Las empresas con tecnologías de última generación atraerán a millennials capacitados que busquen trabajos desafiantes.
Las fábricas llevan años luchando contra el hecho de que sus trabajadores se jubilan, y que, con su marcha, se llevan su conocimiento de negocio dejando a sus organizaciones con un hueco que llenar.
Simultáneamente a este hecho, los millennials ya nos hemos graduado. A muchos de nosotros, la idea de trabajar en fábrica ni se nos habría pasado por la cabeza.
¿Trabajar en una start-up de internet? ¡Genial!
¿Estudiar exoplanetas en un laboratorio con un telescopio en Chile? ¡Guay!
¿Trabajar para un fabricante de hebillas? ¡Ni hablar!
El trabajo en las fábricas está cambiando rápidamente y por ello se necesita un nuevo flujo de trabajadores jóvenes y preparados.
Los avances tecnológicos, una revolución en la nueva era de ahorro de costes y recursos
Por suerte, la tecnología ha salido al rescate, ya sea en forma de modernos softwares o bien del omnipresente ecosistema del “Internet of Things” (IoT).
Profundicemos un poco; en los últimos años, el coste de digitalizar una fábrica ha caído en picado, haciendo que las empresas puedan acelerar sus programas de digitalización. Los dispositivos inteligentes como los controladores lógicos programables (PLC) aúnan datos de proceso y los envían a la nube para su posterior análisis. Esta evolución tecnológica ha recibido el nombre de “Internet Industrial de las Cosas” (IIoT). Como ya hemos leído en multitud de sitios, el IIoT consiste en sensores conectados, control de campo, un nivel impresionante de granularidad de datos en tiempo real y una red robusta de dispositivos conectados.
En un entorno de fabricación, estos avances tecnológicos provocan aumentos en la eficiencia operativa, que resultan en menores tiempos para que los productos lleguen al mercado. ¿Cómo ocurre esto? El usuario puede gestionar datos de proceso, instrumentación y energía en tiempo real para mejorar el control de producción y a la vez optimizar el consumo energético. La inteligencia operacional y los análisis proporcionan también capacidades clave para mejorar el rendimiento.
Eso sí, estos beneficios no llegan automáticamente. En cuanto a la gestión energética, primero hay que medir y auditar el proceso de aplicación para poder establecer un punto de partida e identificar las áreas donde mejorar el consumo energético. Se instalan los dispositivos necesarios para registrar y medir el consumo. Entonces, los procesos se optimizan utilizando dispositivos de automatización como variadores de velocidad y PLCs, continuamente monitorizados con herramientas de software de supervisión.
Las nuevas plataformas son millennial-friendly
¿Qué implican estas nuevas herramientas para los millennials? Significan, más que nunca, que muchos de los procesos importantes para las fábricas pueden realizarse desde un portátil, una Tablet o incluso, un móvil. Estas son herramientas con las que los millenials nos sentimos muy cómodos.
Tener delante una hoja de cálculo tediosa ya no tiene por qué darnos miedo. Las pesadas hojas se han convertido en plataformas online poderosas, interactivas e intuitivas. Por ejemplo, en la industria de la moda, puedes ver vestidos, pantalones y zapatos en 3D antes incluso de que lleguen a la cadena de montaje. En un centro de distribución de gas y petróleo, una vista en 3D de la red de oleoductos te ayuda a ver dónde podría haber una fuga si no ha habido mantenimiento en 3 meses. En fábricas de todo el mundo, los Simuladores de Formación de Operarios (OTS) se utilizan como herramientas de formación avanzada que proporcionan a los jóvenes operarios las capacidades que necesitan. Los operarios aprenden a gestionar una refinería en una sala de control virtual segura, que simula las respuestas de la fábrica en distintos escenarios. Ello da a los aprendices la oportunidad de aprender cómo reaccionar cuando una situación parecida ocurra en la fábrica real.
El valor de negocio que se genera incluye menores costes de capital y diseños de planta mejorados, dando a la empresa la oportunidad de “acertar a la primera”. Detrás de bastidores, hay sistemas de control de salida para PLCs, Soluciones de Seguridad de Procesos y Sistemas de Control Distribuido (DCSs) trabajando juntos para optimizar los procesos de producción.
Los millennials quieren hacer del mundo un lugar mejor, y el futuro laboral pasa por inspirarles a ellos.
- Los millennials conectan su pasado con su futuro
Aunque las interfaces de usuario sean simples e intuitivas, pueden esconder procesos complejos que representan el núcleo fundamental de las operaciones de fábrica.
La tecnología de nueva generación se centra en resolver un puzzle o a orientarse en algún tipo de laberinto. Muchos millenials llevamos años cultivando estas habilidades, ya que han pasado incontables horas ideando soluciones para manejar juegos de simulación como los “Sims” o bien tratando de acabar con el “final boss” en sofisticados videojuegos. Igual que al resto de generaciones de trabajadores antes que a nosotros, a los millenials nos gusta lo que se nos da bien.
- La recompensa para los millennials: su trabajo ayuda a hacer un mundo mejor
Los millenials estamos mucho más sensibilizados con la salud de nuestro planeta de lo que estaban nuestros padres y abuelos. Somos conscientes y estamos más centrados en crear un mundo mejor. Las nuevas soluciones de gestión energética que aprovechan el poder del IoT harán que las fábricas puedan ahorrar mucha más energía y reducir sus emisiones de CO2 hasta un 30%. Estas nuevas tecnologías ayudarán también a hacer las plantas más seguras, optimizando los sistemas de combustión, los sistemas de prevención contra incendios, gas etc. En definitiva, las fábricas serán más seguras y rentables, gracias a la nueva ola de herramientas de mejora de procesos.
Ya a día de hoy, las compañías que invierten en soluciones de automatización de control avanzadas basadas en software, lanzan el mensaje: “¡Ya no somos la fábrica de tu padre!”. Y los millenials estamos listos para responder.
Añadir comentario