una refrigeración constante, hogares en locaciones geográficas con climas extremos (que necesiten de aire acondicionado o calefacción constante) pueden ser considerados grandes consumidores de energía y podrán hallar grandes beneficios en hacer más eficiente el uso de ella.
¿Y las tortugas?
Así como se ha hecho conciencia respecto al uso de popotes de plástico para poder salvar la vida de los animales, hagamos conciencia sobre la importancia del correcto uso de la energía y las vidas de otros seres vivos a quienes estaremos impactando si reducimos nuestra huella de carbono y desaceleramos el cambio climático.
Nuestros expertos se encuentran cerca de ti, ellos te llevarán de la mano para que conozcas cómo es la transición adecuada para tu sector y cuáles son los beneficios específicos que podrías obtener al adoptar la eficiencia energética.
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