Continuidad operativa sin interrupciones: inteligencia operativa y casos reales

En el capítulo anterior de «Continuidad operativa sin interrupciones» vimos cómo el mantenimiento y la recuperación tras un corte son claves para garantizar la continuidad energética. En esta nueva entrega, nos adentramos en el valor de la inteligencia operativa: cómo el software especializado y la conectividad permiten anticiparse a los fallos, automatizar respuestas y optimizar el rendimiento de los SAI. Además, conoceremos casos reales que demuestran el impacto tangible de estas soluciones.

Independencia energética con inteligencia operativa

Cuando una interrupción del suministro eléctrico se extiende más allá de unos minutos, o afecta a ubicaciones críticas sin acceso inmediato a la red, contar con una solución convencional puede no ser suficiente. Para estos escenarios, Schneider Electric ofrece opciones avanzadas que combinan autonomía energética y gestión inteligente.

Una de ellas es la Schneider Offgrid Portable Power Station, equipada con paneles solares fotovoltaicos. Esta solución permite mantener la operatividad incluso en situaciones de corte prolongado, ofreciendo una independencia energética sostenible para instalaciones remotas, móviles o de difícil acceso.

Pero disponer de energía no es suficiente si no se puede controlar. Por eso, el uso de software especializado cobra especial relevancia. Soluciones como PowerChute y EcoStruxure IT permiten no solo gestionar un apagado ordenado de los sistemas, sino también monitorizar en tiempo real el rendimiento de los SAI, emitir alertas, y proponer acciones preventivas o correctivas basadas en los datos operativos recogidos.

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En entornos virtualizados o con múltiples cargas críticas, herramientas como PowerChute Network Shutdown resultan clave. En caso de corte, este software permite que los servidores y sistemas virtualizados se apaguen de forma segura y ordenada, evitando la corrupción de datos, reinicios forzados o daños estructurales en la infraestructura digital. Esto es especialmente importante en entornos IT donde se gestionan clústeres, contenedores o servicios de alta disponibilidad.

Estas tecnologías refuerzan no solo la continuidad operativa, sino también la inteligencia con la que se gestiona cada entorno energético. Tener visibilidad, anticiparse a los riesgos y actuar en consecuencia ya no es un lujo, sino una necesidad operativa.

PowerChute Business Edition y Smart Connect

En instalaciones pequeñas o medianas, donde la infraestructura energética es más simple pero no menos crítica, contar con herramientas de gestión adaptadas puede marcar la diferencia. Para estos entornos, soluciones como PowerChute Business Edition y Smart Connect ofrecen una forma sencilla, fiable y eficaz de mantener el control energético sin necesidad de infraestructuras complejas.

Ambas opciones permiten visualizar en tiempo real el estado de las baterías, la carga activa y la autonomía disponible del SAI, facilitando una gestión energética más proactiva. Además, es posible programar notificaciones por correo electrónico o a través de la red para que los responsables técnicos reciban alertas inmediatas ante cualquier evento que comprometa la continuidad del servicio. Estas herramientas también permiten definir con precisión el comportamiento del SAI ante microcortes o caídas prolongadas, adaptando la respuesta a las características de cada instalación.

En los últimos meses, algunas funcionalidades avanzadas de estas soluciones – como PowerChute Network Shutdown y determinadas tarjetas de red vinculadas a Smart Connect – han pasado a requerir licencias activas para operar en su máxima capacidad. En caso de que no se renueven, los equipos podrían no estar funcionando con todo su potencial, comprometiendo la seguridad operativa sin que el usuario lo sepa.

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Renovar o activar estas licencias garantiza una serie de ventajas críticas para la continuidad operativa. Por un lado, asegura la compatibilidad con futuras actualizaciones de sistemas operativos y plataformas de virtualización como VMware o Hyper-V. Por otro, permite acceder al soporte técnico oficial de Schneider Electric y trabajar con software permanentemente actualizado y autorizado, lo que refuerza la protección frente a vulnerabilidades.

Para los clientes que ya disponen de estos productos, es altamente recomendable revisar el estado de sus licencias accediendo al portal de Schneider. Asegurarse de que están activas puede evitar que se pierdan funcionalidades justo en el momento más necesario. En definitiva, un SAI sin software actualizado es como un coche sin frenos ABS: puede seguir funcionando, pero su capacidad de respuesta en una situación crítica no será la misma.

