Hace unas semanas presentamos las conclusiones del informe “IoT 2020 Business Report”, un estudio en el que analizamos el impacto de las tecnologías de Internet of Things a corto y medio plazo. Los más de 2.500 directivos de 12 países que participaron en la elaboración del mismo coincidieron mayoritariamente en la capacidad del IoT de generar nuevas oportunidades de negocio y mejorar la eficiencia de sus negocios. Es más, casi la mitad afirmaron que la no adopción de la tecnología IoT en sus operaciones les haría perder ventaja competitiva respecto a sus competidores.
Una visión sobre el futuro del IoT es esencial, pero quedó claro tras el estudio global que muchas organizaciones tienen problemas para saber por dónde empezar y cómo sacar el máximo provecho a las últimas novedades en este campo. Al mismo tiempo, nadie puede permitirse el lujo de deshacerse de su infraestructura IT/OT actual para construirla de nuevo. La realidad es que el impacto del IoT, especialmente en el campo industrial, será una “revolución evolutiva” o, lo que es lo mismo, cambios paulatinos que complementan inversiones previas y que abrirán las puertas a transformaciones significativas en los procesos y sus resultados.
Según la experiencia de Schneider Electric, las empresas logran el máximo éxito implementando las soluciones IoT paso a paso, empezando a un nivel pequeño y manteniendo la atención y esfuerzos en garantizar la eficacia mediante proyectos piloto que permitan ROIs rápidos antes de ampliar el alcance de su trabajo. Con esta finalidad, uno de los mejores campos para empezar a probar el IoT es maximizar la eficiencia energética y optimizar el rendimiento de los activos.
Conectar estos activos a una red IP y monitorear su comportamiento mediante sensores era muy caro, pero muchas cosas han cambiado los últimos años para cambiar el coste de la conectividad. Ahora los dispositivos están listos para conectarse con tecnología basada en chips y el bajo precio de los sensores significa que los negocios están a punto de ser capaces de monitorear con precisión todos los activos.
Esta capacidad de llegar a cualquier dispositivo mediante el IoT implicará que todos los componentes y todos los sistemas de un proceso de producción o cadena de suministro podrán comunicarse. Tanto si queremos saber los detalles de su rendimiento como si necesitamos recibir avisos de mantenimiento, entre otros. Esta comunicación es un avance clave en la convergencia entre la Tecnología Operacional y la Tecnología de la Información que permite maximizar la productividad, eficiencia y rentabilidad de una compañía.
Los mismos principios que se aplican en entornos industriales se pueden aplicar en edificios y ciudades. Hoy en día, si colocamos un sensor en una sala de reuniones nos puede ayudar a determinar su ocupación y avisar al sistema de gestión del edificio para que apague las luces y el sistema de climatización automáticamente cuando se vacíe la sala, por ejemplo, y así ahorrar energía.
Este sistema puede ser extrapolado a todo el edificio y magnificado al conectar con la previsión meteorológica online para informar al sistema de climatización de las temperaturas del día siguiente, y así adaptarse a las condiciones concretas de cada momento. Y en gran medida, el IoT permite a los gestores de edificios disponer información actualizada de sus inmuebles, así como acceso al histórico, para poder comprobar el retorno de su inversión en sistemas de eficiencia energética.
Esto son sólo unos pocos ejemplos de las oportunidades que nos brinda el IoT. Atrás quedan los días en que nos preguntábamos si sería capaz de generar valor. Lo que las empresas solicitan ahora es información concreta de cómo implementar estas tecnologías en sus organizaciones y poder contar con la información necesaria para tomar sus decisiones.
Por eso, nuestro Informe IoT 2020 nace de la voluntad de poder dar a nuestros clientes una guía con la que aprovechar todo el potencial de esta tecnología y disponer de una base sólida de hacia dónde va a evolucionar en los próximos 5 años.
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