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El mundo actual exige resiliencia para alcanzar el éxito comercial, y esta a su vez depende de varios factores. Un par de ellos, y me atrevería a decir que de los más importantes, son la diversidad y la inclusión. Se trata de valores que impulsan la flexibilidad, la apertura de mente y promueven ambientes de trabajo amenos que propician la creatividad y la ágil resolución de conflictos, todo esto abonando a la adaptabilidad.
Sin embargo y a pesar de todos los indudables beneficios que traen, seguimos encontrando entornos laborales que dejan de lado la equidad de género, como si esta fuera más un lujo que una necesidad.
¿Sabías qué, a nivel mundial, las mujeres perciben un 20% menos en sus salarios que los hombres con el mismo puesto? Y que en muchos ambientes laborales, las mujeres no son protegidas de agresiones físicas o emocionales, esto repercutiendo e inhibiendo su crecimiento profesional. Estas estadísticas son solo una muestra de las condiciones a las que se enfrenta la mujer en la actualidad y evidencian que la lucha por la equidad de género no ha llegado a su fin.
En este artículo presentaré una serie de acontecimientos que marcaron la pauta para establecer el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y daré algunos ejemplos de cómo las mujeres vivimos una lucha constante por contar con igualdad de oportunidades.
¿Cuál es la razón detrás del Día de la Mujer?
El origen y la lucha
En el mes de marzo de 1911, en la fábrica Triangle Shirtwaist en New York sucedió un trágico incendio que hoy se reconoce como el mayor desastre industrial que se haya presenciado en la ciudad hasta la fecha. El incendio ocasionó la muerte de 146 personas, 123 de ellas mujeres. Todas las puertas del edificio se encontraban cerradas por causas administrativas, de manera que al desatarse el incendio, quienes se encontraban dentro no pudieron escapar. Este acontecimiento dio pie a la controversia pública, evidenciando las terribles condiciones laborales en las que trabajaban las mujeres de la época.
A partir de este hecho, así como de muchos otros más alrededor del mundo en el siglo XIX, se acrecentó la lucha de las mujeres en contra de su condición desfavorecida. Aún no tenían el derecho al voto, se les prohibía el acceso a la formación, no podían manejar su propio dinero, sus jornadas laborales eran más extensas y con menor paga que los hombres. Todo esto y más, repercutiendo en una esperanza de vida menor. Sus derechos civiles, sociales, políticos y religiosos eran continuamente infravalorados.
En reconocimiento y homenaje a esta lucha por alcanzar la igualdad de condiciones sociales, laborales y políticas para las mujeres, en 1975 la ONU establece el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer.
La lucha por la equidad de género continua
Continuamos en una lucha ardua por alcanzar la equidad, cada mujer enfrentándose al reto constante. A continuación, les comparto algunos datos críticos que demuestran la realidad actual:
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), en Costa Rica:
- 76% de las mujeres preferirían trabajar, pero solo un 39% lo consigue.
- 25% de los hombres prefieren que la mujer se ocupe al 100% de las tareas domésticas.
- 5% de personas encuestadas afirmó estar en desacuerdo con que una mujer trabaje fuera de la casa.
- Según estima la OCDE en un informe del 2016, solo un tercio de los puestos gerenciales en América Latina eran asumidos por mujeres, contra una participación masculina en estos cargos de más de un 66%. Contradictorio a este hecho, un estudio de Harvard muestra que las mujeres son sobresalientes en 17 de 19 habilidades indispensables para el liderazgo profesional, destacando por su capacidad de análisis, iniciativas de comercialización, mejoramiento de cadenas de producción, entre otros.
- Según un informe de la agencia humanitaria internacional CARE y ONU Mujeres, las mujeres latinoamericanas dedican casi 3 veces más tiempo al trabajo del hogar y de cuidado no remunerado que los hombres (siendo ambos trabajadores de tiempo completo).
- El estudio Las brechas de género en ciencia, tecnología e innovación en América Latina y el Caribe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), arrojó el resultado de que más del 40 % de profesionales en el área de las ciencias en América Latina son mujeres y solo entre el 18% y 28% tiene empleo según el país.
Mi propio enfrentamiento con la brecha de género
Yo misma me he encontrado en desventaja por mi condición de género. Matriculé en el técnico en electromecánica con el primer promedio de 250 aplicantes, figurando entre las 17 personas de toda mi provincia en ser aceptadas. A pesar de esto, me recibió un profesor diciéndome que esa era una especialidad para hombres. Durante los tres años que cursé el técnico, tuve que demostrar que a pesar de ser mujer, merecía estar ahí. Mi propio padre se opuso a que fuera ingeniera por conocer el campo laboral al que me enfrentaría.
Fui considerada con todo lo necesario para un puesto al que apliqué, a excepción de mi género. El resultado de la aplicación fue «tienes todo lo necesario, pero los demás contratos son de hombres. Capacitarte en el extranjero implicaría pagarte una habitación por aparte. Además estarías rodeada de hombres, te estamos protegiendo». En mi anterior trabajo era la única mujer que había trabajado en ingeniería por 3 años.
A lo largo de toda mi carrera he hecho frente a la violencia emocional. He resistido comentarios degradantes y con el miedo a denunciarlos por ser considerada poco profesional.
Ha sido una lucha ardua y constante que muchas veces me ha afligido, pero la confianza que tiene mi familia en mis capacidades siempre me ha animado y el amor constante que recibo de mi pareja me demuestra que podemos vivir la equidad de genero donde sea que nos desenvolvamos. Por eso me he atrevido a más y como resultado he logrado forjar una firme trayectoria en Schneider Electric. Aquí he experimentado el trabajar en una empresa que me valora como persona, independientemente de mi género.
La lucha por la equidad de género en la actualidad
Es verdad que se han logrado cambios significativos. Empresas con presencia a nivel mundial, como lo es Schneider Electric, han implementado como parte de sus pilares la inclusividad. En Schneider Electric se brinda a las mujeres oportunidades laborales y de crecimiento profesional equitativas. Esto demuestra que asumir responsabilidades individuales y de liderazgo no es exclusivo del género masculino. Se promueve entre los colaboradores el derribar los estereotipos que permanecen, hasta a nivel inconsciente.
Pero la lucha no ha terminado. Debemos continuar promoviendo e incentivando a la reflexión sobre la lucha que tienen por delante las mujeres. Madres, hijas, hermanas, esposas, se ven afectadas continuamente por la discriminación. Tal y como nuestros ancestros lucharon por superar los obstáculos impuestos por la brecha de género de sus tiempos, ahora está en nuestras manos superar los desafíos de la generación actual.
Una cultura inclusiva no solamente propicia un ambiente laboral de ética y valores sólidos. También da paso a que todo colaborador desarrolle plenamente sus capacidades. Dejando atrás la brecha de género, hombres y mujeres pueden aprovechar sus ideas y liderazgo en conjunto, trayendo como resultado ganancias organizacionales trascendentales. Abracemos nuestras diferencias, procuremos la equidad de condiciones, construyamos juntos una mejor industria y ¿por qué no? una mejor sociedad.
Este 25 de marzo, nos unimos al llamado para acelerar la inclusión de género en todas las compañías. No te pierdas nuestra mesa de discusión “¿Cómo #ChoosetoChallenge en los negocios?», en la cual nos acompañarán tres invitadas muy especiales y buscaremos inspirar a otras organizaciones privadas y debatir sobre este eje. No te lo pierdas en Facebook Live a las 11 a.m. Accede al evento aquí.
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