En los últimos 5 años, hemos asistido a un crecimiento exponencial de las tecnologías de la información (IT) y de avances como la inteligencia artificial (IA) o el Internet de las Cosas (IoT). Este nuevo paradigma tecnológico en el que nos encontramos nos ha permitido desarrollar la algorítmica y la sensórica y, como consecuencia, un nuevo concepto, el de los Servicios Digitales.
Ya no es suficiente con poder monitorizar los activos eléctricos, debemos poder controlarlos para determinar si se va a producir algún problema en ellos. Dar el salto del mantenimiento correctivo, preventivo y condicional a los Servicios Digitales será lo que nos permita alcanzar este objetivo.
¿Cómo funcionan los Servicios Digitales?
Para implementar un Servicio Digital debemos partir de una auditoría. Esta nos permitirá seleccionar los activos a monitorizar y determinar qué criticidades puede haber. El paso siguiente consistirá en sensorizar la instalación y diseñarla para, a partir de ahí, hacer una prueba de concepto y, posteriormente, un despliegue. Una vez implementados, el gestor de la red de distribución eléctrica o industrial podrá utilizarlos bien como un Software as a Service (SaaS), bien como el propio Servicio Digital.
A nivel de funcionamiento, el Servicio Digital se encarga de recabar toda la información y aplicar una algorítmica que nos permita identificar el estado del activo, cómo se está comportando y, muy importante, cómo se comportará ante cambios como el despliegue del autoconsumo volcado a la red o el vehículo eléctrico. Dicha algorítmica genera unos eventos – no eventos de alarmas directas, sino de un activo que empieza a estar deteriorado o de una tendencia que lo identifica como un posible problema – que alertan a una oficina técnica y se inicia una exploración que permitirá determinar qué ocurre en ese activo concreto. Entonces, el usuario final puede contactar directamente con la oficina técnica para recabar más información, analizarla y potenciar el caso de uso.
A partir de ese momento, la oficina técnica realizará un informe predictivo profundo que aportará unas conclusiones que, de forma holística, identificarán qué activos se encuentran en peor situación.
El papel clave de los sensores
Los Servicios Digitales van más allá de la algorítmica. El sector está desarrollando una serie de sensores adicionales, inalámbricos y autoalimentados, que no solo permiten monitorizar magnitudes eléctricas, sino también ambientales, lo que permite dotar de mayor resiliencia a la red y detectar y avanzarnos a posibles problemas de temperatura (puntos calientes embarrados, bornas de cable, transformadores…), humedad, ozono (posibles descargas parciales en entornos de subestaciones y centros de transformación) e, incluso, vibración.
Combinar las informaciones eléctricas y ambientales es lo que desbloquea la auténtica potencialidad de los Servicios Digitales. Esa información adquirida permite desarrollar patrones y algoritmos a partir del procesado de datos. Patrones para algunos activos en concreto (transformadores específicos, celdas, interruptores de baja tensión…), pero también algoritmos genéticos que puedan aplicarse a cualquier equipo disponible en el mercado.
Esto nos permitirá potenciar y detectar, por ejemplo, posibles desviaciones de temperatura observando este parámetro junto con las magnitudes eléctricas para determinar si el activo está envejeciendo realmente y cómo. Plataformas como EcoStruxure Asset Advisor y Grid Advisor de Schneider Electric facilitan estas funcionalidades. Monitorizando diferentes activos eléctricos, permiten ver en qué estado de criticidad están según su uso y cuál es su salud. Ver en detalle toda su evolución y situación futura.
En resumen, los beneficios de los Servicios Digitales para el sector eléctrico e industrial incluye conocer el estado de los activos eléctricos; gestionar el riesgo según la topología de red; optimizar el plan de mantenimiento y gestionar la inversión. Además, estos sistemas trabajan con una aplicación API que permite su integración en la infraestructura de gestión del usuario final, combinando y potenciando la información recabada.
Una solución probada
Si hay dos activos críticos de la red de distribución eléctrica en los que implementar Servicios Digitales puede ser especialmente beneficioso, estos son los transformadores de potencia y los centros de transformación, verdadero punto neurálgico de la red que recibirá el impacto de la integración del vehículo eléctrico o el volcado de autoconsumo a la red. En este sentido, Schneider Electric ha realizado varias pruebas piloto en compañías como E. ON (Suecia), GreenAlp (Grenoble) y EEC Engie (Nueva Caledonia). Todas ellas con estructuras y conceptos de red distintos.
Así, la compañía ha sensorizado los transformadores y las celdas de media tensión con sensores inalámbricos autoalimentados que cada 5 minutos envían información, información que es acumulada y guardada para permitir aplicar algorítmica y, así, detectar si existen puntos calientes en uno de los eventos o avanzarse termográficamente a cualquier problema. Además, la solución permite aplicar el estado del transformador, ver su estado de carga, contrastar cómo está envejeciendo en base a su entorno e integrarse correctamente dentro de la red.
Para estos proyectos, Schneider Electric también está utilizando la celda sin SF6 SMAir SeT y, por este hecho, en el caso concreto de E. ON, la compañía ha sido galardonada con un Enertic Award.
Los Servicios Digitales son todo un avance en la gestión de la red eléctrica, ya que permiten alargar la vida útil de los activos y optimizar el mantenimiento y las inversiones, de CAPEX a OPEX. Su función es potenciar y optimizar el mantenimiento basado en condiciones, pero no debemos olvidar que, con toda su información, deben estar correctamente integrados dentro de la estructura de gestión de los usuarios finales, ya sean compañías eléctricas o del sector industrial.
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