El IoT está revolucionando radicalmente nuestra manera de entender el mundo: desde cómo compramos hasta nuestra forma de interactuar entre nosotros en el entorno comercial o personal. En este magma de cambios, el mundo del packaging no iba a ser menos. Y es que este sector vive la transformación a través de dos ámbitos diferentes.
Por un lado, las máquinas de packaging se están volviendo cada vez más complejas y sofisticadas, incorporando mucha más conectividad vía internet, comunicaciones en tiempo real, sensórica y realidad aumentada. Por el otro, la capacidad de operar, supervisar y optimizar la máquina remotamente cambiará el modelo de negocio del sector, ya que marca una gran diferencia para los fabricantes que, ahora, son capaces de obtener datos de sus máquinas para disponer de mejor información sobre cómo los clientes las utilizan en realidad y la productividad real que están obteniendo de estas. La conectividad de las máquinas, además, proporciona grandes beneficios a nivel de optimización. En la actualidad los fabricantes de maquinaria del sector del packaging están especializados en un tipo muy específico de soluciones que distribuyen por todo el mundo. Cuando alguno de estos dispositivos falla o no trabaja de forma óptima, deben enviar a un equipo de expertos para solventar el problema, lo que supone un gran coste. En muchas ocasiones, además, el problema no se encuentra en la máquina, sino en cómo se está utilizando o cómo ha sido configurada. Las máquinas conectadas, en cambio, nos permiten tener estos datos disponibles y acceder a ellos de manera remota y en el momento adecuado, lo que permite a los fabricantes mejorar el servicio y el valor añadido que aportan a sus clientes.
Además, cuando empezamos a integrar una máquina en un proceso complejo, como en el caso de la industria farmacéutica, que está sujeta a normativas muy exigentes, la máquina se va volviendo cada vez más “inteligente”, convirtiéndose en una fuente clave de información. Necesitará ser un activo integrado e interconectado con todos los sistemas de la planta. El reto es cómo integrar la máquina de forma que esté conectada con el fabricante a la vez que está conectada simultáneamente con la infraestructura del usuario.
Para conseguirlo, necesitamos ofrecer una tecnología que suponga poco impacto en el usuario final. Si desplegamos demasiada tecnología de una forma muy compleja, los usuarios no serán capaces de aprovechar el valor, por lo que es necesario proveer soluciones fáciles de usar y de consumir.
En este camino, además, emergerán nuevos tipos de robótica e inteligencia artificial y la gente necesitará aprender cómo trabajar con ellos. Habrá un nuevo tipo de experiencia para quién trabaje con robots y será necesario que los clientes absorban este conocimiento si quieren aprovechar todas las ventajas que aporta el IoT.
Por último y, en línea con el IoT, cabe destacar que habrá dos grandes temas que también tendrán un gran impacto en los próximos años: la inteligencia artificial y la realidad aumentada. En el primer caso, cuantos más datos generemos con un sistema complejo, más difícil será procesarlos y consumirlos. La inteligencia artificial permite procesar estos datos automáticamente, ofreciendo recomendaciones y permitiendo que se diseñen sistemas que aprenden de forma automática. En el segundo caso, la realidad virtual nos permitirá combinar el mundo digital con el físico de forma transparente.
En definitiva, el IoT es una evolución permanente. En la actualidad nos encontramos en la cima del “hype”, por lo que es el momento de aterrizar el valor que esta tecnología nos puede brindar. Debemos transformar sus potencialidades en valor real para nuestros clientes, y creemos que el sector de la maquinaria de packaging se puede beneficiar mucho de esta transformación.
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