Hoy en día ya nadie duda de la eclosión del big data en el mundo empresarial. Tampoco dudamos de que la recogida y tratamiento de estos datos nos permitan extraer modelos, patrones y, finalmente, conocimiento de nuestras operaciones y procesos que nos facilitan una toma de decisiones más inteligente.
En el caso de la industria y sectores afines, mucho más centrados en el ámbito operacional, la incorporación del big data es muy reciente, aún en una fase temprana, ya que el sector ha trabajado tradicionalmente con tecnologías propietarias y cerradas que han generado silos departamentales dificultando su despliegue.
Simultáneamente, y como consecuencia de la rápida evolución de IT (Tecnologías de la Información), la industria está viviendo la convergencia entre el mundo IT y el OT (Tecnologías Operacionales). Es decir, el sector industrial está viviendo hoy la aproximación entre las operaciones y el mundo puramente empresarial. Esta convergencia se da porque mediante la incorporación de las tecnologías IT se superan muchas de las barreras que se encontraban entre las plantas de producción y los departamentos de administración y gestión, desapareciendo los silos e incrementando, a su vez, la visibilidad de lo que ocurre en las fábricas.
Adicionalmente, la nueva puerta que las IT y el big data han abierto trae consigo un cambio más, ineludible en el sector industrial: los datos son ya una materia más del proceso productivo, un elemento más a valorar en el equilibrio coste-beneficio. Del mismo modo que hasta el momento se tenían en cuenta el coste de la materia prima, la rapidez de la máquina o el coste del envasado en el departamento financiero, a partir de ahora se deberán tener en cuenta y tratar los datos que nos ofrezcan los sistemas incorporados en los activos industriales. Y, es más, se hará en tiempo real.
Así, podemos decir que la datificación en los procesos de producción es una realidad. Siendo la energía uno de los recursos con mayor potencialidad al constituir un perfecto indicador de la actividad operacional de la compañía en tiempo real y un sensor del comportamiento de los activos. Ya no es extraño identificar en los sistemas eléctricos las diferentes tecnologías IT en su interior, lo que realmente extraña es no verlas. Por lo tanto, es imperativo evolucionar hacia sistemas eléctricos digitales que incorporen la función de protección y sensorización de base.
Para nosotros, que trabajamos en el desarrollo de soluciones, el cambio nos afecta porque hemos de incorporar las herramientas que nos permiten recoger y tratar estos datos en el diseño de soluciones. Y para poder hacerlo la evolución de las arquitecturas es ineludible.
¿Cómo evolucionarán las arquitecturas?
Con la convergencia del mundo IT-OT, transformaremos las arquitecturas actuales, muy jerárquicas en lo que al flujo de datos se refiere, en arquitecturas mucho más planas y transparentes, arquitecturas unificadas. Serán arquitecturas con un BUS de servicios en tiempo real y transversal a toda la planta que permitirá, de forma flexible, que los datos sean producidos y consumidos por distintos subsistemas. Con estas, se conseguirá el objetivo final: ofrecer datos para extraer conocimiento y cerrar el lazo de la toma de decisiones en tiempo real. Cloosing the loop in real time será la frase que definirá la convergencia IT-OT en las industrias que se están adaptando ya al nuevo paradigma. Los datos no solo serán consumidos por el sistema de control, sino que mediante arquitecturas más planas y transparentes un mayor número de sistemas y departamentos podrán beneficiarse de la información recogida al poder desplegarse sobre la arquitectura sin prácticamente costes adicionales herramientas de diagnóstico, aplicaciones de optimización y herramientas de Condition Monitoring.
Gracias a los beneficios implícitos de una arquitectura unificada y combinado con el hecho de que la energía es un perfecto chivato de lo que pasa en tu compañía, se podrá conocer a fondo el comportamiento de esta y sus usos en los diferentes activos, de manera que se podrán hacer predicciones que mejorarán la eficiencia y productividad de nuestra industria. Así, podremos, por ejemplo, pasar de un mantenimiento correctivo a uno predictivo y de una analítica descriptiva (Bussines Intelligent) a una prescriptiva (optimizaciones), hecho que tiene una afectación directa sobre el balance empresarial.
Está claro que las herramientas que se van incorporando mejorarán la eficiencia de la planta, pero lo harán si los datos se ponen al servicio de más sistemas mediante una arquitectura más plana. Aún no conocemos todas las herramientas que se pueden desarrollar, pero sí está claro que una arquitectura menos jerárquica asegura que los dispositivos puedan hablar con todas las herramientas, tanto las existentes como las futuras.
Por lo tanto, los datos afectan al comportamiento operacional de la compañía, a su balance económico y a su flexibilidad y adaptabilidad en una época de constante cambio como la que estamos viviendo. Pero para poder extraer todo su potencial hemos de pasar de arquitecturas mayoritariamente verticales a arquitecturas más transversales y de sensores convencionales a smart devices, dispositivos que aparte de realizar su función primaria tienen la capacidad de sensar y datificar su entorno físico ofreciendo la información al resto de los participantes. Un ejemplo muy descriptivo en el campo de la aparamenta eléctrica de baja tensión sería un disjuntor capaz de proteger la instalación y simultáneamente integrarse con sistemas para proveer información relacionada con su entorno.
En resumen, para poder beneficiarse de las tecnologías disruptivas actuales y venideras es requisito básico diseñar un sistema basado en una arquitectura unificada y en dispositivos inteligentes. Esto constituye una base sólida para poder desplegar nuevos servicios, aplicaciones y tecnologías sin grandes costes de reingeniería adicional. Los ciclos tecnológicos disminuyen y la adaptabilidad pasa a ser un atributo básico del sistema.
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