Era una mañana fresca en la Ciudad de México. El ajetreo tan clásico de la bulliciosa ciudad no era el mismo que a inicios de año, antes de la nueva normalidad. El Ingeniero José Villanueva estaba por comenzar un nuevo día laboral, en esta ocasión de vuelta a trabajar a la planta, después de varios meses de home office. Y no es que vuelva a su antigua rutina de antes. Aunque solo visitará la oficina dos veces a la semana, a su regreso se enfrenta con nuevos retos, nuevas dificultades derivadas de un virus que se dice inició en China, en la ciudad de Wuhan (que por cierto es uno de los clústers industriales más importantes del mundo).
Inicia preocupado porque su jefe lo ha llamado con urgencia, indicándole que había que tomar cartas en el asunto, pero … ¿al respecto de qué? Después de entrevistarse con el Ingeniero Bolaños (su jefe) salió pensativo. Tenía que implementar diversos cambios en la planta de forma inmediata, eficaces y con una buena relación precio-calidad.
Inicialmente era un problema abrumador, pero Villanueva recordó sus días de universitario: “¡Hay que desmenuzar el problema!, irnos por partes”, se dijo a sí mismo. Y ¿cuáles son los problemas? ¿cuáles son estos nuevos retos?:
1. Asegurar el propio distanciamiento en espacios de convivencia social
El Ingeniero ahora debe controlar la cantidad de empleados que entran al comedor. Recordó que hace unas semanas había tomado un webinar de Schneider Electric con el tema “Principios de sensores fotoeléctricos de Telemecanique”. También asistió al webinar sobre Zelio Logic, un relevador inteligente de bajo costo. Con este conocimiento y su manejo sobre torretas, el ingeniero tiene la solución para asegurar una óptima cantidad de visitantes simultáneos en el comedor.
2. Ingresos libres de riesgo
Al conversar con su jefe, llegaron a la conclusión de que los accesos a ciertas áreas no estaban siendo sanitizados apropiadamente. Después de mucho pensar, dio con la solución: “¿Por qué no usar un accionamiento con el pie?”, un interruptor de pedal o bien un botón inalámbrico que tenga el tamaño suficiente para que se pueda activar con el codo. Schneider Electric tiene esta solución desde hace años, esto le dio confianza.
3. Sanitización garantizada
Finalmente, el Ingeniero Bolaños fue muy claro. Es necesario sanitizar cada dos horas todas las áreas de proceso y que los operadores salgan a lavarse las manos. Esto reto conlleva a su vez don implicaciones principales:
- ¿Los equipos soportaran el alcohol o se deterioraran? Para su tranquilidad, se cuenta con botonería XB5 plástica de Schneider Electric. Al hablar con su asesor, se quita de preocupaciones, pues el botón pulsador de Harmony cumplen y superan este reto.
- Es necesario contar con una alarma que suene cada dos horas, en toda la planta y que sea visible. Entonces llamo nuevamente a su consultor de Schneider Electric, quien le dijo que se podrían instalar balizas de la familia XVR3 con alta reflectancia, de led y con buzzer integrado que llega hasta 95 dB ¡segundo problema resuelto!
Sin duda, un grado adicional de tranquilidad y confianza para el Ingeniero José Villanueva, es el poder llamar a su distribuidor de confianza de Schneider Electric para pedir todo el material a utilizar. Además, siendo algo que se implementará en todas las plantas, Schneider tiene presencia en todo el país con la red de distribuidores más grandes del rubro.
Y si se preguntan por el precio, les diré que pagó lo justo, porque en Schneider creemos en los negocios justos y claros. Con el ahorro en el presupuesto que tenía asignado, hasta le alcanzo para comprar cubrebocas de mejor calidad para el personal.
Este es el fin de los problemas del Ingeniero José (por el momento), y aunque sabe que se enfrentan a una situación atípica que las generaciones actuales nunca antes habían vivido, los retos se librarán más fácil de la mano de un aliado de confianza como lo es Schneider Electric.
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