El hidrógeno verde se presenta como una pieza clave en la transición energética, especialmente en España, que ha dado grandes pasos para posicionarse como líder en este sector en crecimiento.
El mundo necesita descarbonizarse, y rápido. Las emisiones mundiales de CO2 deben reducirse a la mitad antes de 2030 para mantener el rumbo hacia un cambio climático de menos de 1,5 grados a finales de siglo. Los compromisos actuales sólo representan alrededor de un tercio de la descarbonización necesaria esta década, lo que significa que tenemos que ir 3 veces más rápido. A corto plazo, esto requiere una adopción acelerada de las tecnologías que ya existen hoy en día, junto con el aumento de nuevas soluciones que llegan al mercado, como el hidrógeno verde.
En la economía de carbono cero del futuro, la electricidad se convertirá en la energía dominante, con una cuota en torno al 70%, complementada por el hidrógeno verde. Sin duda, la electricidad sigue siendo la energía más eficiente y el mejor vector de descarbonización (siempre y cuando esta electricidad sea de origen renovable). También es una tecnología que ya está ampliamente disponible y puede utilizarse para descarbonizar la mayoría de las aplicaciones. Cuando se combina con la tecnología digital, lo que llamamos Electricidad 4.0, representa el camino más rápido hacia el net-zero. Pero es poco probable que la electrificación pueda aplicarse a todos los sectores de actividad (la mayoría de los escenarios proyectan una cuota de electricidad entre el 50-70% de la energía final para 2050). En particular, el hidrógeno verde desempeña un papel complementario en la descarbonización de los sectores más difíciles de desfosilizar que actualmente utilizan gas natural o combustibles derivados, como la industria química, la siderurgia, la aviación, la marina y el transporte terrestre de larga distancia. Aquí es donde vemos la mayor parte del desarrollo del hidrógeno verde.
El papel de España
España ha asumido un papel protagonista en la adopción del hidrógeno verde, impulsada por su abundante recurso solar y eólico, que permite generar electricidad renovable a precios competitivos. Esta electricidad renovable es esencial para producir hidrógeno verde a través de electrólisis.
El gobierno español ha aumentado recientemente el objetivo de capacidad de hidrógeno verde dentro del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), proyectando 12 GW de electrolizadores para 2030, un salto notable desde los 4 GW previstos inicialmente y que convertiría a España en uno de los principales productores europeos de este combustible.
Este compromiso se alinea con los esfuerzos europeos en el mismo ámbito: la Unión Europea se ha fijado la meta de producir 10 millones de toneladas de hidrógeno renovable e importar otros 10 millones para ese mismo año. Sin embargo, alcanzar estos objetivos requerirá superar obstáculos relacionados con la infraestructura, el precio y la tecnología.
Además, el reciente acuerdo entre España, Portugal y Francia para construir el H2Med, un gasoducto de hidrógeno que conectará la Península Ibérica con el resto de Europa, refuerza el papel de España como nodo estratégico para el hidrógeno en Europa. Este proyecto permitirá exportar hidrógeno verde producido en España y Portugal a países como Francia y Alemania, donde la demanda de fuentes de energía limpia es alta debido a la transición hacia la neutralidad en carbono.
Los retos del hidrógeno verde en España
A pesar de los avances, el desarrollo del hidrógeno verde en España enfrenta una serie de retos tanto para el sector público como el privado. Uno de los mayores retos es la construcción de una infraestructura nacional adecuada que permita transportar y distribuir el hidrógeno desde las zonas de producción hacia los grandes núcleos industriales donde se concentrará la demanda. Además de la infraestructura, el precio es otro factor crítico.
Podemos resumir los retos actuales del hidrógeno verde en España en los siguientes puntos:
- Infraestructura de transporte y distribución: Para aprovechar al máximo el hidrógeno verde, es esencial contar con una infraestructura nacional que permita transportar el hidrógeno desde los lugares de producción hasta los centros industriales y de consumo. A nivel europeo, el proyecto H2Med busca conectar España con el resto de Europa mediante un hidroducto, lo que posicionaría al país como un importante nodo de producción y exportación de hidrógeno verde. El proyecto ha sido incluido por la Comisión Europea como IPCEI, es decir Proyecto Importante de Interés Común Europeo, avalando así su importancia. Sin embargo, esta infraestructura todavía está en sus etapas iniciales y necesitará inversiones masivas y coordinación transnacional para alcanzar su pleno potencial. También es necesario desarrollar una infraestructura interna que facilite el transporte dentro de España.
- Coste de producción: La producción de hidrógeno verde sigue siendo más cara que el hidrógeno gris. La reducción de este precio dependerá de avances en la tecnología de los electrolizadores, así como de la disponibilidad de electricidad renovable a un precio competitivo. Optimizar su generación y almacenamiento será fundamental para que el hidrógeno verde se convierta en una opción viable y sostenible.
- Dependencia de energías renovables: La producción de hidrógeno verde depende de un suministro constante de electricidad renovable. Sin embargo, la intermitencia de las fuentes como la energía solar y eólica puede limitar la capacidad de producción. Para abordar esta limitación, será crucial desarrollar tecnologías de almacenamiento de energía y estrategias de gestión de la demanda que permitan una producción más estable.
La visión de Schneider Electric en la transición hacia el hidrógeno verde
Desde Schneider Electric, consideramos que la combinación de hidrógeno verde y electricidad renovable será fundamental para lograr los objetivos de descarbonización global. Con su enfoque en soluciones como la Electricidad 4.0 y el desarrollo de sistemas energéticos digitales, Schneider Electric está bien posicionado para apoyar la adopción de hidrógeno verde. Estas tecnologías permiten no solo optimizar el consumo energético, sino también integrar de forma eficiente y sostenible los sistemas de hidrógeno verde en la infraestructura energética existente.
A través de soluciones avanzadas de gestión energética y automatización, Schneider Electric trabaja para que las empresas puedan monitorizar y optimizar el uso del hidrógeno verde, minimizando costes y maximizando la eficiencia. La compañía también fomenta la colaboración con actores de la industria para desarrollar nuevas infraestructuras y tecnologías que hagan que el hidrógeno verde sea una opción viable y accesible en todo el país.
El hidrógeno verde representa una oportunidad sin precedentes para que España se posicione como líder en la transición energética europea. Sin embargo, para aprovechar plenamente este potencial, es necesario superar obstáculos significativos en infraestructura, costes y regulación. Con el respaldo de empresas como Schneider Electric y la colaboración entre el sector público y privado, España tiene la oportunidad de transformar su matriz energética y avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible, en línea con los objetivos de descarbonización de la Unión Europea.
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