En el cambiante mundo de la automatización industrial, tiene poco sentido dedicar tiempo a tratar de predecir el futuro. Tiene más sentido construirlo. Las industrias que quieran crear una ventaja competitiva deben centrarse en implementar la innovación, colocándose así en una mejor posición para influir en el futuro de su mercado particular. Para lograr la eficiencia industrial de la próxima generación o las ganancias de resiliencia y sostenibilidad, tendrán que aplicar medidas audaces. Estos movimientos se manifestarán como cambios de forma, no como pasos tentativos parciales.
A menudo me reúno con ejecutivos industriales, muchos asumen que estos movimientos audaces implicarán principalmente el despliegue de tecnología innovadora. Sin embargo, la transición a un futuro en el que la digitalización se convierta en acciones tangibles, requerirá una reinvención de la forma. Por ejemplo: cómo las personas colaboran en sus lugares de trabajo, centros industriales, virtuales y en las instalaciones.
Lo que se busca es proporcionar a los trabajadores una visión holística y en tiempo real de sus decisiones. Con esto se logrará impulsar mejores resultados de sostenibilidad, eficiencia, agilidad y rentabilidad. Los futuros operadores, ingenieros y técnicos querrán tener un mayor sentido de propósito y empoderamiento en sus trabajos.
Tres pilares para lograr la industria del futuro
Para lograr los beneficios prometidos de la próxima generación industrial, los diseños de infraestructura y de tecnología deberán incorporar y respaldar tres atributos importantes:
1. Automatización industrial basada en software, impulsada por datos
La producción inteligente se realizará cuando se prioricen las inversiones hacia software y servicios innovadores que permitan la recopilación y el análisis de datos, en lugar del hardware tradicional. La evidencia temprana en ahorro de costos es evidente, mediante el uso de herramientas de software.
Un ejemplo es la utilización de gemelos digitales; que permiten la simulación de escenarios sin tener que invertir en hardware para validar una prueba de concepto. Además, el concepto de «rodo remoto» comenzará a dominar las tendencias de inversión. El factor adicional de no requerir que los expertos estén físicamente en el sitio para administrar las operaciones, aumenta la flexibilidad, mejora aún más el alcance de influencia de estos expertos en la materia y protege aún más la salud y la seguridad de los trabajadores.
2. Sistemas verdaderamente abiertos
La automatización «abierta» tal como existe hoy en día no es lo suficientemente abierta. El mundo de los modelos de automatización industrial cerrados y de propiedad intelectual ya no abordan los desafíos de un mercado más complejo y cambiante. Los trabajadores industriales quieren sistemas abiertos, modulares e interoperables porque necesitan flexibilidad, eficiencia y velocidad para realizar su trabajo. En un entorno así, el concepto de automatización «universal» está comenzando a ganar terreno. El autómata universal, abierto y colaborativo, pero basado en estándares, introduce a los usuarios en un mundo de aplicaciones de «conectar y producir» (como el concepto de tienda de aplicaciones de TI). Esto permite la automatización «a la carta» en la que el costo y el rendimiento se optimizan al ensamblar componentes sin tener en cuenta al proveedor. En un mundo de automatización tan universal, el software está desacoplado del hardware subyacente.
Como resultado, se pueden diseñar arquitecturas de automatización centradas en el ser humano que permitan a los usuarios ejercer un mayor control y realizar mejoras en las variables comerciales clave, en particular, la rentabilidad. La naturaleza independiente del proveedor de la automatización universal significa una mejor interoperabilidad. La reutilización de los activos existentes en un contexto moderno, independientemente del proveedor que los produjo, proporciona un método fácil y rentable para mantener los sistemas flexibles y actualizados.
3. Integración de energía y automatización
La conectividad y la integración de energía y automatización permite la visibilidad y el control del rendimiento en tiempo real. Como resultado, los operadores e ingenieros de la planta ven un impacto medible de sus acciones tanto en la rentabilidad como en la sostenibilidad, en cada etapa del ciclo de vida de la planta.
Desde una perspectiva de rentabilidad, fusionar la distribución eléctrica y el diseño e implementación de la automatización de procesos, significa que se dedica menos tiempo a la transición de las fases de diseño del proyecto a las fases operativas. Las soluciones combinadas de energía y proceso también requieren menos espacio físico, lo que reduce la huella de la planta. Además de la reducción del tiempo de inactividad y la mejora de los márgenes operativos, nuestra experiencia indica que la integración de energía y automatización reduce los costos de capital del proyecto en un promedio del 15%.
Además, al capturar y analizar datos energéticos en las distintas etapas de la producción, los informes de sostenibilidad se vuelven significativamente más precisos. Los datos de los sistemas integrados de energía y automatización permiten establecer una línea de base de consumo de energía, la documentación de los datos de rendimiento energético, las comparaciones con otras instalaciones y sitios que tienen un perfil similar y el análisis de cómo las iniciativas e inversiones de ahorro de energía están generando un impacto positivo en la sostenibilidad.
Más allá del simple cumplimiento de los estándares regulatorios, que por supuesto no está de más mencionar. Las acciones a favor de la sostenibilidad ahora se pueden documentar y comunicar a las comunidades y grupos que monitorean los comportamientos sociales corporativos.
Desarrollar un ecosistema estrecho de socios
La implementación de estos cambios escalonados y la acumulación de los beneficios comerciales asociados, requerirá que todas las empresas desarrollen un ecosistema estrecho de socios. La próxima generación de industrias no se puede lograr trabajando con una sola empresa o proveedor. Además de compartir la experiencia, los socios estratégicos deben perseguir el trabajo de sus colaboradores a través de herramientas digitales. Deben demostrar la capacidad de vincularse estrechamente con las tecnologías existentes y permitir la integración perfecta de productos en muchas marcas.
Un ejemplo temprano de esta estrecha coordinación es la asociación entre Schneider Electric y AVEVA. A medida que las herramientas de AVEVA se fusionan con el software de automatización de plantas de Schneider Electric, se puede implementar un verdadero enfoque de ingeniería unificada. Para los ingenieros, se eliminan las capas innecesarias de interfaces de software y el trabajo manual relacionado necesario para integrar y procesar actualizaciones. La arquitectura EcoStruxure de Schneider Electric contribuye a este entorno de «conectar y producir» al permitir la integración en toda la planta digitalizada. La arquitectura incluye un gran abanico, pero personalizado, de productos conectados, software de nivel de control y servicios basados en la nube.
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