Los sesgos van más allá de los prejuicios. Diría que son mucho más. Son concepciones que vienen la mayoría de las veces dadas por lo educacional, visual, por los medios de comunicación y como no, por la tradición.
Sesgos los tenemos todos, en el ámbito profesional pero también en nuestra cotidianidad. Schneider Electric también los tiene. Aquí el estándar que más se mueve es el de ingeniero hombre, técnicamente muy preparado, con un amplio conocimiento de los productos que vendemos y con unas habilidades sociales excelentes para trabajar y relacionarse con los clientes.
¿Pero qué son exactamente los sesgos inconscientes?
Estamos inundados de información. Recibimos 11 millones de bits de información cada momento, pero sólo conscientemente procesamos 40 bits. Eso significa que la mayor parte del tiempo estamos confiando en nuestro inconsciente.
En la mayoría de los casos, eso está bien, pero cuando se trata de tomar decisiones sobre la gente y su equipo puede tener consecuencias negativas, ya que podemos caer en los sesgos inconscientes, o lo que es lo mismo, preferencias por o contra una persona, cosa o grupo mantenido en un nivel inconsciente. Esto significa que ni siquiera sabemos que nuestras mentes se aferran a este sesgo, creando una de las barreras más difíciles de superar cuando buscamos la verdadera diversidad.
Me gusta citar a menudo, la experiencia de la Orquesta Sinfónica de Boston cuando se planteó cómo lograr aumentar el número de mujeres entre su plantilla de músicos, la mayoría hombres, y así alcanzar un mayor equilibrio. Optaron por hacer nuevas audiciones para reclutar nuevos talentos, pero incorporando una novedad: el jurado no veía a los músicos que se presentaban, ya que se ponía de espaldas a ellos. La primera vez, sorprendentemente volvieron a elegir mayoritariamente a hombres. Fue necesario organizar audiciones ciegas y además “descalzas”, y es que el ruido de los tacones al subir al escenario lanzaba un claro mensaje al inconsciente de los miembros del jurado. El resultado de este proceso fue una orquesta mucho más equilibrada.
En Schneider Electric este año hemos decidido poner el foco de atención en estos sesgos para romper barreras y tabúes, llevar a cabo una apertura mental y evitar asumir determinadas concepciones como las esperadas y correctas.
Desde Recursos Humanos hemos estado trabajando para evitar los sesgos en nuestros procesos de selección. Parte del trabajo, ha sido crear una serie de pautas como, por ejemplo, definir muy bien el perfil deseado, especificando los valores, competencias técnicas y habilidades deseadas en el candidato. También los procesos en sí han evolucionado. Cuando empecé en Schneider Electric me movía personalmente a cada punto geográfico para conocer a los candidatos. Ahora todo el proceso se ha digitalizado: los currículum se reciben vía digital o bien se llevan a cabo acciones de hunting por portales de empleo. Éste último método ayuda mucho a eliminar los sesgos, dado que la mayoría de las veces se busca un perfil muy específico. De todos modos, un perfil siempre por muy bueno que sea, si no encaja dentro de la cultura corporativa, jamás será seleccionado.
Durante la Semana de la Mujer, hicimos un ejercicio para ver la realidad preconcebida de nuestros empleados. Les mostramos una serie de diapositivas con la palabra “masculino” al lado izquierdo y “femenino” al lado derecho. Durante el ejercicio, les mostramos palabras que aparecían en una diapositiva y les pedimos que, si esa palabra estaba asociada a hombre, levantaran la mano izquierda y por lo contrario, en el caso de mujer…que levantaran la mano derecha. El resultado no fue una sorpresa: todos teníamos muchos más sesgos inconscientes de los que creíamos.
Poco a poco, estos sesgos dejan de ser tan inconscientes, y con disciplina y conociéndonos mejor a nosotros mismos, podemos contribuir a superarlos. En Schneider Electric acabamos de empezar a hacerlos visibles, que es el primer paso para ser consciente.
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