La actual pandemia ha puesto de manifiesto el reto que supone gestionar instalaciones de forma remota.
Durante el confinamiento, en muchos casos el acceso físico se restringió y, a medida que las empresas van volviendo a la normalidad, surgen nuevas políticas que limitan el tiempo que el personal de mantenimiento puede pasar en ellas.
Al mismo tiempo, muchas compañías se ven obligadas a hacer más con menos debido a la jubilación de sus expertos o a que sus plantillas han sufrido recortes.
Esto todavía complica más poder monitorizar la infraestructura eléctrica y responder si surge un problema.
En el post de hoy veremos cómo la analítica de energía hace posibles esos servicios remotos que tienen la capacidad de ayudar a los equipos onsite a incrementar la resiliencia de la energía.
Trabajar en remoto gracias a la analítica
Como mencioné en mis anteriores posts, la digitalización de las redes eléctricas proporciona a los equipos de las instalaciones nuevas arquitecturas IoT que pueden abordar estos desafíos.
Los sensores envían “big data” automáticamente al Edge y a la nube donde las aplicaciones de analítica de energía pueden ofrecer conocimientos accionables y recomendaciones directamente al equipo.
La analítica basada en la nube también permiten los servicios remotos, integrados por equipos que complementan y mejoran el conocimiento del personal local, garantizando que ningún riesgo u oportunidad de mejorar la seguridad y la resiliencia pase inadvertido.
Tres tipos de servicios remotos que la analítica de energía puede mejorar
A continuación, tres tipos comunes de servicios remotos y cómo la analítica de energía puede mejorarlos:
1. Servicio de Monitorización Remota
Los servicios de monitorización remota garantizan que las redes de distribución eléctrica y los sistemas de control asociados funcionan correctamente. Hoy, los centros de servicios remotos monitorizan grandes parques de redes y alertan a los equipos onsite de problemas. O, si es necesario, realizan acciones correctivas directamente.
Un problema habitual de la monitorización remota es darle un sentido a todos los datos que llegan de las diferentes ubicaciones que están siendo monitorizadas.
¿Cómo alguien podría responder a cientos de alertas en un día dado? Los algoritmos analíticos ayudan aprendiendo lo que es normal para una instalación concreta y alertando al proveedor de servicios solo cuando las variables superan los rangos operativos normales.
No es necesario configurar manualmente los umbrales de alarma para cada punto supervisado, lo que incrementa drásticamente el número de instalaciones que un ingeniero de servicio puede monitorizar de forma eficiente.
Combinar la robótica con la analítica de energía lleva los servicios remotos un paso más allá. Hoy en día, podemos usar robots terrestres y aéreos para monitorizar y patrullar una instalación cuando no podemos instalar sensores estáticos.
Hasta hace poco, debido a su limitada capacidad de procesamiento, una persona debía estar presente para operarlos e interpretar los resultados en tiempo real, pero, actualmente, y todavía más en el futuro, con las mejoras en las tecnologías de baterías, la telemetría (5G), la analítica y los servicios remotos, creemos que los robots podrán navegar e identificar anomalías de forma autónoma.
En función de lo que detecten, serán capaces de investigar un área automáticamente con un nivel de detalle imposible de alcanzar para un humano. En este escenario, los servicios de monitorización remota pasarán de operar un solo robot a supervisar flotas enteras
2. Servicio de Mantenimiento Remoto
Si un ingeniero se encuentra en las instalaciones para realizar mantenimiento remoto, el proveedor de servicios puede utilizar la analítica de energía para sumar valor de varias formas. En primer lugar, accediendo al sistema de monitorización, el experto remoto puede compartir información en tiempo real con el técnico onsite a través del teléfono, ya sea texto o imágenes.
En segundo lugar, si tenemos capacidades de realidad aumentada, el ingeniero que esté en el campo y el experto remoto pueden colaborar en un espacio virtual compartido.
El segundo puede visualizar el activo y su estado de forma remota y guiar al primero en los pasos o procedimiento a seguir.
La analítica avanzada también permite al experto simular una acción de forma remota antes de recomendarla al personal de las instalaciones.
También puede monitorizar continuamente todas las condiciones ambientales si esa persona está en un área peligrosa o coordinar actividades que requieran la participación de varios ingenieros onsite.
En el futuro, podemos imaginar robots de mantenimiento equipados con activadores capaces de operar en entornos peligrosos en los que hasta ahora se requería la presencia de un ser humano.
Por ejemplo, un robot puede sacar y reemplazar un interruptor o tomar una muestra de aceite de un transformador para analizarla. Aunque inicialmente ese robot deba recibir el respaldo de un experto remoto, con el tiempo podría funcionar de forma autónoma.
3. Servicio de Optimización del Rendimiento Remoto
Con la gran cantidad de datos recogidos por un servicio de monitorización remota, los centros pueden aplicar analíticas para ofrecer servicios de optimización del rendimiento. Por ejemplo
- Auditar y actualizar el sistema de gestión de alarmas para reducir la fatiga del operador
- Detectar y priorizar problemas de calidad de la energía para que puedan ser resueltos
- Analizar cómo mejorar una red de comunicaciones para reducir los cuellos de botella o determinar los ajustes necesarios para mejorar la coordinación de los interruptores cuando se añade un nuevo proceso industrial.
En todos estos casos, podemos observar que la analítica aplicada a la energía tiene un ROI claro, ya que permite representar los impactos completos en el negocio y modelar la inversión económica y los retornos.
La arquitectura IoT y preparada para el futuro EcoStruxure™ Power de Schneider Electric permite una distribución de energía digitalizada, gracias a una conectividad mejorada, operaciones en tiempo real y analíticas de energía inteligentes.
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