El pasado martes 2 de junio, el Consejo de Ministros aprobó la Estrategia Española de Economía Circular denominada “España Circular 2030”, que establece las bases para impulsar un nuevo modelo de producción y consumo en el que el valor de los productos, materiales y recursos se mantiene en la economía el mayor tiempo posible, en el que se reducen al mínimo la generación de residuos y en el que se aprovechan con el mayor alcance posible los que no se puedan evitar.
Esta Estrategia, prevista en la Declaración de Emergencia Climática y Ambiental aprobada en enero de 2020 y alineada con el proyecto de ley de Cambio Climático y Transición Energética, el Acuerdo de París y el Pacto Verde Europeo, identifica a los bienes de consumo y a la Industria como sectores prioritarios de actuación.
Avanzando hacia un futuro más sostenible
La Estrategia “España Circular 2030” establecerá planes de acción trienales en los que se recogerán las medidas concretas a desarrollar por la Administración General del Estado. El primero de los planes, que abarcará el período 2021-2023, se presentará a finales de este año. Además, se recogen un conjunto de indicadores para evaluar su grado de implantación que se corresponden con los adoptados a nivel europeo.
Aunque su carácter es transversal, identifica seis sectores prioritarios: construcción y demolición, agroalimentario, pesquero y forestal, industrial, bienes de consumo, textil y confección y turismo.
La Estrategia marca una serie de objetivos principales para 2030:
- Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB, tomando como año de referencia el 2010.
- Reducir la generación de residuos un 15% respecto a lo generado en 2010.
- Reducir la generación de residuos de alimentos en toda la cadena alimentaria. Un 50% de reducción per cápita a nivel de hogar y consumo minorista y un 20% en las cadenas de producción y suministro a partir de 2020, contribuyendo así al ODS.
- Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10% de los residuos municipales generados.
- Reducir la emisión de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.
- Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
También se establecen ocho líneas de actuación sobre las que se focalizarán sus políticas e instrumentos y sus correspondientes planes de actuación. Cinco de ellas están relacionadas con el cierre del círculo – producción, consumo, gestión de residuos, materias primas secundarias y reutilización del agua – y tres son transversales – sensibilización y participación; investigación, innovación y competitividad y empleo y formación.
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