Responsables de casi el 24% de las reclamaciones, los incendios y los daños por explosiones son la principal causa de pérdidas para las empresas.
Estamos hablando de pérdidas por valor de 14.000 millones de euros según un análisis de más de 470.000 reclamaciones realizado por Allianz durante un período de 5 años. Y a esto debemos sumar el daño a la reputación y la pérdida de cuota de mercado resultado de la interrupción del negocio que también pueden provocar.
Aunque hasta el momento se ha prestado mucha atención al diseño, las normas y los procesos constructivos para asegurar la protección de inmuebles y personas una vez iniciado el fuego, cuando se trata de incendios, la clave es la prevención. Contar con una estrategia integral basada en las últimas tecnologías para lograr una detección y respuesta rápidas.
No conformarse con cumplir las normas básicas
En las fases de diseño e implementación, ingenierías o proyectistas deben asegurarse de que todos los componentes y partes de los circuitos eléctricos cumplan con las normas de cableado y los reglamentos eléctricos y de construcción más recientes.
Dichas normas son muy eficaces para proteger los edificios de los peligros de las sobreintensidades de corriente ocasionadas por sobrecargas y cortocircuitos, al exigir el uso de interruptores automáticos. Sin embargo, no son suficientes, ya que un incendio puede tener otros orígenes.
En este sentido, los ingenieros consultores deberían ir más allá, ser conscientes de los riesgos derivados del deterioro de los circuitos y los errores cometidos durante el proceso de instalación.
Las conexiones de cables debilitadas y un aislamiento defectuoso pueden aumentar de forma significativa el riesgo de incendio de un circuito y estas amenazas no serán detectadas por la protección contra sobreintensidad.
Para obtener la máxima protección, las organizaciones necesitan productos fiables e innovadores que estén significativamente por encima de los estándares mínimos para evitar que se inicie un incendio.
Nos referimos a protección adicional para el cuadro de distribución y los circuitos en todos los niveles de la instalación eléctrica, respaldada por un sistema centralizado para la supervisión y la acción proactiva.
El poder de la tecnología inteligente
En el mercado hay disponible una amplia gama de soluciones conectadas capaces de detener un incendio incluso antes de que empiece, reduciendo drásticamente los daños y reparaciones y brindando a los operadores de edificios una visibilidad inigualable. Esta protección conectada es fundamental en todos los niveles de la instalación eléctrica, desde el cuadro eléctrico hasta la distribución.
Nos referimos, por ejemplo, a los dispositivos diferenciales (RCD) para protección contra defectos de aislamiento que provocan fugas de corriente a tierra, como la gama ComPact NSX y NSXm de Schneider Electric que brinda esa protección diferencial con el mismo tamaño que una protección clásica contra sobrecargas y cortocircuitos.
Además, también ofrece una medida permanente de la intensidad de defecto a tierra que, al conectarse a un sistema de supervisión, permite activar prealarmas y supervisar cualquier deriva en el aislamiento de forma continua.
Otra solución efectiva son los dispositivos de detección de defectos de arco (AFDD). La propia norma IEC 60364 recomienda que los circuitos terminales en una ubicación crítica estén protegidos por estos interruptores automáticos que cortan automáticamente el suministro de electricidad al detectar un defecto de arco en el circuito, impidiendo, así, que los defectos de arco alcancen temperaturas que podrían provocar un incendio.
Los cuadros de distribución eléctrica son otro foco de riesgo. El cumplimiento de las normas de diseño y fabricación no elimina el peligro que supone la existencia de defectos en las conexiones.
Para garantizar el correcto rendimiento y la seguridad del cuadro eléctrico y los equipos que lo componen Schneider Electric ofrece varias alternativas: agregar accesorios de conexión prefabricados y probados como el sistema Linergy o terminales especiales integrados en interruptores que evitan la fluencia (o pérdida progresiva del par de apriete con el tiempo), como EverLink; realizar una supervisión térmica continua mediante sensores como Easergy TH110 y CL110, que realizan mediciones precisas de la temperatura ambiente y de la conexión, o instalar sensores inteligentes HeatTag capaces de detectar partículas de gas emitidas por cables para alertar a los operadores sobre temperaturas peligrosamente altas antes de que se conviertan en críticas y se haya iniciado un incendio.
Finalmente, elegir el momento ideal para realizar el mantenimiento también es fundamental para prevenir incendios. En este sentido, los servicios “cloud analytics” proporcionan análisis del estado y el histórico de los equipos más críticos con notificaciones preventivas y soporte 24/7.
Así, soluciones como EcoStruxure™ Asset Advisor de Schneider Electric también pueden proporcionar análisis con recomendaciones proactivas basadas en el estado mediante informes periódicos.
Aunque las normas de seguridad eléctrica garantizan cierto nivel de protección, para tener instalaciones eléctricas seguras que protejan a los edificios del riesgo de incendios es necesario ir más allá.
Afortunadamente, hoy en el mercado hay disponible una amplia variedad de soluciones conectadas que permiten evitar los incendios incluso antes de que se inicien, salvando vidas y negocios al permitir supervisar y recopilar información de la instalación y los equipos conectados de forma continua e identificar donde está el mayor riesgo de incendio para actuar en consecuencia.
Puedes obtener más información aquí.
Añadir comentario