La paradoja energética de la IA: cómo un 1% de consumo genera un 15% de eficiencia

En el debate público sobre la Inteligencia Artificial, una preocupación destaca por encima de las demás: su consumo energético. Escuchamos constantemente sobre el crecimiento exponencial de los data centers y nos preguntamos si el coste para el planeta es demasiado alto. Pero ¿y si estuviéramos mirando el problema desde la perspectiva equivocada? ¿Y si la IA, a pesar de su consumo, fuera en realidad nuestra mejor herramienta para lograr una eficiencia energética sin precedentes?

La respuesta es un sí rotundo. El balance energético de la Inteligencia Artificial no solo es positivo, sino que representa una de las oportunidades más importantes de nuestra era para construir un futuro más sostenible. Analicemos los datos.

Poniendo el consumo en perspectiva: el coste real de la IA

Para entender el impacto real, debemos dimensionar correctamente el consumo. Basémonos en la situación actual en España:

Actualmente, los centros de datos consumen cerca del 1% de la energía eléctrica en España. Dado que la electricidad representa aproximadamente el 20% de toda la energía que consumimos (incluyendo transporte, industria, etc.), los data centers son responsables de solo un 0,2% del consumo energético total del país.

Es una cifra sorprendentemente pequeña. Pero ¿qué pasará con el auge de la IA? Pongámonos en un escenario de crecimiento máximo, donde la demanda de IA multiplica por cinco la presencia de data centers en los próximos años. En este caso extremo, el consumo de los centros de datos alcanzaría el 5% de la energía eléctrica y el 1% del consumo energético total

Este es el «coste» o la «inversión» energética que debemos asumir para desplegar la IA a gran escala: un 1% de nuestra energía total.

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La IA como motor de la eficiencia energética

Ahora, veamos el otro lado de la balanza: el ahorro. Aquí es donde la IA cambia las reglas del juego.

Si observamos nuestras infraestructuras, edificios e industrias, nos encontramos con una realidad asombrosa: el 70% de toda la energía que consumimos es susceptible de ser optimizada. Son sistemas ineficientes, procesos no ajustados y un desperdicio energético que nos permitimos cada día.

Aquí es donde en Schneider Electric vemos una oportunidad histórica. Gracias a la Inteligencia Artificial, podemos abordar esa ineficiencia de forma precisa y automatizada. La IA nos permite analizar miles de variables en tiempo real —desde la climatización de un edificio hasta la cadena de producción de una fábrica— y tomar decisiones para reducir el consumo de forma continua. Nuestra experiencia diaria nos demuestra que, de media, la IA puede reducir el consumo en ese 70% de energía optimizable en un 20%.

El balance final

Hagamos la cuenta final. Si la IA nos ayuda a ahorrar un 20% del 70% de la energía total, el resultado es una reducción de casi el 15% del consumo energético total de un país.

Comparemos las dos cifras:

  • Inversión energética: Incrementamos el consumo en un 1% para alimentar los data centers que impulsan la IA.
  • Retorno energético: Obtenemos una reducción potencial del 15% en el consumo total de energía.

El balance es claramente positivo. Por cada unidad de energía que invertimos en IA, recuperamos 15 en forma de eficiencia en el resto de la economía.

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Una oportunidad que no podemos desaprovechar

La próxima vez que escuches que la IA consume mucha energía, recuerda la historia completa. La Inteligencia Artificial no es el problema; es una parte fundamental de la solución.

Definitivamente, la inversión en data centers para acelerar el despliegue de la IA es una oportunidad que no podemos desaprovechar. Es el camino más inteligente y rápido hacia un futuro energético más limpio, eficiente y sostenible para todos.

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