La sostenibilidad ya es una de las principales preocupaciones de la industria. ¿El motivo? El gran impacto que tiene a nivel reputacional y de resultados. Un caso paradigmático es el de las empresas químicas y de Oil&Gas, muy presionadas por estar en la base de la sostenibilidad de otros sectores, como la agricultura, los plásticos o el farmacéutico, entre otros. No tenemos más que pensar en los fertilizantes.
De esta manera, el 58% de los CEO de la industria química está planeando inversiones para ser más sostenible de cara al próximo año (PWC) y, según datos de ARC, ya a finales de 2020, el 90% de las compañías globales de energía y química afirmaba contar con iniciativas de este tipo.
Apostar por la transformación digital es la palanca del éxito y cada vez son más las empresas del sector que lo tienen claro – el 75% de los participantes en la encuesta elaborada por ARC respondieron que esta es extremadamente importante o muy importante para alcanzar los objetivos climáticos.
Las herramientas más poderosas para la industria química y Oil&Gas
Química y Oil&Gas han sido pioneras en la automatización de los procesos y la fabricación para mejorar la eficiencia operacional, la seguridad, la calidad y reducir los costes. Esa misma automatización, junto con la digitalización, son las armas de las que disponen estas industrias para impulsar su sostenibilidad equilibrando economía, sociedad y medioambiente.
En este sentido, los avances más relevantes son:
- Digitalización aplicada a la optimización de la cadena de suministro. Tras los cambios derivados de la pandemia, las empresas van en busca de proveedores más resilientes y cercanos. Además, la flexibilidad es imprescindible. Las herramientas digitales ayudan a eliminar silos y proporcionan una inteligencia que resulta vital para resolver los problemas de precios y suministros.
- Control de procesos avanzado (APC). Actualmente, ya hay varias aplicaciones que dotan de inteligencia a cada PID. Existen estudios sobre los sistemas instalados que demuestran que casi el 70% de los lazos de control tienen un rendimiento deficiente. Pero ello no es suficiente si queremos optimizar la planta globalmente. Para ello hay que acudir a los sistemas de control de proceso avanzado (APC). Estas soluciones digitales monitorizan las interacciones entre variables para comprobar que funcionen correctamente y estabilizan el proceso, mejoraremos el rendimiento energético. Además, este APC permite reducir la variabilidad del proceso, optimizando y guiando a los operadores del centro de control menos experimentados gracias a los conocimientos desarrollados por la IA a partir de operaciones previas.
- Optimización de la energía y los suministros públicos. Antes de implementar acciones para mejorar el consumo necesitamos medir e identificar en qué punto estamos. Integrar los sistemas de automatización con los eléctricos o de energía es básico para ese objetivo. De esta manera, utilizamos los datos de los dispositivos como parte de las estrategias de control y podemos optimizar el uso que hacemos de activos, materias primas y energía a partir de una imagen real que nos indica dónde se están produciendo las ineficiencias.
- Mantenimiento predictivo y prescriptivo. Nos ayudan a mejorar el uso de los activos y el ROI gracias al machine learning y a las analíticas avanzadas, que nos permiten ajustar las operaciones de mantenimiento para predecir fallos y evitar alteraciones en el proceso y costosas paradas.
- Gemelos digitales. Mediante esta réplica virtual basada en software de los activos físicos completos de una planta, modelamos y simulamos todo el ciclo de vida de las operaciones. Es una herramienta de gran valor para analizar escenarios de diseño hipotéticos, ya que ofrece una representación muy precisa del comportamiento y dinámica de cada proceso. Además, en instalaciones operativas, nos brinda datos sobre el estado del equipo y del sistema que nos ayudan a gestionar toda la planta y a optimizar el mantenimiento preventivo para evitar tiempos de inactividad no programados. Su precisión va mejorando continuamente a medida que va incorporando nuevos datos del proceso.
- Internet de las Cosas (IoT). En el momento en el que las empresas que han iniciado su transformación digital aplican Big Data o machine learning a sus bases de datos unificadas almacenadas en la nube, es habitual que se den cuenta de que faltan datos. Los dispositivos IoT les ayudan a recuperarlos, pudiendo llegar a una mayor perfección de los datos para su análisis.
- Realidad Aumentada/Virtual. Gracias a estas tecnologías, los equipos de mantenimiento onsite cuentan con la información necesaria para completar sus tareas de forma segura, rápida y eficiente. Además, permiten que un experto remoto les ayude o les guie para que puedan realizar mantenimiento preventivo.
El objetivo es ser sostenible y rentable
Tecnologías digitales como las mencionadas son la clave para que las empresas del sector químico y Oil&Gas logren equilibrar rentabilidad y sostenibilidad y, así, cumplir con las demandas de sus stakeholders. Soluciones como nuestra arquitectura y plataforma abierta e interoperable EcoStruxure, que conecta los equipos de campo (eléctricos y de proceso) a los sistemas de control (Edge) y a soluciones software, permitiendo proporcionar visibilidad, monitorización remota e información en tiempo real de las plantas industriales. Otro ejemplo destacable es AVEVA Unified Operations Center, una solución que cubre desde el diseño y la construcción, hasta la operación y el mantenimiento. Sus beneficios: un 45% menos de consumo de energía, unos operadores un 18% más productivos y un 50% más de eficiencia operacional.
Sea como sea, lo que las industrias deben tener claro es que las tecnologías digitales, aunque son herramientas muy poderosas, no sustituyen al factor humano, sino que están al servicio de las personas. Y, sobre todo, que no son un objetivo en sí mismas. La meta es convertirse en un negocio sostenible y rentable. Por tanto, la reflexión y la estrategia deben preceder a cualquier inversión.
Añadir comentario