El futuro es eléctrico, y en México y Centroamérica, esta realidad está transformando la región. La demanda eléctrica ha crecido exponencialmente, con un aumento del 10% en México en 2023 y un promedio del 7% anual en países como Costa Rica, Guatemala y Honduras.
La urbanización acelerada, el auge del transporte eléctrico y el nearshoring, que ha atraído nuevas industrias a México, El Salvador y Honduras, son los principales impulsores de este crecimiento.
Sin embargo, este auge energético conlleva riesgos. Las interrupciones en el suministro eléctrico pueden paralizar operaciones industriales y generar pérdidas millonarias.
Demanda eléctrica al alza: El desafío energético en la región
En México, los apagones de mayo de 2024, desencadenados por una ola de calor son un claro ejemplo.
En Centroamérica, países como Panamá y Guatemala enfrentan cortes recurrentes debido a redes sobrecargadas y limitaciones en la infraestructura eléctrica.
Un caso similar ocurrió en 2025 en España y Portugal, donde un apagón masivo afectó a miles, evidenciando la fragilidad de los sistemas eléctricos tradicionales frente a picos de demanda y fenómenos naturales.
Soluciones sostenibles para industrias resilientes
Para prosperar en un mundo electrificado, las industrias deben adoptar soluciones que combinen sostenibilidad, resiliencia y eficiencia.
Las energías renovables son fundamentales: en México, la capacidad instalada de energía solar y eólica representa el 31% del total, mientras que Costa Rica lidera en Centroamérica superando el 90% de generación renovable.
Integrar estas fuentes reduce la huella de carbono y estabiliza costos frente a la volatilidad de los combustibles fósiles.
Las microrredes son otro pilar clave. Estas redes locales permiten a las industrias generar, almacenar y gestionar su propia energía, asegurando continuidad durante fallos en la red principal.

Estas redes locales permiten generar, almacenar y gestionar energía de manera autónoma, utilizando fuentes renovables como paneles solares, turbinas eólicas y baterías (BEES) lo que reduce la dependencia de la red principal y estabiliza costos.
En caso de interrupciones en el suministro eléctrico, las microrredes aseguran continuidad operativa al operar de forma independiente, protegiendo equipos críticos y minimizando pérdidas económicas.
Además, integran sistemas de gestión energética digital que optimizan el consumo en tiempo real, mejorando la eficiencia y reduciendo la huella de carbono.
La eficiencia energética es esencial y puede abordarse en tres pasos estratégicos:
- Conciencia energética: Comprender el consumo es el primer paso. Auditorías energéticas y sensores inteligentes identifican áreas de desperdicio, como equipos ineficientes o procesos mal optimizados.
- Mejoras de equipos: Sustituir tecnologías obsoletas por soluciones eficientes, como iluminación LED, motores de alta eficiencia, variadores de frecuencia y automatización de procesos, puede disminuir el consumo energético en un 20%, según estudios. Estas mejoras no solo ahorran energía, sino que también reducen costos operativos.
- Optimización energética con software de gestión: Los sistemas avanzados de gestión energética monitorean y optimizan el consumo en tiempo real, integrando datos de múltiples fuentes para realizar ajustes automáticos que maximizan la eficiencia.
La calidad de la energía es igualmente crucial. Fluctuaciones, armónicos o caídas de voltaje pueden dañar equipos sensibles y aumentar la inestabilidad de la red.
Soluciones como filtros activos, correctores de factor de potencia y sistemas de monitoreo estabilizan la red interna, prolongando la vida útil de los activos y mejorando la confiabilidad operativa.
Apagones y cortes: Cómo asegurar la continuidad operativa
Los apagones son una preocupación constante en México y Centroamérica. En México, 12 apagones en una semana en Jalisco en mayo de 2025 afectaron a industrias y hogares.
En Centroamérica, países como Nicaragua y El Salvador enfrentan interrupciones frecuentes debido a redes obsoletas y falta de tecnologías avanzadas, agravadas por fenómenos naturales como huracanes.
Estas fallas generan pérdidas económicas, comprometen la productividad y afectan la seguridad.
Los sistemas de alimentación ininterrumpida (UPS) son esenciales para mitigar estos riesgos, proporcionando respaldo inmediato a equipos críticos durante cortes.
Una UPS puede mantener en funcionamiento equipos sensibles, como servidores o maquinaria industrial, durante cortes de segundos o minutos.
Además, protegen contra fluctuaciones de voltaje, picos y armónicos, prolongando la vida útil de los equipos y reduciendo costos de mantenimiento.

Un futuro electrificado, pero preparado
En mi experiencia, las empresas que priorizan estas soluciones no solo sobreviven, sino que prosperan en un entorno competitivo.
México y Centroamérica tienen el potencial para liderar la transición hacia un futuro eléctrico resiliente, pero esto requiere colaboración entre industrias, utilities eléctricas y gobiernos.
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Sobre el autor

Konrad Lang, Experto en Soluciones Energéticas
Konrad Lang es un líder en innovación energética con más de 15 años de experiencia desarrollando soluciones sostenibles para industrias en México y Centroamérica. Apasionado por la transformación digital y la resiliencia energética, trabaja para empoderar a las empresas frente a los desafíos de un mundo electrificado.
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