Aunque los Sistemas de Alimentación Ininterrumpida suelen percibirse como soluciones fiables y duraderas, su rendimiento real puede degradarse rápidamente si no se les presta la atención adecuada. Por ejemplo, un SAI que no recibe mantenimiento puede perder hasta un 30 % de su autonomía en menos de dos años, comprometiendo gravemente su capacidad de respuesta ante una interrupción prolongada.

A esto se suma una falsa sensación de seguridad: muchos usuarios creen que su SAI funciona correctamente simplemente porque está encendido, pero nunca han realizado un test real de carga o un simulacro de apagado para comprobar su comportamiento bajo presión. Esto puede llevar a errores costosos en momentos críticos.

Además, las condiciones ambientales juegan un papel determinante en la vida útil de estos equipos, en especial de sus baterías. El calor excesivo, por ejemplo, acelera notablemente su deterioro: por cada 10 grados por encima de los 25 °C, la vida útil de una batería puede reducirse a la mitad. Este tipo de información, a menudo desconocida o subestimada, subraya la importancia de mantener no solo el equipo, sino también el entorno operativo bajo control.

Casos prácticos reales

En situaciones de corte de suministro, la diferencia entre una simple pausa y una pérdida crítica de información o ingresos suele estar en el nivel de preparación previa. Así lo demuestra el caso de un estudio de diseño gráfico en Valencia, que logró mantener su red local y su servidor activos gracias a un SAI line-interactive de Schneider Electric. Esta protección les permitió guardar archivos en curso, conservar la conectividad durante más de media hora y finalizar entregas clave sin que se produjera ningún daño a los proyectos en desarrollo. Según su responsable técnico, de no haber contado con ese sistema, habrían perdido cerca de 18 horas de trabajo y se habrían enfrentado a penalizaciones económicas superiores a los 12.000 euros.

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Por otro lado, algunas cadenas de supermercados lograron mantener operativos la mayoría de sus establecimientos durante una interrupción prolongada del suministro eléctrico. Mientras muchas tiendas se vieron obligadas a cerrar o suspender los cobros electrónicos, algunas otras pudieron pudo mantener el servicio en caja, conservar productos refrigerados y garantizar el abastecimiento de bienes esenciales a la población. Esta capacidad de respuesta fue posible gracias a una infraestructura energética sólida, respaldada por soluciones de alimentación ininterrumpida y un enfoque preventivo en la gestión del riesgo operativo.

Esto ejemplifica cómo un sistema de respaldo bien dimensionado, combinado con protocolos claros de continuidad, puede proteger tanto la experiencia del cliente como los resultados del negocio, incluso en momentos de crisis energética.

Antes de abordar las normativas aplicables, conviene revisar algunos conceptos técnicos clave sobre los modelos de SAI y su funcionamiento. Para sacar el máximo partido a una solución de alimentación ininterrumpida, es importante conocer algunos términos técnicos que definen su funcionamiento y aplicación. Por ejemplo, cuando hablamos de un modelo line-interactive, nos referimos a un tipo de SAI que estabiliza el voltaje sin recurrir constantemente a la batería. Esta tecnología es ideal para pequeñas empresas y hogares, ya que optimiza la autonomía y protege frente a microcortes frecuentes.

En cambio, los modelos online ofrecen una alimentación completamente ininterrumpida a través de la batería en todo momento. Esto significa que la energía suministrada a los equipos está completamente aislada de las perturbaciones de la red, lo que los convierte en la opción preferida para entornos críticos como hospitales, centros de datos o laboratorios de control.

Otro concepto fundamental es la autonomía escalable, que describe la capacidad de ampliar el tiempo de respaldo del sistema mediante la conexión de módulos de batería adicionales. Esta flexibilidad permite adaptar la solución a las necesidades energéticas específicas de cada entorno sin cambiar el equipo base.

Por último, los protocolos de comunicación como SNMP o Modbus permiten integrar los SAI en plataformas de monitorización técnica como sistemas BMS o SCADA. Gracias a esta conectividad, los responsables de mantenimiento pueden supervisar y gestionar el estado del sistema desde una consola centralizada, mejorando la capacidad de reacción ante cualquier evento.

En resumen

La inteligencia energética no solo mejora la eficiencia, sino que transforma la forma en que gestionamos la continuidad operativa. Herramientas como PowerChute o Smart Connect permiten tomar decisiones informadas y actuar con rapidez. Descubre más aquí.

En el siguiente capítulo, daremos un paso más y revisaremos las normativas técnicas que respaldan estas soluciones.

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