Carolina Calderon
La reciente producción de combustible sostenible de aviación (SAF) en la Refinería de Cartagena marca un hito en la transición energética del país. Este avance posiciona a Colombia como líder regional en soluciones energéticas limpias y plantea una oportunidad única para combinar sostenibilidad y competitividad en el sector.

Proyectos como este requieren la integración de tecnologías avanzadas que optimicen la producción, reduzcan emisiones y garanticen eficiencia en toda la cadena de valor. Desde mi experiencia en el sector, sé que el éxito radica en implementar sistemas de monitoreo en tiempo real, gestión energética y digitalización de procesos, permitiendo maximizar el uso de recursos renovables mientras se cumplen las exigencias globales de descarbonización.
Este es el momento de consolidar a Colombia no solo como un actor clave en la producción de SAF, sino como un referente de innovación energética en la región.
La reciente normativa de la Unión Europea que exige a las aerolíneas utilizar un 2% de SAF a partir de 2025 tiene implicaciones significativas para Colombia. Dado que el país posee un alto potencial para producir SAF, incluso con capacidad de exportación, se presentan oportunidades y desafíos que merecen atención.
Implicaciones para Colombia:
• Oportunidad de Exportación: La demanda europea de SAF abre un mercado potencial para Colombia, que podría convertirse en proveedor clave, aprovechando sus recursos naturales y capacidad agrícola.
• Desafíos de Producción: Para satisfacer esta demanda, es esencial desarrollar infraestructura adecuada y establecer marcos regulatorios que fomenten la inversión en la producción de SAF.
Soluciones Tecnológicas:
• Automatización de Procesos: Implementar sistemas avanzados de control y monitoreo puede optimizar la eficiencia en la producción de SAF, asegurando calidad y consistencia en el producto final.
• Gestión Energética Eficiente: Integrar soluciones que permitan un uso óptimo de los recursos energéticos reducirá costos operativos y minimizará el impacto ambiental, alineándose con los estándares internacionales de sostenibilidad.
La adopción de estas tecnologías no solo facilitará el cumplimiento de las nuevas regulaciones europeas, sino que también posicionará a Colombia como un actor relevante en el mercado global de combustibles sostenibles, promoviendo un crecimiento económico responsable y sostenible.
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