Una red eléctrica más resiliente gracias a los Servicios Digitales

La tecnología está viviendo un cambio de paradigma. En los últimos 5 años hemos visto como la IT, la IA, el IoT, etc. experimentaban un crecimiento exponencial y nos permitían desarrollar algorítmica, sensórica y, por ende, los Servicios Digitales.

Ahora, ya no solo somos capaces de monitorizar los activos eléctricos, gracias a los Servicios Digitales, podemos analizar su comportamiento para determinar si se producirá algún problema. Es decir, somos capaces de dotar de resiliencia a la red de distribución eléctrica.

En Schneider Electric ya lo hemos comprobado

La promesa de la que os hablábamos ya es una realidad. En Schneider Electric hemos realizado pruebas piloto de Servicios Digitales en compañías con estructuras y conceptos de red muy distintos, como pueden ser E.ON en Suecia, GreenAlp en Francia y EEC Engie en Nueva Caledonia.

En dichos proyectos, hemos sensorizado los transformadores y las celdas de media tensión, componentes esenciales en la distribución eléctrica, mediante sensores inalámbricos autoalimentados que envían información cada 5 minutos. Esta información se acumula y guarda para poder aplicar algorítmica y detectar posibles puntos calientes, avanzándose termográficamente a cualquier problema. La solución instalada también analiza en qué situación se encuentra el transformador y nos permite ver su estado de carga, contrastar cómo está envejeciendo en base a su entorno e integrarse correctamente dentro de la red.

Además, en dichos proyectos instalamos nuestra innovadora celda sin SF6 SM AirSeT que incrementa radicalmente la sostenibilidad, mejora la eficiencia y garantiza la seguridad del operador combinando el aislamiento con aire puro, la tecnología de corte en vacío y capacidades de conectividad. En concreto, el proyecto piloto realizado en E.ON fue galardonado con un Enertic Award por este motivo.

Y ¿cómo funcionan los Servicios Digitales?

El primer paso a la hora de implementar un Servicio Digital es realizar una auditoría para identificar los activos a monitorizar y determinar su criticidad. A continuación, sensorizaremos la instalación para realizar una prueba de concepto y, posteriormente, procederemos a desplegarlos. Una vez implementados los Servicios Digitales, el gestor de la red podrá usarlos como un SaaS o como el propio Servicio Digital.

El Servicio Digital recaba toda la información y aplica algorítmica para identificar el estado del activo, cómo se está comportando y cómo se comportará ante avances como el despliegue del autoconsumo volcado a la red o el VE. Esta algorítmica genera eventos (del estado de un activo que empieza a estar deteriorado o de una tendencia que muestra un posible problema) que alertan a una oficina técnica. En este momento se inicia una exploración para determinar qué ocurre en ese activo en concreto y una vez identificado, la oficina técnica contactará directamente con el usuario final para comunicárselo. Independientemente de esto, el usuario puede contactar con la oficina técnica para recabar más información, analizarla y potenciar el caso de uso.

Finalmente, la oficina también realiza un informe predictivo profundo con todos los datos recogidos durante un período de tiempo concreto que aportará unas conclusiones que, de forma holística, identificarán qué activos están en peor situación.

En resumen, los Servicios Digitales nos permitirán:

  • Conocer el estado de los activos eléctricos
    • Gestionar el riesgo según la topología de red
    • Optimizar el plan de mantenimiento y gestionar la inversión
    • Además, pueden integrarse en la infraestructura de gestión del usuario final mediante una aplicación API.

Los sensores desbloquean la auténtica potencialidad de los Servicios Digitales

Los sensores juegan un papel muy importante en los Servicios Digitales. El sector está desarrollando una serie de sensores adicionales, inalámbricos y autoalimentados que, además de permitir monitorizar magnitudes eléctricas, también permiten hacer lo propio con magnitudes ambientales. Esto es lo dota de mayor resiliencia a la red detectando y avanzándonos a posibles problemas de temperatura, humedad o, incluso, vibración.

En definitiva, combinar ambas magnitudes es lo que nos permitirá desarrollar patrones y algoritmos genéricos que puedan aplicarse a cualquier equipo disponible en el mercado y, así, potenciar y detectar, por ejemplo, posibles desviaciones de temperatura observando este parámetro junto con las magnitudes eléctricas para determinar si el activo está envejeciendo realmente y cómo.

Soluciones como EcoStruxure Asset Advisor y Grid Advisor de Schneider Electric tienen estas capacidades. El monitorizar diferentes activos eléctricos permite ver en qué estado de criticidad están según su uso y cuál es su salud, así como toda su evolución y situación futura en detalle. Es decir, determinar el nivel de riesgo presentado en la red de distribución.

Como hemos visto, los Servicios Digitales suponen toda una revolución para la gestión de la red de distribución eléctrica, ya que permiten alargar la vida útil de los activos y optimizar el mantenimiento y las inversiones. Eso sí, siempre y cuando, estos y su información estén correctamente integrados en la estructura de gestión de cada usuario.

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