Un reciente informe elaborado por Schneider Electric, basado en una encuesta a 13.000 personas de 11 países – incluida España -, revela que los hábitos energéticos en el hogar están aún lejos de ser eficientes. El estudio identifica una brecha entre intención y acción y ofrece claves para entender cómo la tecnología ayuda a cerrarla.
En España, la sensibilidad medioambiental no deja de crecer entre los propietarios de viviendas. Según nuestro informe, el 70% ya reconocen la importancia de reducir su huella de carbono. Sin embargo, muchos siguen optando por medidas de poco impacto. En este sentido, el método más habitual es apagar las luces, pero, realmente, esto solo representa, de media, el 5% de la factura eléctrica. Por el contrario, solo el 44% de los encuestados ajustan la temperatura, una medida que puede llegar a representar más del 50% del consumo de energía del hogar.
Conciencia sí, acción… no tanto
El consumo energético en los hogares sigue incrementándose. Cada vez tenemos más dispositivos, electrodomésticos, cargadores, luces… y todo esto se traduce en facturas más altas y más emisiones. Es cierto que la preocupación de los propietarios por el impacto ambiental de sus viviendas va en aumento, pero no siempre se traduce en acciones eficaces.
Nuestro informe, por ejemplo, señala que en España:
- El 84% de los propietarios considera que la eficiencia energética es bastante o muy importante.
- El 85% cree que es una mejora valiosa para su vivienda.
- El 70% da importancia a reducir su huella de carbono.
No obstante:
- Solo el 45% ajusta la temperatura de su casa, pese a que este gesto puede suponer más de la mitad del consumo.
- El 55% apaga las luces como principal medida de ahorro y el 50% desenchufa cargadores sin uso, acciones de impacto mucho menor.
¿Qué papel juega la tecnología?
La tecnología es una aliada clave en la transición hacia los hogares eficientes, pero los resultados de nuestro informe revelan que sigue existiendo cierta confusión sobre qué soluciones tienen un impacto significativo en el consumo de energía doméstico. Así, mientras que el 54% de los encuestados piensan que la iluminación inteligente contribuye a mejorar la eficiencia energética y el 25% ya la ha incorporado en su casa, apenas el 47% reconoce las ventajas de los termostatos inteligentes, pese a que está demostrado que pueden reducir la factura hasta un 30% al año.
Cuando entra en juego la inteligencia artificial, las dudas se multiplican. Aunque IA y automatización podrían ayudar a ahorrar hasta el 10% de las emisiones GEI, el 37% de los encuestados afirma que nunca confiaría en ella para las tareas domésticas, el 35% quiere evitarla y el 31% simplemente no la entiende. Además, la percepción de que la tecnología doméstica inteligente es cara (50%), sigue siendo una barrera importante.
Incluso la tecnología doméstica más tradicional sigue siendo una desconocida. El 37% de los participantes en nuestra encuesta no sabe qué hace su cuadro eléctrico y el 18% ni siquiera sabe dónde está. Esta falta de conocimiento no solo limita el potencial de ahorro, sino que plantea importantes riesgos de seguridad.
La conclusión es clara
Los propietarios quieren consumir menos, pero no siempre saben cómo hacerlo de forma eficaz. La buena noticia es que las soluciones existen y que cada vez son más accesibles. La digitalización, la electrificación o la automatización se traducen en acciones muy concretas y en beneficios reales.
Para saber más, descarga el informe “Evolución del consumo de energía en el hogar: Intenciones, acciones y obstáculos para una mayor eficiencia energética en el hogar” en nuestra página web.
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